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El CERN, el país de las maravillas de la ciencia

Londres – Para muchos científicos, el Consejo Europeo de Investigación Nuclear (CERN), donde se encuentra el Gran Colisionador de Hadrones, es una especie de país de las maravillas, donde la pasión por la ciencia es el conejo blanco que, de seguirlo, los llevará a grandes descubrimientos.

La BBC reseña que fue en el laboratorio europeo, considerado el mayor recinto dedicado a la física de partículas del mundo, donde nació internet.

A la World Wide Web se suman importantes hallazgos —como el descubrimiento de partículas fundamentales— que han conseguido pioneros de la ciencia desde 1954.

En su visita al CERN, BBC destaca que esa mañana el clima estaba a favor, aunque no el estacionamiento. Era de suponerse: estamos hablando de una organización que agrupa a 10.000 científicos e ingenieros de 80 países, así que encontrar un lugar para aparcar no fue tan sencillo.

Colisionador. En los últimos años, la popularidad de este centro ha aumentado por la puesta en funcionamiento del Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés), una máquina en forma de anillo que mide 27 kilómetros de longitud y que está a una profundidad que oscila entre los 50 y los 150 metros.

«Debajo de nosotros están ocurriendo millones de colisiones de protones a una velocidad muy cercana a la de la luz», le dijo a BBC el investigador mexicano Gerardo Herrera, quien nos guió en el recorrido.

Los propios científicos reconocen la complejidad del LHC y, más aún, el reto de explicar lo que esta máquina busca a quienes no están familiarizados con la física de partículas (que se encarga de estudiar los ladrillos más pequeños de la naturaleza), como la materia oscura, la antimateria, los protones, los quarks, los gluones…

El Gran Colisionador es importante porque el estudio de los choques frontales de partículas que suceden en su interior les permitirá a los investigadores profundizar su conocimiento sobre la materia, la energía, el espacio y el tiempo.