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Plaguicidas en tomates, con límites permitidos

El proyecto Plagbol informó que un estudio sobre plaguicidas —realizado en muestras de tomates recogidos en nueve comunidades de Omereque (Cochabamba) y 10 de Río Chico (Chuquisaca)— estableció la presencia de restos de plaguicidas, pero estos alimentos son aptos para el consumo humano pues no superan los límites permitidos de toxicidad.

La Razón publicó el 7 de junio detalles sobre esa investigación y una ayuda memoria enviada por Plagbol, una de las impulsoras del proyecto. «El trabajo realizado hace un año y medio reveló que en Omereque las muestran indican que en los tomates lavados, a los tres, siete y 10 días los residuos de plaguicidas disminuyeron y casi no superan los límites permitidos». En Río Chico los resultados arrojaron que sólo en algunas zonas existen residuos de plaguicidas que superan los límites aceptados.

Al igual que en Omereque, «las muestras lavadas en Río Chico disminuyen los residuos, en cambio cuando éstos son pelados, además de disminuir los residuos considerablemente, en ninguna de las zonas se supera los límites permitidos».

El estudio se centró en plaguicidas del grupo de los organoclorados y organofosforados, dejando de lado a los carbamatos y clorofenoxiácidos. Participaron el Centro de Aguas y Saneamiento Ambiental de la UMSS, la Unidad de Vigilancia ambiental y Genetoxicología de la UMSA.