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Una cajera con trenzas

Virginia Vargas es una mujer esforzada. Todos los días, como hace cinco años, se levanta a las seis de la mañana para llegar desde la zona Nuevo Horizontes de El Alto hasta el Supermercado Ketal de Miraflores, donde tiene el cargo de cajera.

«Yo trabajo acá hace cinco años, todo comenzó cuando estaba en una lista de postulantes del Ministerio de Trabajo. Pedían una mujer de pollera que sepa hablar aymara y castellano para Supermercado, de 10 salí elegida», informa Vargas que luce sus trenzas y su tradicional sombrero.

Su primer puesto fue el de atención al cliente, «después pasé a cajas, eso  por el horario que era doble turno y me dificultaba el retorno». Pero ésta no fue su primera ocupación, Vargas cree que su experiencia en una empresa de bienes raíces de El Alto fue decisiva para el contrato, ya está dos años en caja.

La cajera afirma que en su trabajo hay que tener mucho cuidado con el dinero. «Al menos a mi persona creo que viendo que estoy de pollera traen bolivianos y dólares falsos».

Una de las anécdotas malas que tuvo en sus labores se relaciona con este tema. «Resulta que vino un señor a pagar con 100 dólares, al revisarlo detecté que era falso, al reclamarle él me dijo que yo lo había arruinado al comprobar la validez del billete», relata.

Pero lo que más recuerda la cajera es los amigos que hizo en el puesto de trabajo. «Tengo varias amas de casa que son mis amigas, a veces por algún problema puedo estar de mal humor, me hacen un chiste y me cambian el día».

También recibe sin pedirlo algunos regalos y atenciones de la gente que ya la considera una amiga de la familia. «Cuando salen del súper me avisan su menú y al mediodía aparecen con un plato de comida para mí. En otra oportunidad me regalaron una manta, creo que les gusta cómo las atendemos aquí», afirma con orgullo.

Tiene aspiraciones  para el futuro

Virginia Vargas está convencida de que dentro de unos años quiere estudiar contaduría pública o psicología. Pero antes quiere ver a sus tres hijos profesionales. «Ya estudié algunas materias técnicas como serigrafía y computación».

«También tengo que reconocer que mi esposo me apoya, a mí me gusta ser independiente, me ayuda a levantarme para ser puntual», dice Vargas.

La cajera también dio un consejo para las personas que buscan trabajo. «Simplemente es tener las ganas y las posibilidades se presentan, alguien me dijo que la mejor universidad es el camino, el ir aprendiendo», asegura.