Vendedoras del Lanza siguen en la calle
Problema. La Alcaldía se comprometió a reordenar el comercio hasta fines de julio
A un mes de inaugurado, el mercado Lanza no cumple la función de reordenar el comercio minorista. Gran parte de los puestos sigue sin abrir y las dueñas prefieren vender afuera, como lo denunciaron las comerciantes que ya ocupan los anaqueles.
La Razón realizó ayer un recorrido en el centro de abasto y recogió las quejas de las caseras. En el tercer y último nivel del lugar, en medio de una fila de anaqueles vacíos y cerrados, se encontraba la única vendedora de jugos y refrescos en el área. En media hora no apareció ningún cliente para consumir los jugos.
«Estoy decidida a salir a vender a la calle porque mis propias compañeras no entran (al mercado). Sé que aquí deben vender jugos, pero sus puestos están cerrados», declaró molesta Bertha, una comerciante.
En todos los niveles de la nueva estructura hay decenas de anaqueles que permanecen cerrados y sus vecinas se quejan de que las ausentes salieron a vender a las calles Figueroa, Evaristo Valle y en inmediaciones de las plazas de los Héroes y San Francisco. En estos dos últimos espacios, la comuna realiza obras.
Una de las vendedoras de api reclamó por la estrechez de los puestos de venta. «No nos alcanza el espacio y la Alcaldía me prestó este anaquel (de un metro cuadrado) para preparar mis empanadas y buñuelos con queso», aseveró resignada.
El problema persiste pese a que se anunció que hasta fines de julio se iba a reordenar la venta callejera en la zona de la Pérez Velasco, San Francisco y Figueroa; la Alcaldía no consensuó con los gremialistas en perjuicio de las vendedoras del Lanza.
La migración de los comerciantes a las afueras del centro de abasto no es el único problema que enfrentan. La señalización es insuficiente y los visitantes no pueden identificar los sitios de venta para determinados rubros.
«Paso regularmente por el mercado, pero me es difícil encontrar varios sitios. Por ejemplo, ahora no sé dónde venden los sándwiches de chola», declaró César Quiroga, un estudiante que caminaba por el abasto.
Sin señalética. Para subsanar el problema, las comerciantes colocaron anuncios hechos con papel sábana y marcadores, pero no logran orientar a los visitantes del Lanza. El alcalde de La Paz, Luis Revilla, se comprometió —en la inauguración, el 2 de julio— a mejorar la señalización del abasto que tiene tres distintos niveles para 1.050 anaqueles.
Los comerciantes también se quejan del intenso frío. En los niveles superiores, por «el viento que entra», y en los inferiores, porque «nunca llega el sol. Ya no se puede vender», declararon las comerciantes.
La Alcaldía informó que existen 849 comerciantes en las inmediaciones del centro de abasto, sin cuantificar a las «ambulantes». De esa cifra, 279 debían ingresar al mercado Lanza, 60 tenían que ser redistribuidos en puestos modernos (anaqueles) y 510 tenían que ser trasladados a los tinglados que están en inmediaciones de la plaza Alonso de Mendoza. El plazo que puso la Alcaldía para llevar adelante el reordenamiento de los comerciantes concluyó a finales de julio.
Sin embargo, hasta el momento las vendedoras permanecen en sus puestos de venta callejeros. Incluso el director de Mercados de la comuna, Miguel Ayala, dijo ayer que el reordenamiento duraría un mes más. «Puede ser que (el reordenamiento) sea desde hoy hasta finales de agosto», dijo sin precisar en qué avanza el proceso de concertación con las asociaciones de gremialistas.
Mientras tanto, las instalaciones de gas natural continúan. El técnico de la empresa Klimax dejó notificaciones para que las comerciantes abran sus puestos hoy. Si no lo hacen, dijo, no se podrá hacer la prueba.
Distribución de los puestos
El mercado Lanza tiene capacidad para 1.050 anaqueles y deberían existir 279 puestos libres para que ingresen más comerciantes que están en las inmediaciones. Es el caso de los miembros de la Asociación Santa Teresita, cuyos afiliados venden peluches, lentes, tarjetas y otros productos al inicio de la calle Evaristo Valle, debajo de la pasarela de la Pérez Velasco. Estos vendedores aún permanecen fuera del centro de abasto a la espera de un acuerdo.
‘Nos quitan la venta’
«Pedimos que las retiren a las ambulantes. Ellas nos quitan venta. Por ejemplo, en las tardes, afuera (al inicio de la calle Figueroa) venden chicharrones», declaró una de las vendedoras de comida del tercer nivel, que prefirió no dar su nombre.
La comerciante unió su anaquel con el de su hija para tener más espacio para atender a los comensales. «Mi hija vende por las tardes y yo en las mañanas. Pero la gente se queda a comer en la calle», protestó.
Pese a que era mediodía, las cuatro hileras de bancas con mesas permanecían con pocos clientes. «El Alcalde nos prometió que a 500 metros alrededor del mercado no habrían vendedoras para que podamos ofrecer nuestros productos. Eso no pasa».
Declaró que en el Lanza deben pagar por luz, agua y el costo de los anaqueles. Pero que no hay una garantía para que puedan recuperar la inversión que realizan. «Con esta competencia».