Una viuda embarazada es lapidada por adúltera
Los talibanes imponen penas que van de la humillación a la muerte
Como cuando regían el país, hace nueve años, los talibanes ejecutaron el domingo a una mujer a la que acusaban de adulterio, después de someterla a la humillación de darle 200 latigazos en público, según la policía de la provincia de Badghis, al noroeste de Afganistán, donde están desplegados los militares españoles.
En los años que llevan apartados de las instituciones y sumidos en su campaña de insurgencia con el apoyo de Al Qaeda, los talibanes han ejecutado al menos a cinco mujeres por no cumplir con los preceptos que ellos extraen, de forma literal, del Corán, el libro sagrado para los musulmanes.
El jueves aniquilaron, además, a 10 trabajadores de una organización médica humanitaria cristiana, a los que acusaban de tratar de evangelizar a la población de zonas rurales.
Escarnio. La mujer asesinada, Bibi Sanubar, era viuda y estaba embarazada, según reveló a la agencia Reuters Abdul Jabar Saleh, un agente de policía de Badghis. Los talibanes descubrieron que estaba manteniendo relaciones con un hombre «que huyó», la retuvieron durante tres días y le dieron 200 latigazos en público.
La sometieron, además, a un juicio sumario: el mulá Mohammed Yousif instruyó el caso y la condenó rápidamente a muerte, según las agencias Reuters y France Presse. El mismo juez se encargó de cumplir personalmente la condena: le disparó tres tiros.
Hace cuatro años, los talibanes mataron a una mujer afgana a la que acusaban de espiar para EEUU. Posteriormente, en julio del 2008, decapitaron a dos mujeres por, según ellos, regentar un burdel para soldados estadounidenses en la provincia de Ghazni.
Un fotógrafo que trabajaba para Associated Press, Rahmatullah Naikzad, presenció el crimen y tomó fotos de ambas, cubiertas por sus burkas, antes y después de la decapitación.
El fotógrafo fue detenido y días después puesto en libertad posteriormente por las autoridades afganas, según confirmó su agencia.