La Organización de las Naciones Unidas (ONU) reveló ayer que la desertificación amenaza con degradar el suelo en el que viven 1.000 millones de personas. La entidad lanzó ayer en Brasil la Década de los Desiertos y la lucha contra ese fenómeno.
La iniciativa, que prevé esfuerzos hasta 2020 para detener el fenómeno, fue lanzada por el secretario ejecutivo de la Convención de la ONU para el Combate a la Desertificación, Luc Gnacadja, durante la apertura de la II Conferencia Internacional sobre Clima, Sustentabilidad y Desarrollo en Regiones Semiáridas (ICID 2010), que se extenderá hasta el viernes en la ciudad de Fortaleza.
El objetivo, explicó Gnacadja, es «crear una asociación global para revertir y prevenir la desertificación y la degradación de los suelos y para mitigar los efectos de las sequías en áreas afectadas con el fin de contribuir a reducir la pobreza y a garantizar la sustentabilidad ambiental».
Según el dirigente, en caso de que la humanidad no adopte medidas preventivas, tendrá que acostumbrarse a «sequías severas y prolongadas, inundaciones y escasez de agua», lo que agravará la desertificación del planeta.
Riesgos. De acuerdo con un comunicado divulgado por la ONU en Brasil, la desertificación amenaza con degradar 3.600 millones de hectáreas de tierras en zonas áridas, lo que equivale al 25% de la superficie terrestre.
Se trata de un área en la que viven 1.000 millones de personas en 110 países, en su mayoría pobres.
Los mismos datos indican que cada año el mundo pierde 12 millones de hectáreas de tierra, en las que se podrían producir hasta 20 millones de toneladas de granos. «Actualmente se pierden 42.000 millones de dólares en renta como consecuencia de la desertificación y de la degradación de los suelos», agrega la ONU.
Las áreas más amenazadas por la degradación definitiva son los desiertos y las tierras secas y semiáridas, en las que viven 2.100 millones de personas (40% de la población mundial) y se ubica el 44% de las áreas cultivadas.
El 90% de esa población es de países en desarrollo. El período 2010 y 2020 fue declarado como Década de lucha contra la desertificación por la Asamblea General de la ONU el 2007.
En diciembre pasado, la ONU distribuyó la responsabilidad de las acciones entre varias de sus agencias: Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola.
Según la ONU, la desertificación tiene costes sociales muy altos, como son el incremento de los conflictos por los recursos naturales, las migraciones masivas de gente o el riesgo de que se produzcan estallidos sociales de grandes dimensiones.
La continua degradación de las tierras —ya sea a consecuencia del cambio climático, de métodos agrícolas no sostenibles o de la sobreexplotación de los recursos hídricos— es una amenaza para la seguridad alimentaria», afirma el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en un comunicado recogido por el Centro de Noticias de Naciones Unidas y difundido por Europa Press. Un tercio de cosechas y la mitad del ganado están en tierras de secano (fértiles).