Icono del sitio La Razón

Una familia entierra vivos a tres hermanos por ‘venganza’

Los hermanos Basilio, Sabino y Bonifacio Espinoza Flores fueron enterrados vivos en la comunidad de Watallani,  Tapacarí, por familiares de un agricultor que falleció el domingo pasado. La Policía rescató la tarde de ayer los cadáveres de la fosa donde fueron martirizados.

Con estos tres decesos, la cifra de personas que este año perecieron en Bolivia a manos de turbas que toman la justicia por mano propia, en nombre de la justicia comunitaria, subió a 18, según reportes policiales.

El hilo de la tragedia de la familia Espinoza Flores comenzó a desenvolverse el domingo, cuando en la comunidad de Watallani, distante a tres kilómetros y medio de Tapacarí, se realizó el levantamiento legal del cadáver de Miguelino Delgado Condori. La Policía presume que Delgado murió por atragantamiento.

«Se habría atorado con algo, estaba en estado de ebriedad, (pero) los pobladores pensaron que estas tres personas lo asesinaron, y por eso los mataron», informó el coronel Hernán Trujillo, comandante departamental de la Policía de Cochabamba.

Los tres hermanos y Miguelino Delgado Condori fueron a beber el domingo, día en que se lo halló muerto. Sus familiares presumieron que los Espinoza Flores habían tomado venganza porque Miguelino, en el pasado, les había acusado de robo de ganado, cargo que no fue probado.

Según la escasa información disponible en Cochabamba —de fiesta por el 200 aniversario de la gesta libertaria de 1810—, los hermanos fueron interceptados en un camino rural por una cincuentena de parientes del difunto (hermanos, padres, primos y otros) entre las 17.30 y 18.00 del lunes.

Luego de golpearlos con palos y piedras, los ataron de manos y arrastraron hasta una fosa que habían cavado, donde los sepultaron vivos.

Según informes preliminares del forense, dos de ellos intentaron escapar, pero fueron apedreados y obligados a retornar a lo que sería su tumba. Los familiares de Miguelino Condori echaron piedras y espinas antes de colocar una capa de al menos un metro de tierra encima.

El crimen fue denunciado por Faustina Flores Mamani y Valentina Espinoza Flores, madre y hermana de las víctimas. A las cinco de la madrugada de este martes, una comisión compuesta por 18 efectivos policiales, el fiscal asignado, Jaime Arancibia, y un médico forense, partió al lugar para rescatar los cuerpos.

La Policía dijo anoche que al menos ocho parientes de Miguelino Delgado Condori fueron identificados como responsables del triple crimen. Para hoy está prevista la autopsia de los tres cuerpos.

Un Repaso a los casos

30 de enero
Un joven (18) fue linchado en Quillacollo (Cochabamba). Violó a una adolescente.
Mayo
Ayllus de Uncía (Potosí) torturaron y lincharon a cuatro policías tras acusarlos de extorsiones.
8 de junio
En Juruna (Potosí) un hombre fue ejecutado por haber violado.
29 de julio
Ayllus de Uncía lincharon a un minero. Lo acusaron de robo.

Una turba prende fuego a joven en Ticti Norte

Una muchedumbre de al menos 150 vecinos de Ticti Norte, Cochabamba, roció con gasolina y prendió fuego a un joven de 22 años. La víctima fue rescatada por la fuerza pública y tiene quemaduras en el 12 por ciento de su cuerpo.

La versión de que un grupo de delincuentes robó las recaudaciones de una iglesia local enfureció a los pobladores de la zona.
Javier V. U. fue capturado, según los vecinos, sustrayendo dinero y objetos de valor de una iglesia local la madrugada del lunes, junto a otros tres jóvenes que se dieron a la fuga. El joven, que estaba ebrio, negó estos cargos.

La captura del muchacho y la huida de sus presuntos cómplices corrió como reguero de pólvora entre los vecinos, que comenzaron a aglomerarse, detalló el vocero de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), Richard Vargas, según informó ayer la prensa cochabambina.

Hubo quienes identificaron al joven como miembro de una pandilla que tiene amedrentada a esta zona, lo que aumentó la ira de la turba. Javier V. U. fue flagelado, le prendieron fuego e iban a ejecutarlo cuando fue rescatado por efectivos del grupo policial Delta, quienes lo condujeron a un hospital para que reciba asistencia.

«Él fue sorprendido robando en la iglesia y en esas circunstancias llegó la Policía haciendo uso de gases lacrimógenos, logró rescatarlo y llevarlo al hospital», explicó el jefe policial. El parte médico dice que el muchacho tenía policontusiones y quemaduras en brazos y piernas.