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Comunario acusado de brujería fue enterrado vivo en Mizque

El cadáver de Jorge Cano Rojas (48) fue exhumado ayer por la Policía 40 días después de haber sido enterrado vivo por pobladores de la localidad de Pajcha Alta, quienes lo acusaron de practicar brujería y ocasionar la muerte de otro comunario.

El hecho ocurrió el 20 de agosto en la provincia Mizque, a 120 kilómetros de la ciudad de Cochabamba. Ese día, 10 comunarios liderados por Alfredo M. capturaron a Cano y lo arrastraron hasta la casa comunal de Pajcha Alta donde lo golpearon, según relató ayer el hijo mayor de la víctima, Juan Carlos Cano.

Luego de la paliza lo trasladaron hasta el cementerio de la comunidad. Juan Carlos acababa de llegar del Cercado a Pajcha Alta  y los campesinos lo llevaron al lugar para ver cómo enterraban a su progenitor. «Estaba todo golpeado, su cara llena de sangre. A mi padre lo enterraron vivo. Él decía ¡piedad! pero no le escucharon y cuando quise ayudarlo no nos dejaron y me amenazaron con hacerme lo mismo». Después, «lo han metido a una fosa y lo encerraron en el cementerio».

Los pobladores acusaron a Jorge Cano de practicar la brujería y causar la muerte de Miguel Aquino, con quien había tenido roces en el pasado.  Según el hijo de la víctima, cuando Aquino se enfermó lo llevaron donde un curandero quien aseguró que lo había embrujado un vecino, y la familia acusó a Cano, quien fue capturado ese mismo día.

Cuando la familia de la víctima denunció el caso, los autores del crimen dijeron que Cano era curandero y que acostumbraba a llevar a su casa a menores de edad y denunciaron indicios de abuso sexual. Sin embargo, Juan Carlos negó la acusación y aseguró que fue una excusa para matar a su padre.  «Se han inventado eso cuando han visto que yo no me iba a quedar tranquilo y que los denuncié a la Policía», aseguró.

El sociólogo Marcelo Fernández explicó que estos ajusticiamientos se deben a una serie de factores como el proceso de cambio que vive el país y al deslinde jurisdiccional, «donde se confrontan la visión de comunidad y la de la estatal». La madrugada de ayer, 60 policías del grupo Delta y del Comando Regional de Punata ingresaron a Pajcha Alta.

En presencia del fiscal se exhumó el cadáver, se lo trasladó a la morgue del hospital Viedma para la necropsia. El coronel Galvin Daza, comandante policial del Valle Alto, informó de que el ingreso no tuvo inconvenientes pero al retornar comunarios de Alalay cerraron el paso del contingente y llamaron a la comunidad. «Hemos tenido que tomar otro camino seguro para llegar a Punata», dijo.