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Unos 15 burdeles se asientan en Miraflores, nueva zona rosa

Desde el Hospital Obrero hasta la plaza Villarroel, en Miraflores, funcionan al menos 15 burdeles, unos de forma legal y otros de manera clandestina; lo hacen al lado de hospitales y centros educativos, lo que ha convertido a este sector en la nueva zona rosa de la urbe paceña.

«Yo vivo en la calle Honduras. Aquí a la vuelta hay tres lugares que funcionan como lenocinios. Hay chicas que salen todas las mañanas en estado de ebriedad y eso ven los niños que van al colegio a esa hora», comenta Yolanda Vargas, vecina de Miraflores.

La Razón recorrió ayer la zona e identificó seis casas donde —según el relato de vecinos, información de la Policía y la comprobación vía teléfono realizada por este diario— operan burdeles. Sin embargo, fuentes policiales y personas que viven en el lugar aseguran que en Miraflores centro hay al menos 15 burdeles ubicados entre la avenida Busch y las calles Honduras, Puerto Rico y Lucas Jaimes.

Justo en esta calle, media cuadra más abajo del Hospital Obrero, funciona uno de estos locales en una vivienda de color blanco con azul que aparenta ser una casa común. Este diario llamó al número que publica un aviso publicitario del local, y por teléfono se le informó del costo por hora y la dirección del lenocinio clandestino.

«Entran y salen hombres casi todas las noches. Mucho movimiento no se ve, pero sí corremos riesgo los vecinos por el estado en el que salen de esa casa», confirma Gloria, una vecina que trabaja en una tienda cercana.

En la calle Honduras, antes de llegar a la calle Diego de Peralta, un foco azul es la señal de que en esa casa con rejas elevadas hay meretrices que ofrecen sus servicios. «La luz se enciende desde las 21.00 y desde esa hora empiezan a llegar señores bien vestidos. A las 8.00 salen junto con menores y adultas y toman radiotaxis», cuenta Marco Guzmán, un vecino.

Más arriba, entre las calles Puerto Rico y Honduras, hay tres viviendas que por las noches se convierten en prostíbulos. Son casas de dos pisos de colores marrón y que tienen su numeración grande. «Desde las 20.00 ya llegan las jovencitas. Se paran en la esquina, llaman por su celular y después de segundos se abre la puerta automáticamente y ellas ingresan. Eso ocurre todas la noches», cuenta Sofía Jáuregui, quien añade que incluso las vecinas de la zona son confundidas con meretrices por los ebrios que buscan los lugares de «remate».

Sobre la avenida Busch, a media cuadra de la calle Honduras, La Razón identificó otro burdel. Es una casa blanca cuyas ventanas están herméticamente cubiertas con telas de colores. «Este lugar es el más conocido. Los radiotaxis llegan a dejar gente y por las noches se ve mucho movimiento», dice Félix Rueda, un vecino del lugar. Una fuente policial dijo a este diario que en las calles Estados Unidos, Héroes del Pacífico, ex Chile,  y Juancito Pinto hay viviendas que  son prostíbulos clandestinos.

El caso de la Av. Brasil

El lenocinio descubierto al frente de la Universidad Central fue cerrado por la Policía. Un cartel convoca a la dueña a presentarse a la FELCC. La Fiscalía imputó a dos mujeres que fueron rescatadas el martes por riñas.

La Alcaldía dice que clausuró 100 prostíbulos

En el Macrodistrito Centro, que abarca el centro de la ciudad de La Paz y Miraflores, el Gobierno Municipal clausuró alrededor de 100 locales que aparentaban ser bares, pero que en realidad funcionaban como lenocinios.

El subalcalde interino del sector, Santiago Medeiros, explicó que, en coordinación con la Guardia Municipal, todos los fines de semana se realiza operativos de control en los que se verifica si los bares y cantinas tienen la respectiva licencia de funcionamiento. En caso de encontrar locales que no cumplen las reglas, son  clausurados.

«Recorremos el Distrito 1 (centro y San Sebastián) y el Distrito 2 (Miraflores). Detectamos que hay una fuerte incidencia en la zona del Rosario y Miraflores. Este año clausuramos aproximadamente unos 100 locales en todo el macrodistrito que aparentaban ser de expendio de bebidas y en realidad funcionaban como burdeles», informó Medeiros a La Razón.

Explicó que el trabajo de meretrices es una actividad dinámica, por lo que es difícil descubrirla. «Clausuramos uno tras sorprender que están con esta actividad, sin embargo, se trasladan a otro lugar (o siguen funcionando)», señaló la autoridad.

El Sedes registró sólo 18 negocios

El Servicio Departamental de Salud (Sedes) de La Paz otorgó certificados sanitarios sólo a 18 negocios que ofrecen servicios sexuales, pero que se registraron como night clubes (11) y whiskerías (7) que tenían sus papeles en regla, hasta marzo de este año. Ni la Alcaldía ni la Policía departamental tienen datos de cuántos lenocinios se han establecido en la ciudad de La Paz.

La directora del Centro de Salud Piloto, Nailín Vega, informó que en marzo quedó suspendida la emisión de este documento tras un conflicto con centros nocturnos. Los negocios que tienen el certificado sanitario del Sedes son La Miel, Las Musas, Xcape, Estambul, La Encantada, Paraíso y Katanas, entre otros.

«Las mujeres que trabajan en estos centros tienen su carnet sanitario, el cual deben traerlo para sus controles de salud. De esa manera se controla», señaló Vega. El carnet sanitario no se otorga a menores de edad y tampoco a personas que trabajan como meretrices en lenocinios clandestinos.

De hecho, en el burdel ilegal descubierto el martes en la avenida Brasil, de la zona de Miraflores, las cinco mujeres que presuntamente prestaban servicios ahí como meretrices no contaban con el certificado sanitario. «Realizamos inspecciones donde les pedimos ese documento actualizado. Cada una debe venir al centro cada semana y hacerse un examen ginecológico».

Según dijo, para tener una normativa eficaz que permita llevar un mejor control de las personas que trabajan en esos centros, es necesario un acuerdo entre autoridades del Sedes, las juntas de vecinos y las meretrices.