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‘La relación con la pantalla está cambiando ’

¿Un futuro en el que las consolas lean la mente?

Kinect no lee la mente. Es una herramienta fantástica, con muchas posibilidades y a la que no estamos acostumbrados. Nuestra relación con las pantallas era unidireccional y eso está cambiando.

La trama de su videojuego es bastante clásica… ¿Todo está aún en Shakespeare?

Es un juego muy europeo. Es épico, pero le veo una inspiración más dickensiana. Es de un revolucionario que quiere derrocar a un rey. Por lo demás, es bastante normal, la gente se casa, se mudan juntos… Es cierto, se permite hasta el matrimonio homosexual… Lo cual es un asunto un tanto espinoso en según qué países.

Como creador de videojuegos en los que uno hace de Dios…, ¿está obsesionado con el poder?

De la misma manera que lo está un niño que coge un palo. Lo que me apasiona del poder es que además conlleva una responsabilidad.

Eso es de Spiderman…

Es una cuestión de elecciones y de consecuencias. Si caminas por un puente que se va a romper con una persona enormemente gorda…, ¿le tirarías para salvarte? Mis juegos te enfrentan con esa clase de dilemas.

¿Cómo se adapta uno a la realidad tras jugar cuatro horas a ser Dios?

Creo que como mejor persona.

¿Confía en la bondad intrínseca del ser humano?

Creo que el 99,9% de la gente es maravillosamente buena, aunque están frustrados.

¿Qué hizo con su primer millón de libras?

Liquidé las deudas y pedí un montón de cientos de libras en monedas para alfombrar el dormitorio de mi madre. A ella no le hizo tanta gracia.

¿Deja a su hijo jugar a la consola?

Por supuesto. Trato de guiarle para que él mismo se ponga sus límites de tiempo de juego.