Sociedad

Sunday 28 Apr 2024 | Actualizado a 16:58 PM

Al día notifican dos casos de agresión a gente de la tercera edad en La Paz

Violencia. El 2009 hubo 247 hechos contra adultos mayores y 311 contra menores de 18.

Por La Razón

/ 22 de noviembre de 2010 / 05:00

Según los datos de la ONG Centro de Orientación Sociolegal para el Adulto Mayor (Coslam), entre enero y octubre de este año se notificaron 640 casos de maltrato y violencia contra personas de la tercera edad; el 55% (349) fue a mujeres y el 45% (291) a hombres. Como promedio se calcula que cada mes se reportaron 64 casos, es decir alrededor de dos al día.

Estas cifras engrosan los registros de violencia intrafamiliar en la ciudad de La Paz, los cuales, según los Servicios Legales Integrales Municipales (SLIM), llegaron a 247 hechos contra adultos mayores y 311 a menores de 18 años, durante el 2009.
Sólo tomando en cuenta la relación de casos que llegaron a los SLIM el 2009, se puede establecer que las agresiones a adultos mayores son,    en número, casi iguales a las que se infringen sobre niños y niñas.

El estudio de Coslam revela además que en lo que va de este año, octubre fue el mes con la mayor cantidad de agresiones contra adultos mayores, con 79 registros de maltrato.

La jefa de la Unidad de Atención Integral a la Familia de la Alcaldía de La Paz, Roxana Minaya, explica que en la mayoría de los casos los agresores son los propios hijos, seguidos por los familiares en segundo y tercer grado de consanguinidad.

La violencia aumenta, opina la encargada del Área del Adulto Mayor del Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges) de la Gobernación de La Paz, Rosario Molina.

«En los últimos años han aumentado los casos porque los hijos no quieren responsabilizarse de sus padres, ellos siempre los insultan si no pueden hacer algo, se cansan de ellos y los maltratan».  Molina ha conocido casos extremos donde además se ha tenido que llevar a las víctimas a un centro para adultos mayores.

Según datos del SLIM de La Paz, la mayor cantidad de casos de maltrato contra la tercera edad, durante 2009, se presentó en el Macrodistrito Periférica, con 85 registros. Siguen: Max Paredes, con 45 casos; San Antonio, con 44; Centro, con 39; Sur, con 16; Cotahuma, con 14; Hampaturi, con dos, y Mallasa y Zongo, con uno.

En el caso de los menores de 18 años, el 2009 se reportaron más hechos en el Macrodistrito Cotahuma, con 213 casos; en segundo lugar se ubicó San Antonio, con 51; luego estuvo Periférica, con 37; Hampaturi, con siete; Mallasa, con dos, y Zongo, con uno.

Causas. El principal motivo de la violencia contra adultos mayores es que los agresores los consideran estorbo, coinciden Minaya y Marisabel Mendoza, administradora del Centro Rosaura Campos, hogar de acogida transitoria.

«Los ancianos son considerados así por los hijos, porque por su edad avanzada ya no aportan a la casa, tienen problemas de salud, manejo, independencia y por eso en muchas ocasiones son maltratados», comenta la administradora del centro.

Otra de las causas se debe a que familiares y otros allegados se aprovechan de los adultos despojándolos de sus propiedades y dinero. «Existen casos en los que agreden para obligarlos a que les entreguen bienes como casas y terrenos. Además se suscitan otros problemas cuando el anciano cobra su renta Dignidad; los hijos les quitan ese dinero y luego les dan una mínima parte, lo que genera más violencia», informa Rosario Molina.

Las mujeres de la tercera edad son las que más sufren agresiones debido a «la cultura, la idiosincrasia del país y el machismo que hay», dice el asesor jurídico de Coslam, Jaime Zuloaga.

En el caso de doña Virginia (nombre ficticio), fue la primera vez que recibió maltrato. Por pedirle a su sobrina, quien vive con ella junto a su sobrino nieto, que ordenara un poco la vivienda, recibió una golpiza que le dejó lesiones en diversas partes del cuerpo y cinco días de impedimento.

«Cuando la golpeaban no sabía qué hacer porque además el niño (el hijo de su sobrina) gritaba. Lo único que hizo la señora fue encerrarse en su cuarto. Ahora quiere que su sobrina se vaya de su casa», cuenta Blanca Cuba, trabajadora social del Centro de Orientación Sociolegal.

La profesional del Coslam acota que además de las magulladuras, a la señora golpeada le duele que «siendo su sobrina le haya hecho eso, pese a que la apoyó económicamente porque no trabaja».

El abandono también es considerado un tipo de maltrato, explica el responsable nacional de los programas de Derechos Humanos de Personas Adultas Mayores de la Defensoría del Pueblo, Marco Lucero, Mendoza acota que en los últimos años aumentaron los registros de abandono de la gente de la tercera edad, debido a que «la familia entera sale a trabajar y los parientes dicen que no hay quién lo cuide (al adulto mayor) y no se hacen cargo. Por día hay una persona que busca información para poder internar a un anciano en un hogar».

Los dos hogares estatales que hay en La Paz, dependientes del Sedeges, dan servicio a personas de la tercera edad que han sido abandonadas  por sus familiares. El hogar María Esther Quevedo atiende a 39 personas, de las cuales 17 son externas, es decir que reciben una beca por alimento, y 22 son internas que se encuentran en situación de abandono total por parte de sus parientes. «Se considera abandono total de un anciano cuando se verifica que no tiene familiares, no tiene recursos ni dónde vivir o cuando los hijos se deslindan de la responsabilidad», explica Mendoza.

El centro Rosaura Campos beneficia a 34 personas, 16 son externas y 18 internas, quienes están en el hogar de una forma transitoria hasta que el personal de la institución pueda encontrar a los familiares.

Teresa (nombre ficticio), de 86 años, es interna de uno de los centros que no recibe visitas de parientes. Dos de sus hijos han muerto y la única familiar conocida es una hija.

La octogenaria, sin embargo, asegura que sus hijos están vivos y que algún día aparecerán para trasladarla a Cochabamba, la tierra donde nació, y vivir con ella.

De vez en cuando una mujer llega desde la capital del valle con sus dos hijas y visita a Teresa. Si bien no son familiares, ella cree que sí y que las dos jóvenes son sus nietas.

Bigotón, como lo llaman sus compañeros, es otro de los adultos mayores internados y que no recibe visita de sus seres queridos.
Tiene 63 años, desde hace tres que se internó y desde hace 25 que no ve a sus dos hijos y a su esposa.

«Se cansaron de mí y los comprendo porque los hice sufrir mucho ya que me dediqué al vicio del alcohol», cuenta mientras enseña su cuarto en el hogar, el mismo donde antaño vivió su madre.

«A veces la pena es tan grande que nos hundimos en una depresión profunda, no sabes qué hacer. A veces quisiera entregarme a un vehículo y dejar de existir. Por eso, les pido a los hijos que visiten a los ancianos, que no los maltraten, que les den amor y que no se molesten si les quieren hacer una caricia», dice mientras no contiene la emoción y llora.

¿Dónde denunciar?

– En La Paz se puede acudir a las Plataformas de Atención a la Familia:

* Centro. Av. Mariscal Santa Cruz. Ed. Dante. Telf. 2317105
* Cotahuma. Avenida Jaimes Freyre. Telf. 2421112
* Max Paredes. Avenida Entre Ríos esq. Chorolque. Telf. 2456242
* Periférica.Avenida Montes  Telf. 2286700
* Coslam. Calle Bolívar esq. Ballivián. Telf. 2202333

– En El Alto se puede pedir ayuda a:

* FELCC El Alto. Calle Jorge Carrasco. Telf. 2812885
* Unidad de la Persona Adulta Mayor (UPAM). Av. Juan Pablo II. Telf. 2847257
* Brigada de Protección a la Familia. Avenida Héroes del Pacífico. Telf. 2821212
* Coslam. Calle 6, plaza Boris Banzer #86.

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¿EJ en septiembre?

Por La Razón

/ 28 de abril de 2024 / 00:18

Renovadas acciones de amparo y medidas cautelares están paralizando nuevamente y dejan en incertidumbre las Elecciones Judiciales (EJ). Según lo establecido en la ley transitoria, este 5 de mayo debe concluir la fase de preselección de postulantes en la Asamblea Legislativa Plurinacional. Y el TSE anunció que la votación popular sería en septiembre. Hay duda sobre tales plazos.

Desde hace un año, el proceso electoral para renovar el Órgano Judicial y el Tribunal Constitucional está a la deriva. Según el mandato constitucional, las elecciones debieron realizarse en 2023. Pero políticos y operadores del sistema, en especial del TCP, se encargaron de frenar, congelar y a la postre postergar la elección. Como no se eligieron nuevas autoridades, los actuales magistrados (cuyo mandato ya se cumplió) decidieron autoprorrogarse. Fue como un guion escrito desde el principio para boicotear el proceso.

Como efecto de un bloqueo de caminos realizado en enero, finalmente la bancada oficialista en la Cámara de Diputados viabilizó las truncadas elecciones. Se aprobó entonces una ley de consenso que trazó la ruta, sus fases y los plazos tanto para la preselección a cargo de la ALP como para la votación bajo responsabilidad del TSE. Así, se publicó la convocatoria, se recibieron más de 700 postulaciones, se verificaron requisitos y se resolvieron las inhabilitaciones. Hasta ahí todo conforme a lo previsto.

En medio de la evaluación de méritos, incluida una prueba de conocimientos, varios postulantes inhabilitados por incumplir requisitos activaron demandas en la justicia para la reconsideración de sus casos. Todas esas acciones prosperaron dejando en suspenso el proceso de preselección de postulantes. Y el plazo corre. Luego de calificar los méritos, la Comisión Mixta de la Asamblea debe aprobar su informe, que será la base para la elección, por dos tercios, en sesión plenaria. Queda solo una semana.

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Es evidente que algunos actores políticos y operadores judiciales están empeñados en frenar sin fecha, nuevamente, las elecciones judiciales. Sería desastroso para la institucionalidad en el país en un contexto de alta desconfianza y de crisis. Por ello es sensato que la Comisión Mixta retome el proceso desde mañana. Tampoco sería una buena señal que se amplíen los plazos, ya que ello implica postergar la votación popular (quizás hasta octubre, lo que se superpone con las elecciones primarias).

Todos sabemos que las elecciones judiciales no solucionan la crisis del sistema de administración de justicia, pero al menos implican cumplir la Constitución y evitar que los autoprorrogados continúen degradando aún más el Estado de Derecho con sus decisiones a la carta. Por ello es fundamental que la ALP culmine pronto su trabajo de preselección con voluntad política y madurez democrática. Luego será el turno de la ciudadanía en las urnas. Y seguirá en agenda la cada vez más urgente reforma estructural del sistema.

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Un asunto oscuro

Según la presidenta ejecutiva de YLB, la acusación fue fruto de una investigación técnica realizada a lo largo de dos años

Por La Razón

/ 25 de abril de 2024 / 06:59

La todavía incipiente industria del litio en Bolivia no puede salir de las sombras. Al violento arresto del exministro de Minería y exresponsable de la planta en la región de Lípez en Potosí, Luis Alberto Echazú, se ha sumado, ayer, la muerte del exgerente ejecutivo de Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB). El tema se ha politizado y, ahora, judicializado, pero del negocio no hay más que promesas.

Los contornos del caso, la actuación presuntamente arbitraria e irregular de la Fiscalía el lunes, según denuncia del abogado de Echazú, así como las declaraciones de jerarcas y portavoces del ala evista del MAS, hacen pensar en intereses políticos ligados a la sorda pelea por el poder en el partido gobernante antes que en aquellos ligados al efectivo despegue de la industria del litio en el país. El intercambio de acusaciones, con y sin fundamento, en nada ayuda a reactivar el proyecto.

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El tono y el contenido de una “carta abierta” firmada por el exgerente de YLB, Juan Carlos Montenegro, otro de los imputados, antes de morir (incluyendo una última línea en la que pide perdón a sus seres queridos por el “dolor” que les causará “esta mi decisión”), hace pensar en que detrás de la acusación hecha el jueves de la semana pasada por la actual gerente del proyecto y el procurador del Estado, además de la sorprendentemente rápida actuación del Ministerio Público, hay mucho más que la búsqueda de justicia o de castigo a la corrupción.

Según la presidenta ejecutiva de YLB, la acusación fue fruto de una investigación técnica realizada a lo largo de dos años, asunto del cual ni ella ni su antecesor habían dicho nada anteriormente. Al ser conducido a celdas policiales, el exministro, ahora en detención domiciliaria, afirmó que “el Gobierno quiere ocultar tres años y medio” de parálisis en el que debería ser el proyecto más importante del Estado Plurinacional en los últimos años.

Coincidiendo con la denuncia de YLB contra exfuncionarios de la institución, el mismo día, el Presidente del Estado acusó a “potencias mundiales” y un “país vecino” de pretender controlar los recursos naturales del país, especialmente el litio, bloqueando las exportaciones y excluyendo a Bolivia en procesos estratégicos de comunicación. A la luz de lo sucedido en los últimos años, es evidente que el principal obstáculo está en el Estado y no fuera de las fronteras.

Mientras Chile se abre a las inversiones de riesgo compartido y se propone recuperar el sitial de primer exportador de litio en el mundo en los próximos dos años, y el presidente de Argentina busca entregar las reservas de su país a las transnacionales del sector, Bolivia todavía no ha mostrado cuál es su estrategia de industrialización y comercialización del preciado mineral, al extremo que ni siquiera ha transparentado los acuerdos (no contratos) que tiene con empresas chinas y rusas. Así, es imposible tener optimismo en el futuro del litio.

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Ley ‘antihombres’

Los datos son innegables y terribles: la violencia contra las mujeres, lejos de disminuir, persiste e incluso aumenta.

Por La Razón

/ 21 de abril de 2024 / 00:27

La penosa declaración del presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, en sentido de que la Ley 348 es una ley “antihombres” (sic), puso en agenda la cuestión irresuelta de la violencia contra las mujeres. Rodríguez recibió fuertes críticas, pero también adhesiones. Lo preocupante es que fomenta a grupos antiderechos y pone en riesgo una norma que protege a las mujeres.

 La ley integral para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia (Ley 348) fue promulgada por el presidente Morales en marzo de 2013. Su objeto es establecer mecanismos, medidas y políticas integrales de prevención, atención, protección y reparación a las mujeres en situación de violencia, así como la persecución y sanción a los agresores. Se trata de una ley avanzada, resultado de muchos años de lucha de las mujeres por sus derechos en una sociedad patriarcal y machista como la boliviana.

En 11 años de vigencia, la Ley 348 permitió el registro de centenas de miles de denuncias de violencia contra mujeres en el país. Según datos del Observatorio de Género de la Coordinadora de la Mujer, el año pasado hubo casi 52.000 denuncias. Los casos de violencia familiar o doméstica, que son la mayoría, se incrementaron en 193% entre 2013 y 2023. Cada día, en promedio, hay 142 denuncias de violencia contra mujeres, 30 agresiones sexuales, 104 embarazos de niñas y adolescentes. En 2023 se registraron 81 feminicidios.

Los datos son innegables y terribles: la violencia contra las mujeres, lejos de disminuir, persiste e incluso aumenta. Por ello son deplorables afirmaciones tan ligeras como que la Ley 348 es una “ley antihombres” o, peor, que “la violencia no tiene género”. Si bien existen acusaciones falsas contra hombres, e incluso detenciones arbitrarias presumiendo culpabilidad, ello no atenúa ni menos niega la abrumadora evidencia de que las mujeres son las victimas sistemáticas de actos de violencia en todas sus formas.

En su capítulo de derechos fundamentales, la Constitución señala con claridad que “todas las personas, en particular las mujeres, tienen derecho a no sufrir violencia física, sexual y psicológica”. Y establece que el Estado tiene la obligación de adoptar las medidas necesarias para prevenir, eliminar y sancionar la violencia de género.

Con ese mandato constitucional, la Ley 348 define mecanismos para proteger a las mujeres. Y traza la ruta para la denuncia, persecución y sanción penal de los agresores.

Es evidente que se requiere una reforma normativa y hay valiosas propuestas para el efecto. Pero sobre todo fallan los operadores del sistema judicial. Claro que debe evitarse que haya hombres inocentes en prisión, pero sobre todo que los feminicidas y violentos estén libres. Las polémicas palabras del presidente del Senado tendrían que servir para debatir el tema, mejorar la ley, garantizar en serio para las mujeres una vida libre de violencia y frenar las muy peligrosas campañas antiderechos.

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Un vecino conflictivo

El gobierno de Milei podría estar buscando consolidar su base política mediante el nacionalismo y el anti-izquierdismo

Por La Razón

/ 18 de abril de 2024 / 07:06

Días atrás, la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, informó que había decidido reforzar la seguridad en la frontera con Bolivia debido a la supuesta presencia de cientos de militares iraníes en el país. La respuesta de la Cancillería boliviana fue tan rápida como mesurada, en evidente contraste con el tono que está adoptando el gobierno de Javier Milei.

Desde el inicio, la presidencia de Javier Milei ha sido notable no solo por sus políticas internas de shock, sino también por su manejo de las relaciones internacionales, especialmente con países latinoamericanos de gobiernos considerados izquierdistas. Sus controversiales interacciones con líderes regionales han generado un amplio debate sobre las estrategias diplomáticas y sus implicaciones tanto a nivel regional como doméstico.

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Primero, el intercambio de insultos con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, provocó una rápida escalada de tensiones que afortunadamente no pasaron a más. Milei respondió a las críticas de López Obrador, quien había tildado a Milei de “facho conservador”, con términos igualmente duros, exacerbando las fricciones bilaterales. Este tipo de diplomacia de confrontación no solo socava las relaciones tradicionalmente cordiales entre Argentina y México, sino que también plantea preguntas sobre la estabilidad regional.

Por otra parte, las relaciones con Colombia se tensaron significativamente después de que Milei llamara al presidente Gustavo Petro «comunista asesino». Esta declaración provocó una pronta respuesta diplomática de Colombia, incluyendo el llamado de su embajador en Buenos Aires, lo cual subraya la seriedad del conflicto y el impacto en las relaciones diplomáticas; por ahora las relaciones entre ambos países están normalizándose y los respectivos embajadores han regresado a sus funciones.

Asimismo, la afirmación de la ministra Bullrich sobre la presunta presencia de militares iraníes en Bolivia añadió más leña al fuego, mostrando una tendencia hacia declaraciones provocativas que pueden tener serias repercusiones diplomáticas y de seguridad. Algo similar había ocurrido poco antes, cuando el presidente Milei afirmó que el gobierno de Chile iba a llevar a ese país a la pobreza por adoptar políticas socialistas. En ambos casos la respuesta fue pronta, mesurada y contundente.

En el frente interno, estas controversias internacionales parecen servir como una cortina de humo para desviar la atención de los problemas económicos graves que enfrenta Argentina, como la inflación y el estancamiento económico. Al centrarse en conflictos externos, el gobierno de Milei podría estar buscando consolidar su base política mediante el nacionalismo y el anti-izquierdismo, mientras posterga o minimiza la discusión sobre la necesidad de reformas económicas internas profundas.

Es posible que las tácticas de confrontación de Milei tengan un atractivo político inmediato entre ciertos sectores en Argentina que le son afines, pero los riesgos asociados a alienar a países vecinos y potenciales socios comerciales son altos, especialmente en el mediano y largo plazos, cuando el polémico mandatario ya no esté en funciones.

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Los medios en cuestión

Por La Razón

/ 14 de abril de 2024 / 00:20

El reciente estudio Delphi de la Fundación Friedrich Ebert (FES-Bolivia), realizado con líderes de todo el país, revela datos delicados respecto a los medios de comunicación y su desempeño. Además de una baja confianza, se percibe a los medios como promotores del conflicto y como actores políticos que informan en función a su agenda e intereses. La evaluación es crítica.

Hubo un tiempo en que los medios de comunicación y periodistas, en general, estaban en la cima de la confianza ciudadana. Junto con la Iglesia Católica, tenían muy alta legitimidad. Hoy es diferente: en la Delphi de la FES, solo el 7% tiene una confianza alta o muy alta en los medios. Para el 39% es regular. Y un mayoritario 54% confía poco o nada. Estos datos debieran preocuparnos. Si bien estamos mejor que otras entidades, la confianza es un bien preciado que los medios debemos recuperar y preservar.

En un contexto en que los medios digitales y las redes sociales tienden a desplazar a los medios de comunicación tradicionales como principal fuente de información, es necesario hacer un examen acerca de nuestro desempeño. ¿Cómo nos evalúan los líderes? Más de dos tercios, nada menos, sostienen que los medios informan en función a su propia agenda e intereses. Si sumamos el 13,5% que nos perciben como manipuladores, el saldo es muy negativo. Solo un marginal 7% cree que los medios informan con veracidad.

La baja confianza en los medios y la percepción de que informan más pensando en ellos mismos que en la sociedad, quizás se explican, entre otros factores, porque varios operadores mediáticos están polarizados y alientan la polarización. Lo vimos como tragedia en la crisis de 2019, cuando algunos medios y periodistas avalaron y hasta justificaron las masacres. Ello se reafirma en la Delphi: 86% de los líderes consultados sostienen que los medios promueven enfrentamientos y conflictos en el país.

Por si fuera poco, en estas percepciones reveladoras de la situación del campo mediático en Bolivia, casi nueve de cada 10 participantes en el estudio de la FES están de acuerdo con la afirmación de que los medios actúan como si fuesen actores políticos. Es tremendo. Para los liderazgos, la esencia de los medios se está perdiendo. En su balance, varios medios y periodistas están más cerca de la acción política que de la labor informativa. Eso, por supuesto, va en desmedro del periodismo.

Los estudios de percepción cualitativa y de opinión pública expresan tendencias generales en momentos determinados. Son útiles para la reflexión y el análisis. Y contribuyen a la autocrítica. Pero hay diferencias. Más allá de las percepciones aquí descritas, es meritorio el trabajo de medios que persisten en el empeño de cuidar y cultivar cada día los derechos a la comunicación e información. Como diario nos situamos en ese camino reafirmando nuestro compromiso con el libre ejercicio del oficio periodístico.

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