Sociedad

Wednesday 17 Apr 2024 | Actualizado a 20:31 PM

Sepa cómo elegir la mejor consola de videojuegos

Según los expertos, la PS III tiene los mejores gráficos, la X BOX 360 variedad de juegos y on line, y la Nintendo Wii, el control innovador

Por La Razón

/ 28 de noviembre de 2010 / 05:00

¿Cómo elegir una buena consola de videojuegos y no gastar en vano para Navidad?, es la pregunta que se hacen los padres de familia, mientras sus hijos no dejan de insistirles en que les compren una Play 3, X Box o la Nintendo Wii. «Depende de la edad del niño, si es hijo único o si tiene hermanos», señaló Ramiro Quispe, un vendedor de la Huyustus, quien atiende una tienda de consolas y juegos.

Es decir, no cualquier videoconsola es para todo tipo de niño o joven. La PlayStation III es la última versión de consolas de la marca Sony; la XBox 360 es el estandarte de Microsoft; y el Wii es la gran apuesta de la pionera Nintendo.

Según Quispe, los niños prefieren la Wii por su innovador control, que no necesita cables al equipo; los adolescentes optan por XBox 360 por la calidad de los gráficos y variedad de juegos; pero la Play 3 es la más completa de todas.

Pero, ¿cuál es la diferencia entre las consolas? «Las utilidades y los precios», señaló Miguel Fernández, un ingeniero electrónico y fanático de los video juegos. «El PS 3 tiene buenos gráficos, lee Blu Ray (formato de disco óptico de alta definición y capacidad), pero es caro; el XBox tiene el mejor on line (jugar con otros via internet) y lector de DVD; y el Wii es el más entretenido, familiar y tiene el control inalámbrico», explicó.

 Entonces, cada consola tiene su público definido, pero no definitivo. La Wii tiene un concepto familiar y de plena actividad para los niños; la XBox tiene una amplia variedad de juegos on line: y la PlayStation III es la que tiene mayores opciones de entretenimiento, según el portal especializado, GamersPro,

Para Mariano, un joven de 16 años,  lo importante a la hora de comprar una consola es verificar que sea «original, último modelo y no reacondicionado, porque se han detectado fallas en la XBox y Play,  que al ser versiones antiguas ya no pueden arreglarse», dijo.

Precios. La Razón realizó un recorrido por  las zonas Huyustus y Eloy Salmón, para conocer sus características y precios. Las videoconsolas cuestan en promedio entre 350 y 500 dólares, por lo que la inversión o gasto debe ser bien pensada. «Es mejor que compre en noviembre porque para antes de Navidad los precios subirán», alertó Sonia, una vendedora de una tienda en la Eloy Salmón.

En las tiendas de la Huyustus, la PlayStation III con un control original tiene el costo de $us 430. En la Eloy Salmón, la misma consola cuesta $us 445, con la diferencia que incluye un chip que permite leer las copias de CD (los originales cuestan entre $us 60 y 80). 

La XBox 360 tiene un precio promedio de $us 450 con disco duro (donde se pueden grabar juegos) aunque por $us 360 se puede comprar una consola sin disco duro (que sólo lee los discos a Bs 10 cada uno).

La Wii se vende a $us 400 con un control y un juego original. las copias de los juegos tienen un costo entre Bs 10 y 15, y los accesorios( raquetas, palos de golf, pistolas, etc) llegan a costar hasta Bs 250, la versión china.

Kinect y Move, las novedades  inalámbricas

La posibilidad de jugar sin la limitación de los cables no es exclusividad de Wii, también  Box y Play Station tienen dispositivos que captan los movimientos y ya están a la venta en La Paz. Se trata del Kinect y Move.

«El Kinect será el boom de la Navidad y ya tenemos pedidos por lo que aconsejo que lo compren en noviembre», dijo doña Zoila, la dueña de una tienda de video juegos de la Eloy Salmón, que vende cada unidad a $us 350 con un juego incluido (en EEUU el costo es de $us 150).

El Xbox Kinect es un dispositivo que captura los movimientos de los jugadores para poder manejar el vídeo juego. Además de capturar los movimientos, este también incorpora reconocimiento facial y reconocimiento por voz, a través de un escáner.

«Con este nuevo dispositivo, se prevé dar un nuevo paso en la forma de jugar los juegos, ya que no tendremos que hacer uso de los mandos, sino que tendremos todo nuestro cuerpo libre, y todo lo moveremos por medio de los movimientos de nuestro cuerpo», señala GamersPro. El dispositivo fue lanzado el 4 de noviembre.

Move. Sony no se quedó conforme con su PS3 y lanzó en septiembre el PlayStation Move, que consiste de dos controles muy parecidos a dos maracas sin cables que, conectados a una cámara USB de manera inalámbrica, son capaces de identificar la actividad de los jugadores. La experiencia de juego es similar a la que ofrecen los controles del Wii de Nintendo.

En La Paz, el Move se vende a $us 180 (en EEUU el precio es de $us 99), aunque en la Eloy Salmón llegaron consolas de PlayStation III con el Move y un juego original, todo a $us 600. «Los padres compran estos dispositivos como regalo para la familia, no tanto para una sola persona», acotó Zoila.

La opción de las portátiles PSP y Nintendo DS

Para los niños o jovenes que no se conforman con jugar en casa, y prefieren jugar en la calle o mientras viajan, las consolas portátiles son otra opción. Nintendo DS y PlayStation Portatil (PSP) son las reinas del segmento y compiten entre sí. En La Paz, ambos video juegos tienen sus fanáticos y eso se demuestra en los clubes que hay, con torneos en linea y encuentros a nivel nacional.

«A mi me gusta la DS porque tiene dos pantallas y se maneja con apuntador (pantalla táctil). Además puedes jugar con otra persona que tiene DS», señaló Luciano, de 10 años. «La PSP es superior por la calidad de los juegos, los gráficos y otras opciones como el internet», dijo por su parte, Mariano, un fanático de esta consola.

Al igual que las consolas de pantalla grande, PSP y DS tienen sus puntos a favor y en contra. Por ejemplo, la PSP tiene mejor calidad gráfica, mientras que la DS tiene dos pantallas y la adición de la pantalla táctil. En ambos casos, hay la posibilidad de competir vía on line con otros jugadores.

Tanto la Nintendo DS como la PSP ofrecen algunas funcionalidades extras. Además de su catálogo, hay que tener en cuenta que la Nintendo DS es capaz de ejecutar todos los juegos de Game Boy Advance y que algunos títulos del catálogo de PlayStation se pueden jugar en la PSP.

«Acá también hay segmentos, los niños prefieren la DS y los jovenes la PSP, el costo tiene que ver en la elección», explicó doña Zoila, mientras mostraba los dos equipos de video juegos.

PRECIOS. En las tiendas de la Huyustus y Eloy Salmón, ambas consolas se venden con precios diferenciados, de acuerdo a los modelos y la capacidad. Una Nintendo DS clásica puede costar hasta $us 180, en tanto una PSP de última generación tiene un valor de $us 270.

Los últimos modelos de la DS vienen con cámara y mayor tamaño en las pantallas, el precio está hasta en $us 240.  Además, las DS tienen la posibilidad de incorporar un chip (R4) que puede cargar juegos (cada uno a Bs 10), lo que abarata el costo, ya que cada juego original cuesta entre $us 30 y 60.

En el caso de la PSP, los costos son mayores, dependiendo la capacidad de almacenaje. A mayor capacidad, mayor precio. También pueden cargar juegos en su disco duro (a Bs 10 cada uno), ya que los juegos originales tienen un costo promedio de $us 50.

Las dos consolas tienen varios accesorios como estuches, fundas especiales, cables de conexión, apuntadores, auriculares especiales, que se venden por separado. Los costos de cada kit dependen si son originales, a un promedio de $us 50; o chinos, con un costo entre los Bs 150 y 200.

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Los medios en cuestión

Por La Razón

/ 14 de abril de 2024 / 00:20

El reciente estudio Delphi de la Fundación Friedrich Ebert (FES-Bolivia), realizado con líderes de todo el país, revela datos delicados respecto a los medios de comunicación y su desempeño. Además de una baja confianza, se percibe a los medios como promotores del conflicto y como actores políticos que informan en función a su agenda e intereses. La evaluación es crítica.

Hubo un tiempo en que los medios de comunicación y periodistas, en general, estaban en la cima de la confianza ciudadana. Junto con la Iglesia Católica, tenían muy alta legitimidad. Hoy es diferente: en la Delphi de la FES, solo el 7% tiene una confianza alta o muy alta en los medios. Para el 39% es regular. Y un mayoritario 54% confía poco o nada. Estos datos debieran preocuparnos. Si bien estamos mejor que otras entidades, la confianza es un bien preciado que los medios debemos recuperar y preservar.

En un contexto en que los medios digitales y las redes sociales tienden a desplazar a los medios de comunicación tradicionales como principal fuente de información, es necesario hacer un examen acerca de nuestro desempeño. ¿Cómo nos evalúan los líderes? Más de dos tercios, nada menos, sostienen que los medios informan en función a su propia agenda e intereses. Si sumamos el 13,5% que nos perciben como manipuladores, el saldo es muy negativo. Solo un marginal 7% cree que los medios informan con veracidad.

La baja confianza en los medios y la percepción de que informan más pensando en ellos mismos que en la sociedad, quizás se explican, entre otros factores, porque varios operadores mediáticos están polarizados y alientan la polarización. Lo vimos como tragedia en la crisis de 2019, cuando algunos medios y periodistas avalaron y hasta justificaron las masacres. Ello se reafirma en la Delphi: 86% de los líderes consultados sostienen que los medios promueven enfrentamientos y conflictos en el país.

Por si fuera poco, en estas percepciones reveladoras de la situación del campo mediático en Bolivia, casi nueve de cada 10 participantes en el estudio de la FES están de acuerdo con la afirmación de que los medios actúan como si fuesen actores políticos. Es tremendo. Para los liderazgos, la esencia de los medios se está perdiendo. En su balance, varios medios y periodistas están más cerca de la acción política que de la labor informativa. Eso, por supuesto, va en desmedro del periodismo.

Los estudios de percepción cualitativa y de opinión pública expresan tendencias generales en momentos determinados. Son útiles para la reflexión y el análisis. Y contribuyen a la autocrítica. Pero hay diferencias. Más allá de las percepciones aquí descritas, es meritorio el trabajo de medios que persisten en el empeño de cuidar y cultivar cada día los derechos a la comunicación e información. Como diario nos situamos en ese camino reafirmando nuestro compromiso con el libre ejercicio del oficio periodístico.

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Un impasse inédito

El camino hacia la resolución de este conflicto debe estar pavimentado con el respeto a las leyes internacionales

Por La Razón

/ 11 de abril de 2024 / 06:33

Aunque se afirma que no es la primera vez que ocurre en la historia reciente, lo sucedido en Quito la noche del viernes al sábado, cuando la Policía irrumpió en la Embajada de México ante Ecuador, representa mucho más que un escándalo diplomático y ha puesto al país andino en un impasse del cual será muy difícil salir, mucho más debido a la hasta ahora arrogante posición de su gobierno.

El conflicto diplomático entre México y Ecuador, cuyo antecedente inmediato fue la declaración de persona no grata a la embajadora mexicana, que luego dio paso al secuestro y encarcelamiento del exvicepresidente Jorge Glas, que acababa de recibir el estatus de refugiado político (pese a haber sido condenado por delitos comunes años atrás), ha escalado hasta alcanzar los estrados de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), donde México ha presentado una demanda buscando justicia y el respeto a las normas internacionales.

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La decisión de México de acudir a la CIJ y la convocatoria a sesiones extraordinarias de la Organización de Estados Americanos (OEA) los días martes y miércoles reflejan la gravedad de la situación y la necesidad de un marco de acción que respete los principios fundamentales de la diplomacia y el derecho internacional. Estos foros ofrecen una oportunidad invaluable para abordar el conflicto de manera constructiva, poniendo en primer plano la necesidad de soluciones pacíficas y el diálogo basado en el respeto mutuo, razón por la cual la demanda ecuatoriana de revisar los tratados internacionales es poco prudente.

En estas circunstancias, la comunidad internacional, así como los organismos regionales y multilaterales, deben actuar como mediadores para facilitar una resolución que respete las normas internacionales y promueva la estabilidad regional. Según expertos en la materia, la mediación debe enfocarse en la reconciliación y buscar una solución que permita a ambas partes superar el impasse, manteniendo la integridad de los tratados internacionales como guía.

Este conflicto sirve para poner en relieve la importancia de adherirse a los principios del derecho internacional no solo como un fin en sí mismo, sino como un medio para asegurar la paz, la seguridad y el respeto entre las naciones. La resolución de este caso podría sentar un precedente importante para el manejo de futuras disputas diplomáticas y reafirmar el valor de las convenciones internacionales como pilares de las relaciones entre Estados.

El camino hacia la resolución de este conflicto debe estar pavimentado con el respeto a las leyes internacionales y el compromiso con el diálogo y la negociación. Es imperativo que México y Ecuador, con el apoyo de la comunidad internacional y organismos como la OEA, encuentren una salida basada en el entendimiento mutuo y el respeto a los tratados que han guiado las relaciones diplomáticas durante décadas. Este enfoque no solo resolverá el impasse actual de manera justa, sino que también fortalecerá el sistema internacional basado en reglas, crucial para la coexistencia pacífica entre naciones.

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Cuidar al TSE

Por La Razón

/ 7 de abril de 2024 / 04:10

La designación, por parte del presidente Arce, de un nuevo vocal del TSE, reactivó el debate político sobre la institucionalidad electoral, la narrativa anticipada de “fraude” y el papel de las autoridades. Es un capítulo más de la disputa interna en el MAS-IPSP y en la oposición. Es fundamental asegurar la integridad y fortaleza del TSE de cara al próximo ciclo electoral.

 La Constitución establece que el TSE está compuesto por siete vocales: seis elegidos por la ALP y uno designado por el presidente del Estado. En abril de 2021, el presidente Arce designó a la vocal Dina Chuquimia tras la renuncia de Salvador Romero, quien había sido designado por la presidenta de facto Áñez. El pasado jueves, de manera intempestiva, Arce nombró a Gustavo Ávila como nuevo vocal del TSE en reemplazo de Chuquimia. El hecho generó recelo político y una polémica inconducente.

La atribución presidencial para designar a un nuevo vocal electoral está clara, salvo que no puede destituir a un vocal en ejercicio como si fuese, por ejemplo, un ministro de su gabinete. En este caso, la designación de Ávila debió estar precedida por la renuncia de la hoy exvocal Chuquimia o el cumplimiento de su mandato (seis años). No ocurrió así. Y no es la primera vez. En junio de 2021, el presidente Arce destituyó por decreto y sustituyó a seis vocales departamentales designados por Áñez.

Más allá de la legalidad en cuestión, el problema es que se daña la autonomía de la institucionalidad electoral. Y eso es crítico como señal, peor todavía cuando nos acercamos a unas elecciones generales complejas y muy marcadas por la división en el partido oficialista y la fragmentación opositora. Del otro lado, es deplorable la forma ligera e irresponsable, en este caso desde la facción evista y Comunidad Ciudadana, en que se lanzan sospechas de “fraude” y se descalifica por anticipado a las personas.

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Sin esperar un día de su mandato como autoridad, se etiquetó al vocal Ávila como “operador” (de la “proscripción” del MAS, del “fraude”, de la inhabilitación de Evo). Se descalifica así a un profesional de amplia experiencia y trayectoria en materia electoral, que desempeñó varios cargos en el Tribunal Electoral de Tarija hasta ocupar su presidencia, y que hoy puede ser un valioso integrante del TSE y reforzar su Sala Plena. Esas denigraciones precoces también dañan, y mucho, al organismo electoral.

En un contexto marcado por la polarización, una elevada desconfianza en las instituciones e incertidumbre sobre el próximo ciclo electoral, empezando por las elecciones primarias, es fundamental que todos los actores relevantes, en especial los políticos, asuman con altura la necesidad de cuidar y fortalecer al TSE. La integridad y autonomía del árbitro, así como el respeto a la voluntad ciudadana expresada en las urnas, son imprescindibles para garantizar la integridad de las elecciones y preservar la democracia.  

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Liderazgos autoritarios

Es poco probable que la clase política vaya a recuperar su vocación por el debate y la competencia democrática

Por La Razón

/ 4 de abril de 2024 / 06:13

El tema no es nuevo ni se limita a Bolivia: los valores democráticos se depauperan con cada día que pasa y en la mayoría de los casos son los propios líderes políticos quienes propician este estado de cosas. Solo esta semana hubo dos ejemplos: un expresidente propuso cumplir la ley que él mismo promulgó y otro, también expresidente, pidió a sus diputados renunciar a su cargo.

En el primer caso, se trata de la aparentemente insalvable ruptura del Movimiento Al Socialismo (MAS), partido que ahora afronta un ultimátum del Tribunal Supremo Electoral (TSE) para renovar su directiva en un congreso orgánico, que todavía no se sabe si podrá realizarse, pues hay dos convocatorias con fechas y sedes diferentes. Difícil saber cómo responderá el Órgano Electoral a la disyuntiva, que podría profundizar no solo la ruptura del partido gobernante, sino aumentar la polarización en la sociedad.

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En el afán de salvar la situación, el jefe del partido, el expresidente Evo Morales, retó al actual Presidente del Estado a competir por la candidatura en una elección primaria. Es un cambio en lo decidido en el frustrado congreso de Lauca Ñ, el año pasado, donde se dijo que el exmandatario es “el único” candidato del partido, desconociendo la Ley 1096, de partidos políticos, y su reglamento específico sobre elecciones primarias; pero también una muestra de una vocación de uso instrumental de la norma.

Si tal actitud no es suficiente muestra, las oficiosas declaraciones de los áulicos del expresidente, prometiendo baños de sangre u ofrendar sus vidas, por la “libertad”, la “democracia”, y “por supuesto, por nuestro líder”, como dijo un senador hábil para el victimismo y la desinformación, muestra el poco aprecio por el juego limpio.

En el segundo caso, se vio al también expresidente Carlos Mesa pidiendo a sus legisladores electos renunciar a su silla en la Asamblea Legislativa si no se avienen a seguir sus instrucciones. No hace falta ser un gran intelectual para saber que la democracia implica gestionar el disenso, tarea propia de un buen líder. Un mensaje que instruye obedecer ciegamente al jefe o largarse, habla mal del liderazgo.

Además, como ya se ha dicho, no son solo jefes políticos quienes muestran poco aprecio por los valores democráticos. Al anuncio hecho por el exalcalde Juan del Granado de “rearticular” al Movimiento Sin Miedo, la respuesta de una de las vocales del TSE no fue celebrar la diversidad de partidos o el retorno de una organización política que en algún momento gozó de gran relevancia, sino recordarle a la exautoridad que carece de personería jurídica, como si no fuese posible hacer el debido trámite para recuperarla.

Es poco probable que la clase política vaya a recuperar su vocación por el debate y la competencia democrática. Toca a la sociedad reflexionar profundamente sobre su futuro inmediato y decidir si quiere exaltados discursos ideológicos que enmascaran comportamientos autoritarios, o si prefiere líderes comprometidos con el bien común. Tarea nada fácil, por cierto.

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29 años, dos trincheras

Por La Razón

/ 31 de marzo de 2024 / 00:23

El MAS-IPSP, que es la organización política más grande de nuestra historia democrática, acaba de cumplir 29 años desde su fundación como partido-instrumento político. Llega a su aniversario dividido en dos facciones, hoy irreconciliables. Lo hace con festejo separado: uno arcista, otro evista. Llega con ultimátum para renovar su directiva en un congreso ordinario.

Desde su fundación en 1995 como MAS-IPSP (el antecedente formal es el MAS-Unzaguista de 1987), el partido azul cobalto, negro y blanco ha tenido un ascenso vertiginoso a cargos de gobierno y de representación. Su líder histórico, Evo Morales, fue diputado uninominal en las elecciones de 1997, con la sigla Izquierda Unida, y ya como MAS-IPSP fue segundo en votación en los comicios de 2002. Apenas tres años después, en 2005, ganó la elección presidencial con una inédita mayoría absoluta de votos.

Así, desde la transición a la democracia y luego del período conocido como democracia pactada (1985-2003), el MAS-IPSP ha estado en el centro del espacio público-político en el país. Y desde 2006 a la fecha, con el paréntesis de un año del régimen inconstitucional de Áñez, ha ocupado el Órgano Ejecutivo del nivel central del Estado, con amplias y sucesivas victorias electorales y mayorías parlamentarias. La presencia del masismo, pues, es protagónica en y desde el campo plurinacional popular.

Hoy la situación es diferente. Si bien el MAS-IPSP continúa siendo la fuerza política con mayor presencia territorial en Bolivia, su fractura genera un horizonte incierto.

No se trata solo de la división interna en la estructura partidaria, sino también en su núcleo constitutivo que son las organizaciones sociales. Así, es probable que su músculo con fractura, pese la fragmentación opositora, no le alcance para ganar una nueva elección. La disputa por la candidatura presidencial pasará factura.

¿Cuándo se desportilló el partido- instrumento político? Hay quienes dicen que ya en el proceso constituyente hubo retrocesos. Otros identifican como hito crítico el conflicto en torno a la carretera por el TIPNIS. Sin duda un punto de quiebre fue el referéndum constitucional de 2016, en especial la decisión de no respetar el resultado. Y es innegable que la coyuntura crítica de 2019, que derivó en el derrocamiento del presidente Morales, marca un momento de derrota. Ha sido un declive paulatino.

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Al cumplir 29 años, el rumbo del MASIPSP está marcado por la crisis interna y la incertidumbre. Luego del deterioro incremental de la relación entre Evo y Lucho, ambos en afán de reelección, hoy las dos facciones no logran ponerse de acuerdo ni siquiera para convocar un congreso ordinario a fin de renovar su directiva. Hay plazo perentorio del TSE para el efecto. Parece más difícil todavía que definan su binomio presidencial en primarias. Es guerra de trincheras: unos en San Francisco, otros en Yapacaní.

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