Sociedad

Thursday 25 Apr 2024 | Actualizado a 22:31 PM

Tres madres cuentan cómo es vivir con la enfermedad

Historias. Las víctimas aseguran que fueron sus parejas quienes les contagiaron

Por La Razón

/ 2 de diciembre de 2010 / 05:00

Sandra, Pamela y Carola son tres madres que fueron contagiadas por sus parejas y ahora portan el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). Tras superar el drama personal y familiar, vuelcan sus experiencias para ayudar en la prevención de este mal.

Enfermarse de tuberculosis le llevó a Sandra (nombre ficticio), de 32 años, a enterarse de que ella, su hija y su pareja portaban el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) que causa el sida.

«Cuando mi hija tenía un año y medio de edad (ahora tiene cuatro) enfermé de tuberculosis. Luego de haberme internado en el Hospital del Tórax, me derivaron a la sala de infectología y debido a que no subía de peso, me hicieron la prueba de Elisa (examen de sangre por el que se detecta el virus). En cuestión de 10 días me dieron el resultado positivo de VIH», indicó la joven madre. Al conocer el resultado, la pareja de Sandra, primero, y la niña, después, se sometieron a la prueba que también dio positiva.

Asegura que el compañero con el que vivió desde que tenía 27 años, y del cual está separada, fue quien le transmitió el virus, aunque reconoce que nunca supo como él lo contrajo. En el caso de su hija, esto ocurrió durante el embarazo. «Si hubiera sabido que era portadora, me hubiera hecho el tratamiento cuando estaba embarazada. Ahora ya es tarde», lamenta la mujer dedicada a capacitar sobre el VIH-sida en la oficina de RedBol, entidad que reúne a gente que vive con el virus.

Al conocer la noticia, la mujer cayó en depresión porque «le dio un shock»; sin embargo, logró salir con el apoyo de RedBol, cuando acudió al lugar y le dieron a conocer sus derechos. Entonces decidió encarar nuevamente el futuro junto a su hija, «su razón de vivir». Luego, dejó a su pareja.

Las dos ahora llevan una «vida normal», dice la madre. Salen de paseo, van de compras, juegan, viajan y comparten los fines de semana en su casa.

Ambas tienen una buena nutrición rica en proteínas y vitaminas, sin alcohol, e ingieren los retrovirales (medicamentos necesarios para combatir el virus) tres veces al día. «No tengo un cuidado específico (con mi hija), cuido que tome sus medicamentos a horario y mejor con alimentos para no ocasionarle una gastritis», dijo.

La niña aún no sabe que ella y su mamá tienen VIH, ya que la sicóloga que apoya a Sandra sugirió que se le cuente cuando tenga siete años. Si la pequeña pregunta por la medicación, la mamá le cambia el tema.

Mientras se realiza la entrevista, la pequeña interrumpe para avisar que irá al baño. Viste un abrigo de lana beige, cuya capucha cubre sus cabellos, pantalón celeste y zapatos blancos. Tras salir del tocador, va donde su mamá y le saca el teléfono celular de un bolsillo para jugar, luego de cinco minutos, se va a la computadora.

Sandra está contenta de que su hija se haya vuelto independiente y comenta que el próximo año asistirá al kínder. «Anhelo con ver a mi hija convertida en toda una profesional», finalizó.

Carola. Con 41 años, Carola  (nombre ficticio) aseguró que «no le gusta» la época navideña porque fue un 22 de diciembre del 2006 cuando le detectaron VIH, días después que a su esposo también le confirmaron la presencia del virus en su cuerpo. Su hijo, de 12 años, no adquirió este mal.

Recuerda que luego de que su esposo enfermó —ese año— al punto que creían que iba a morir, éste fue hospitalizado. Tras estudios y exámenes, y luego de su recuperación, él la llamó del nosocomio y le dijo: «Ya sé lo que tengo, pero te lo diré luego de Navidad». Carola insistió, se enteró, se hizo el estudio y salió positivo.

«Yo creía ese instante que me iba a morir, no sabía qué iba a hacer. Además que el médico que me trató me dijo que tenía VIH de una forma muy fría, no me orientó para recibir ayuda. En relación (a la enfermedad de) mi esposo, hasta ahora no sé con quiénes se juntó él, sólo ocurrió», recuerda la también maestra de profesión.

La primera reacción que ella tuvo fue pedir que su hermana mayor —que reside en Santa Cruz— le envíe a su hijo, que estaba de vacación, para «despedirse». Cuando él llegó, le hizo los exámenes correspondientes y se sintió «aliviada» porque el pequeño no era portador. La transmisión de VIH de la pareja se hizo cuando el niño tenía siete años.

«Uno siempre piensa por qué a mí, si soy una persona sana, no hago daño a nadie», se lamentó Carola. «Sin embargo, si esto me pasó es por algo, no hubiera conocido el mundo (España, Ecuador, Colombia, Perú) llevando consejería a otras personas con el virus, todo debe ser por algo», dijo.

La primera reacción que tuvo su hijo, luego de que sus padres le contaran de su problema, fue decirles: «¿Y cuándo se van a morir?». Tras una explicación adecuada, el niño entendió que estarán con él dependiendo de las dosis que se administren y la resistencia de sus cuerpos. «Mi deseo es ver profesional a mi hijo, quiero conocer a mis nietos», indicó Carola.

Asegura que ahora valora la vida y no deja de aconsejar a sus estudiantes que utilicen preservativo en todo acto sexual y eviten embarazos tempranos. Junto a su esposo, reciben tratamiento con antirretrovirales. Carola también prepara su tesis de Derecho, y se siente orgullosa por ello.

Pamela. «El virus entró a mi casa sin tocar puertas ni ventanas. Me deprimí y quería suicidarme, aún vivo con la idea de que voy a morirme, pero me pregunto qué va a ser de mis hijos. Entonces vivo por ellos, (aunque) a veces quisiera morirme», indicó Pamela (nombre ficticio), de 42 años, portadora del VIH, transmitido por su ex pareja.

Recuerda, entre lágrimas, que hace ocho años su concubino y ella se internaron en un nosocomio del Perú porque enfermaron de tuberculosis. Fue en ese hospital donde les confirmaron la presencia del virus en sus cuerpos. Tras otros estudios que se hizo toda la familia, Pamela se sintió aliviada porque sus cuatro hijos no tenían el virus.

«Nadie es culpable, pero él  (su ex pareja) sí es un irresponsable porque no ha sabido respetar el hogar, a la familia, la mujer. Por eso me ha contagiado, pero lo perdoné», señaló la madre de familia.

A pesar de su enfermedad, Pamela presenta una vida normal siendo ama de casa, lleva a sus hijos al colegio, cocina y ordena su hogar; siempre cuidando su salud. Asegura que su pareja los abandonó hace un mes, cuando ella se encontraba internada en el hospital por una recaída que tuvo.

Uno de los momentos más tristes para Pamela fue el día que les contó de su problema a sus hijos. «Uno de ellos me preguntaba por qué tomaba esas pastillas (tratamiento antirretroviral), le dije ‘porque son vitaminas’, y cuando él quiso probarlas, tuve que contar la verdad».

Ahora Pamela es representante de mujeres con VIH en La Paz, diariamente, al igual que muchas mujeres con esta enfermedad, capacita a jóvenes en RedBol.

El virus VIH/Sida en Bolivia y el mundo

Bolivia
Según el Programa Nacional ITS/VIH/Sida, a septiembre de este año, el país registró 5.835 casos positivos de VIH. Santa Cruz presenta la mayor   cifra con 3.191.

La Paz
El programa ITS/VIH/ Sida, del Ministerio de Salud, señala que en este departamento 894 personas son portadoras del virus, nueve son embarazadas y 57 murieron.

Epidemia
El primer caso de persona con VIH en Bolivia se dio en 1984; y en el departamento de La Paz en 1987. A nivel nacional, ya son 26 años con la presencia del VIH.

Regiones

La distribución de casos por departamento revela que el 89% se distribuye entre Santa Cruz, Cochabamba y La Paz. El 55 % corresponde a Santa Cruz.

Mujeres
El Servicio Departamental de La Paz informa que hay más casos de mujeres con el virus. La relación es de 3×1, es decir, de cada 3 hombres hay 1 mujer con VIH.

Edad
El informe del Servicio Departamental de La Paz indica    que el rango de   edad de personas que viven con VIH/Sida es de 25 a 34 años de edad.

África
En África, nueve de cada 10 personas son nuevos casos de  infección del VIH. El 83 por ciento del total de muertes por sida ocurre en ese continente.

Perú
Perú registró 296 casos de VIH en el primer trimestre del 2010, de un total de 40.396. De esta cifra, 40 han desarrollado el sida, según el Ministerio de Salud.

Uruguay

Según EFE, más de 200 personas mueren cada año en Uruguay a causa del sida, una enfermedad que afecta a un 0,42 por ciento de la población desde 2005.

China
China registró un aumento del 40% en el número de muertes por sida. La cifra equivale a más de 68.000 muertes, entre enero y octubre de este año.

España
En España, se estima que entre 120.000 y 150.000 personas están infectadas con el VIH, y que alrededor de un 25 y 30% lo desconoce, según informó EFE.

Afganistán

El Gobierno de Afganistán informó que 636 personas tienen VIH en ese país, aunque admitió que la cantidad real podría ser hasta cinco veces superior.

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Un asunto oscuro

Según la presidenta ejecutiva de YLB, la acusación fue fruto de una investigación técnica realizada a lo largo de dos años

Por La Razón

/ 25 de abril de 2024 / 06:59

La todavía incipiente industria del litio en Bolivia no puede salir de las sombras. Al violento arresto del exministro de Minería y exresponsable de la planta en la región de Lípez en Potosí, Luis Alberto Echazú, se ha sumado, ayer, la muerte del exgerente ejecutivo de Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB). El tema se ha politizado y, ahora, judicializado, pero del negocio no hay más que promesas.

Los contornos del caso, la actuación presuntamente arbitraria e irregular de la Fiscalía el lunes, según denuncia del abogado de Echazú, así como las declaraciones de jerarcas y portavoces del ala evista del MAS, hacen pensar en intereses políticos ligados a la sorda pelea por el poder en el partido gobernante antes que en aquellos ligados al efectivo despegue de la industria del litio en el país. El intercambio de acusaciones, con y sin fundamento, en nada ayuda a reactivar el proyecto.

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El tono y el contenido de una “carta abierta” firmada por el exgerente de YLB, Juan Carlos Montenegro, otro de los imputados, antes de morir (incluyendo una última línea en la que pide perdón a sus seres queridos por el “dolor” que les causará “esta mi decisión”), hace pensar en que detrás de la acusación hecha el jueves de la semana pasada por la actual gerente del proyecto y el procurador del Estado, además de la sorprendentemente rápida actuación del Ministerio Público, hay mucho más que la búsqueda de justicia o de castigo a la corrupción.

Según la presidenta ejecutiva de YLB, la acusación fue fruto de una investigación técnica realizada a lo largo de dos años, asunto del cual ni ella ni su antecesor habían dicho nada anteriormente. Al ser conducido a celdas policiales, el exministro, ahora en detención domiciliaria, afirmó que “el Gobierno quiere ocultar tres años y medio” de parálisis en el que debería ser el proyecto más importante del Estado Plurinacional en los últimos años.

Coincidiendo con la denuncia de YLB contra exfuncionarios de la institución, el mismo día, el Presidente del Estado acusó a “potencias mundiales” y un “país vecino” de pretender controlar los recursos naturales del país, especialmente el litio, bloqueando las exportaciones y excluyendo a Bolivia en procesos estratégicos de comunicación. A la luz de lo sucedido en los últimos años, es evidente que el principal obstáculo está en el Estado y no fuera de las fronteras.

Mientras Chile se abre a las inversiones de riesgo compartido y se propone recuperar el sitial de primer exportador de litio en el mundo en los próximos dos años, y el presidente de Argentina busca entregar las reservas de su país a las transnacionales del sector, Bolivia todavía no ha mostrado cuál es su estrategia de industrialización y comercialización del preciado mineral, al extremo que ni siquiera ha transparentado los acuerdos (no contratos) que tiene con empresas chinas y rusas. Así, es imposible tener optimismo en el futuro del litio.

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Ley ‘antihombres’

Los datos son innegables y terribles: la violencia contra las mujeres, lejos de disminuir, persiste e incluso aumenta.

Por La Razón

/ 21 de abril de 2024 / 00:27

La penosa declaración del presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, en sentido de que la Ley 348 es una ley “antihombres” (sic), puso en agenda la cuestión irresuelta de la violencia contra las mujeres. Rodríguez recibió fuertes críticas, pero también adhesiones. Lo preocupante es que fomenta a grupos antiderechos y pone en riesgo una norma que protege a las mujeres.

 La ley integral para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia (Ley 348) fue promulgada por el presidente Morales en marzo de 2013. Su objeto es establecer mecanismos, medidas y políticas integrales de prevención, atención, protección y reparación a las mujeres en situación de violencia, así como la persecución y sanción a los agresores. Se trata de una ley avanzada, resultado de muchos años de lucha de las mujeres por sus derechos en una sociedad patriarcal y machista como la boliviana.

En 11 años de vigencia, la Ley 348 permitió el registro de centenas de miles de denuncias de violencia contra mujeres en el país. Según datos del Observatorio de Género de la Coordinadora de la Mujer, el año pasado hubo casi 52.000 denuncias. Los casos de violencia familiar o doméstica, que son la mayoría, se incrementaron en 193% entre 2013 y 2023. Cada día, en promedio, hay 142 denuncias de violencia contra mujeres, 30 agresiones sexuales, 104 embarazos de niñas y adolescentes. En 2023 se registraron 81 feminicidios.

Los datos son innegables y terribles: la violencia contra las mujeres, lejos de disminuir, persiste e incluso aumenta. Por ello son deplorables afirmaciones tan ligeras como que la Ley 348 es una “ley antihombres” o, peor, que “la violencia no tiene género”. Si bien existen acusaciones falsas contra hombres, e incluso detenciones arbitrarias presumiendo culpabilidad, ello no atenúa ni menos niega la abrumadora evidencia de que las mujeres son las victimas sistemáticas de actos de violencia en todas sus formas.

En su capítulo de derechos fundamentales, la Constitución señala con claridad que “todas las personas, en particular las mujeres, tienen derecho a no sufrir violencia física, sexual y psicológica”. Y establece que el Estado tiene la obligación de adoptar las medidas necesarias para prevenir, eliminar y sancionar la violencia de género.

Con ese mandato constitucional, la Ley 348 define mecanismos para proteger a las mujeres. Y traza la ruta para la denuncia, persecución y sanción penal de los agresores.

Es evidente que se requiere una reforma normativa y hay valiosas propuestas para el efecto. Pero sobre todo fallan los operadores del sistema judicial. Claro que debe evitarse que haya hombres inocentes en prisión, pero sobre todo que los feminicidas y violentos estén libres. Las polémicas palabras del presidente del Senado tendrían que servir para debatir el tema, mejorar la ley, garantizar en serio para las mujeres una vida libre de violencia y frenar las muy peligrosas campañas antiderechos.

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Un vecino conflictivo

El gobierno de Milei podría estar buscando consolidar su base política mediante el nacionalismo y el anti-izquierdismo

Por La Razón

/ 18 de abril de 2024 / 07:06

Días atrás, la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, informó que había decidido reforzar la seguridad en la frontera con Bolivia debido a la supuesta presencia de cientos de militares iraníes en el país. La respuesta de la Cancillería boliviana fue tan rápida como mesurada, en evidente contraste con el tono que está adoptando el gobierno de Javier Milei.

Desde el inicio, la presidencia de Javier Milei ha sido notable no solo por sus políticas internas de shock, sino también por su manejo de las relaciones internacionales, especialmente con países latinoamericanos de gobiernos considerados izquierdistas. Sus controversiales interacciones con líderes regionales han generado un amplio debate sobre las estrategias diplomáticas y sus implicaciones tanto a nivel regional como doméstico.

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Primero, el intercambio de insultos con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, provocó una rápida escalada de tensiones que afortunadamente no pasaron a más. Milei respondió a las críticas de López Obrador, quien había tildado a Milei de “facho conservador”, con términos igualmente duros, exacerbando las fricciones bilaterales. Este tipo de diplomacia de confrontación no solo socava las relaciones tradicionalmente cordiales entre Argentina y México, sino que también plantea preguntas sobre la estabilidad regional.

Por otra parte, las relaciones con Colombia se tensaron significativamente después de que Milei llamara al presidente Gustavo Petro «comunista asesino». Esta declaración provocó una pronta respuesta diplomática de Colombia, incluyendo el llamado de su embajador en Buenos Aires, lo cual subraya la seriedad del conflicto y el impacto en las relaciones diplomáticas; por ahora las relaciones entre ambos países están normalizándose y los respectivos embajadores han regresado a sus funciones.

Asimismo, la afirmación de la ministra Bullrich sobre la presunta presencia de militares iraníes en Bolivia añadió más leña al fuego, mostrando una tendencia hacia declaraciones provocativas que pueden tener serias repercusiones diplomáticas y de seguridad. Algo similar había ocurrido poco antes, cuando el presidente Milei afirmó que el gobierno de Chile iba a llevar a ese país a la pobreza por adoptar políticas socialistas. En ambos casos la respuesta fue pronta, mesurada y contundente.

En el frente interno, estas controversias internacionales parecen servir como una cortina de humo para desviar la atención de los problemas económicos graves que enfrenta Argentina, como la inflación y el estancamiento económico. Al centrarse en conflictos externos, el gobierno de Milei podría estar buscando consolidar su base política mediante el nacionalismo y el anti-izquierdismo, mientras posterga o minimiza la discusión sobre la necesidad de reformas económicas internas profundas.

Es posible que las tácticas de confrontación de Milei tengan un atractivo político inmediato entre ciertos sectores en Argentina que le son afines, pero los riesgos asociados a alienar a países vecinos y potenciales socios comerciales son altos, especialmente en el mediano y largo plazos, cuando el polémico mandatario ya no esté en funciones.

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Los medios en cuestión

Por La Razón

/ 14 de abril de 2024 / 00:20

El reciente estudio Delphi de la Fundación Friedrich Ebert (FES-Bolivia), realizado con líderes de todo el país, revela datos delicados respecto a los medios de comunicación y su desempeño. Además de una baja confianza, se percibe a los medios como promotores del conflicto y como actores políticos que informan en función a su agenda e intereses. La evaluación es crítica.

Hubo un tiempo en que los medios de comunicación y periodistas, en general, estaban en la cima de la confianza ciudadana. Junto con la Iglesia Católica, tenían muy alta legitimidad. Hoy es diferente: en la Delphi de la FES, solo el 7% tiene una confianza alta o muy alta en los medios. Para el 39% es regular. Y un mayoritario 54% confía poco o nada. Estos datos debieran preocuparnos. Si bien estamos mejor que otras entidades, la confianza es un bien preciado que los medios debemos recuperar y preservar.

En un contexto en que los medios digitales y las redes sociales tienden a desplazar a los medios de comunicación tradicionales como principal fuente de información, es necesario hacer un examen acerca de nuestro desempeño. ¿Cómo nos evalúan los líderes? Más de dos tercios, nada menos, sostienen que los medios informan en función a su propia agenda e intereses. Si sumamos el 13,5% que nos perciben como manipuladores, el saldo es muy negativo. Solo un marginal 7% cree que los medios informan con veracidad.

La baja confianza en los medios y la percepción de que informan más pensando en ellos mismos que en la sociedad, quizás se explican, entre otros factores, porque varios operadores mediáticos están polarizados y alientan la polarización. Lo vimos como tragedia en la crisis de 2019, cuando algunos medios y periodistas avalaron y hasta justificaron las masacres. Ello se reafirma en la Delphi: 86% de los líderes consultados sostienen que los medios promueven enfrentamientos y conflictos en el país.

Por si fuera poco, en estas percepciones reveladoras de la situación del campo mediático en Bolivia, casi nueve de cada 10 participantes en el estudio de la FES están de acuerdo con la afirmación de que los medios actúan como si fuesen actores políticos. Es tremendo. Para los liderazgos, la esencia de los medios se está perdiendo. En su balance, varios medios y periodistas están más cerca de la acción política que de la labor informativa. Eso, por supuesto, va en desmedro del periodismo.

Los estudios de percepción cualitativa y de opinión pública expresan tendencias generales en momentos determinados. Son útiles para la reflexión y el análisis. Y contribuyen a la autocrítica. Pero hay diferencias. Más allá de las percepciones aquí descritas, es meritorio el trabajo de medios que persisten en el empeño de cuidar y cultivar cada día los derechos a la comunicación e información. Como diario nos situamos en ese camino reafirmando nuestro compromiso con el libre ejercicio del oficio periodístico.

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Un impasse inédito

El camino hacia la resolución de este conflicto debe estar pavimentado con el respeto a las leyes internacionales

Por La Razón

/ 11 de abril de 2024 / 06:33

Aunque se afirma que no es la primera vez que ocurre en la historia reciente, lo sucedido en Quito la noche del viernes al sábado, cuando la Policía irrumpió en la Embajada de México ante Ecuador, representa mucho más que un escándalo diplomático y ha puesto al país andino en un impasse del cual será muy difícil salir, mucho más debido a la hasta ahora arrogante posición de su gobierno.

El conflicto diplomático entre México y Ecuador, cuyo antecedente inmediato fue la declaración de persona no grata a la embajadora mexicana, que luego dio paso al secuestro y encarcelamiento del exvicepresidente Jorge Glas, que acababa de recibir el estatus de refugiado político (pese a haber sido condenado por delitos comunes años atrás), ha escalado hasta alcanzar los estrados de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), donde México ha presentado una demanda buscando justicia y el respeto a las normas internacionales.

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La decisión de México de acudir a la CIJ y la convocatoria a sesiones extraordinarias de la Organización de Estados Americanos (OEA) los días martes y miércoles reflejan la gravedad de la situación y la necesidad de un marco de acción que respete los principios fundamentales de la diplomacia y el derecho internacional. Estos foros ofrecen una oportunidad invaluable para abordar el conflicto de manera constructiva, poniendo en primer plano la necesidad de soluciones pacíficas y el diálogo basado en el respeto mutuo, razón por la cual la demanda ecuatoriana de revisar los tratados internacionales es poco prudente.

En estas circunstancias, la comunidad internacional, así como los organismos regionales y multilaterales, deben actuar como mediadores para facilitar una resolución que respete las normas internacionales y promueva la estabilidad regional. Según expertos en la materia, la mediación debe enfocarse en la reconciliación y buscar una solución que permita a ambas partes superar el impasse, manteniendo la integridad de los tratados internacionales como guía.

Este conflicto sirve para poner en relieve la importancia de adherirse a los principios del derecho internacional no solo como un fin en sí mismo, sino como un medio para asegurar la paz, la seguridad y el respeto entre las naciones. La resolución de este caso podría sentar un precedente importante para el manejo de futuras disputas diplomáticas y reafirmar el valor de las convenciones internacionales como pilares de las relaciones entre Estados.

El camino hacia la resolución de este conflicto debe estar pavimentado con el respeto a las leyes internacionales y el compromiso con el diálogo y la negociación. Es imperativo que México y Ecuador, con el apoyo de la comunidad internacional y organismos como la OEA, encuentren una salida basada en el entendimiento mutuo y el respeto a los tratados que han guiado las relaciones diplomáticas durante décadas. Este enfoque no solo resolverá el impasse actual de manera justa, sino que también fortalecerá el sistema internacional basado en reglas, crucial para la coexistencia pacífica entre naciones.

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