Tres madres cuentan cómo es vivir con la enfermedad
Historias. Las víctimas aseguran que fueron sus parejas quienes les contagiaron
Sandra, Pamela y Carola son tres madres que fueron contagiadas por sus parejas y ahora portan el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). Tras superar el drama personal y familiar, vuelcan sus experiencias para ayudar en la prevención de este mal.
Enfermarse de tuberculosis le llevó a Sandra (nombre ficticio), de 32 años, a enterarse de que ella, su hija y su pareja portaban el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) que causa el sida.
«Cuando mi hija tenía un año y medio de edad (ahora tiene cuatro) enfermé de tuberculosis. Luego de haberme internado en el Hospital del Tórax, me derivaron a la sala de infectología y debido a que no subía de peso, me hicieron la prueba de Elisa (examen de sangre por el que se detecta el virus). En cuestión de 10 días me dieron el resultado positivo de VIH», indicó la joven madre. Al conocer el resultado, la pareja de Sandra, primero, y la niña, después, se sometieron a la prueba que también dio positiva.
Asegura que el compañero con el que vivió desde que tenía 27 años, y del cual está separada, fue quien le transmitió el virus, aunque reconoce que nunca supo como él lo contrajo. En el caso de su hija, esto ocurrió durante el embarazo. «Si hubiera sabido que era portadora, me hubiera hecho el tratamiento cuando estaba embarazada. Ahora ya es tarde», lamenta la mujer dedicada a capacitar sobre el VIH-sida en la oficina de RedBol, entidad que reúne a gente que vive con el virus.
Al conocer la noticia, la mujer cayó en depresión porque «le dio un shock»; sin embargo, logró salir con el apoyo de RedBol, cuando acudió al lugar y le dieron a conocer sus derechos. Entonces decidió encarar nuevamente el futuro junto a su hija, «su razón de vivir». Luego, dejó a su pareja.
Las dos ahora llevan una «vida normal», dice la madre. Salen de paseo, van de compras, juegan, viajan y comparten los fines de semana en su casa.
Ambas tienen una buena nutrición rica en proteínas y vitaminas, sin alcohol, e ingieren los retrovirales (medicamentos necesarios para combatir el virus) tres veces al día. «No tengo un cuidado específico (con mi hija), cuido que tome sus medicamentos a horario y mejor con alimentos para no ocasionarle una gastritis», dijo.
La niña aún no sabe que ella y su mamá tienen VIH, ya que la sicóloga que apoya a Sandra sugirió que se le cuente cuando tenga siete años. Si la pequeña pregunta por la medicación, la mamá le cambia el tema.
Mientras se realiza la entrevista, la pequeña interrumpe para avisar que irá al baño. Viste un abrigo de lana beige, cuya capucha cubre sus cabellos, pantalón celeste y zapatos blancos. Tras salir del tocador, va donde su mamá y le saca el teléfono celular de un bolsillo para jugar, luego de cinco minutos, se va a la computadora.
Sandra está contenta de que su hija se haya vuelto independiente y comenta que el próximo año asistirá al kínder. «Anhelo con ver a mi hija convertida en toda una profesional», finalizó.
Carola. Con 41 años, Carola (nombre ficticio) aseguró que «no le gusta» la época navideña porque fue un 22 de diciembre del 2006 cuando le detectaron VIH, días después que a su esposo también le confirmaron la presencia del virus en su cuerpo. Su hijo, de 12 años, no adquirió este mal.
Recuerda que luego de que su esposo enfermó —ese año— al punto que creían que iba a morir, éste fue hospitalizado. Tras estudios y exámenes, y luego de su recuperación, él la llamó del nosocomio y le dijo: «Ya sé lo que tengo, pero te lo diré luego de Navidad». Carola insistió, se enteró, se hizo el estudio y salió positivo.
«Yo creía ese instante que me iba a morir, no sabía qué iba a hacer. Además que el médico que me trató me dijo que tenía VIH de una forma muy fría, no me orientó para recibir ayuda. En relación (a la enfermedad de) mi esposo, hasta ahora no sé con quiénes se juntó él, sólo ocurrió», recuerda la también maestra de profesión.
La primera reacción que ella tuvo fue pedir que su hermana mayor —que reside en Santa Cruz— le envíe a su hijo, que estaba de vacación, para «despedirse». Cuando él llegó, le hizo los exámenes correspondientes y se sintió «aliviada» porque el pequeño no era portador. La transmisión de VIH de la pareja se hizo cuando el niño tenía siete años.
«Uno siempre piensa por qué a mí, si soy una persona sana, no hago daño a nadie», se lamentó Carola. «Sin embargo, si esto me pasó es por algo, no hubiera conocido el mundo (España, Ecuador, Colombia, Perú) llevando consejería a otras personas con el virus, todo debe ser por algo», dijo.
La primera reacción que tuvo su hijo, luego de que sus padres le contaran de su problema, fue decirles: «¿Y cuándo se van a morir?». Tras una explicación adecuada, el niño entendió que estarán con él dependiendo de las dosis que se administren y la resistencia de sus cuerpos. «Mi deseo es ver profesional a mi hijo, quiero conocer a mis nietos», indicó Carola.
Asegura que ahora valora la vida y no deja de aconsejar a sus estudiantes que utilicen preservativo en todo acto sexual y eviten embarazos tempranos. Junto a su esposo, reciben tratamiento con antirretrovirales. Carola también prepara su tesis de Derecho, y se siente orgullosa por ello.
Pamela. «El virus entró a mi casa sin tocar puertas ni ventanas. Me deprimí y quería suicidarme, aún vivo con la idea de que voy a morirme, pero me pregunto qué va a ser de mis hijos. Entonces vivo por ellos, (aunque) a veces quisiera morirme», indicó Pamela (nombre ficticio), de 42 años, portadora del VIH, transmitido por su ex pareja.
Recuerda, entre lágrimas, que hace ocho años su concubino y ella se internaron en un nosocomio del Perú porque enfermaron de tuberculosis. Fue en ese hospital donde les confirmaron la presencia del virus en sus cuerpos. Tras otros estudios que se hizo toda la familia, Pamela se sintió aliviada porque sus cuatro hijos no tenían el virus.
«Nadie es culpable, pero él (su ex pareja) sí es un irresponsable porque no ha sabido respetar el hogar, a la familia, la mujer. Por eso me ha contagiado, pero lo perdoné», señaló la madre de familia.
A pesar de su enfermedad, Pamela presenta una vida normal siendo ama de casa, lleva a sus hijos al colegio, cocina y ordena su hogar; siempre cuidando su salud. Asegura que su pareja los abandonó hace un mes, cuando ella se encontraba internada en el hospital por una recaída que tuvo.
Uno de los momentos más tristes para Pamela fue el día que les contó de su problema a sus hijos. «Uno de ellos me preguntaba por qué tomaba esas pastillas (tratamiento antirretroviral), le dije ‘porque son vitaminas’, y cuando él quiso probarlas, tuve que contar la verdad».
Ahora Pamela es representante de mujeres con VIH en La Paz, diariamente, al igual que muchas mujeres con esta enfermedad, capacita a jóvenes en RedBol.
El virus VIH/Sida en Bolivia y el mundo
Bolivia
Según el Programa Nacional ITS/VIH/Sida, a septiembre de este año, el país registró 5.835 casos positivos de VIH. Santa Cruz presenta la mayor cifra con 3.191.
La Paz
El programa ITS/VIH/ Sida, del Ministerio de Salud, señala que en este departamento 894 personas son portadoras del virus, nueve son embarazadas y 57 murieron.
Epidemia
El primer caso de persona con VIH en Bolivia se dio en 1984; y en el departamento de La Paz en 1987. A nivel nacional, ya son 26 años con la presencia del VIH.
Regiones
La distribución de casos por departamento revela que el 89% se distribuye entre Santa Cruz, Cochabamba y La Paz. El 55 % corresponde a Santa Cruz.
Mujeres
El Servicio Departamental de La Paz informa que hay más casos de mujeres con el virus. La relación es de 3×1, es decir, de cada 3 hombres hay 1 mujer con VIH.
Edad
El informe del Servicio Departamental de La Paz indica que el rango de edad de personas que viven con VIH/Sida es de 25 a 34 años de edad.
África
En África, nueve de cada 10 personas son nuevos casos de infección del VIH. El 83 por ciento del total de muertes por sida ocurre en ese continente.
Perú
Perú registró 296 casos de VIH en el primer trimestre del 2010, de un total de 40.396. De esta cifra, 40 han desarrollado el sida, según el Ministerio de Salud.
Uruguay
Según EFE, más de 200 personas mueren cada año en Uruguay a causa del sida, una enfermedad que afecta a un 0,42 por ciento de la población desde 2005.
China
China registró un aumento del 40% en el número de muertes por sida. La cifra equivale a más de 68.000 muertes, entre enero y octubre de este año.
España
En España, se estima que entre 120.000 y 150.000 personas están infectadas con el VIH, y que alrededor de un 25 y 30% lo desconoce, según informó EFE.
Afganistán
El Gobierno de Afganistán informó que 636 personas tienen VIH en ese país, aunque admitió que la cantidad real podría ser hasta cinco veces superior.