Sociedad

Saturday 20 Apr 2024 | Actualizado a 04:21 AM

Estudio revela que La Paz tiene el transporte público más caro

Hallazgo. El servicio no sólo es el más costoso, sino también el más lento y caótico

Por La Razón

/ 12 de diciembre de 2010 / 05:00

La ciudad de La Paz tiene el servicio de transporte público más caro de las tres capitales del eje troncal. A diario las familias deben invertir entre Bs 25 y Bs 100 para trasladarse de una zona a otra, debido a la topografía, un servicio mal regulado y tarifas sin control.

Un estudio de la Fundación de Análisis de Desarrollo Urbano en Bolivia (Funadub) establece que los gastos en el uso de minibuses, trufis, taxis y buses consumen al menos el 25% de los ingresos mensuales de una familia de clase media —es decir de Bs 800 a Bs 1.000 de un ingreso mensual promedio de entre Bs 2.500 a 3.500— y más del 30% en el caso de familias con ingresos que están por debajo de los Bs 2 mil, o sea Bs 700. 

Según el diagnóstico, presentado el 26 de noviembre bajo el título «Transporte público en las ciudades del eje troncal de Bolivia», La Paz cuenta con el sistema de transporte más caro en relación a Santa Cruz y Cochabamba, además de ser precario e inadecuado para sus 1,5 millones de habitantes (1,9 millones según proyecciones del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) al 2010.

«Se calcula que sólo en La Paz hay más de 115 mil minibuses, que son la principal causa de congestión. No hay paradas fijas y el estado mecánico de gran parte de los motorizados no es el adecuado», explicó el director de Funadub, Roberto Aramayo. Sin embargo, el costo no es el único problema de La Paz. El servicio es el más lento en relación a otras dos ciudades capitales.

En horas pico, el microbús, cuya tarifa es Bs 1,50, tarda más de una hora y 15 minutos en cubrir un tramo de 8 kilómetros, distancia que separa San Francisco de Calacoto, por ejemplo. Un minibús, cuya tarifa es de Bs 2,30, recorre esta misma distancia en 60 minutos y un taxi trufi, que cobra Bs 3.00, demora 40 minutos. «El tiempo y la distancia implican la búsqueda de un servicio más rápido, pero al mismo tiempo más costoso», dice Aramayo.

En Cochabamba, la distancia entre el Cruce Taquiña (al norte de la ciudad) y el Campo Ferial, al Sur, también es de 8 kilómetros, sin embargo, el costo para cubrir esa distancia, por pasajero, en minibús, taxitrufis y buses es sólo de Bs 1,50 y el viaje dura entre 20 a 30 minutos.

En Santa Cruz el costo se compensa con el ahorro de tiempo. Si bien la tarifa de los microbuses (o coasters, con capacidad para 25 pasajeros) se equipara a la de los minibuses paceños, el trayecto se cubre en menos tiempo. Entre el anillo 1 y el 4, separados también por 8 kilómetros de distancia, el recorrido no demora más de 20 minutos.

«Las tarifas son insostenibles en distancias largas porque incluso debemos gastar en otros ítemes, como combustible y repuestos para recuperar lo invertido y ganar el pan de cada día», explica el secretario de la Asociación 16 de Julio de Transporte Urbano de La Paz, Milton Chambi.

Eje troncal. Según Funadub, en la ciudad de Cochabamba el gasto familiar en transporte público es menor respecto a La Paz. Una familia de clase media, con un ingreso mensual promedio de Bs 2.500 a Bs 3.500, destina a los pasajes entre Bs 450 y Bs 600, lo que implica un gasto diario de entre Bs 10 a Bs 25.

Santa Cruz  tiene un tarifario único para coasters, minibuses y trufis  en el uso del transporte urbano y sindicalizado que oscila entre Bs 2 a Bs 3 y el gasto familiar en transporte fluctúa entre Bs 600 y Bs 700 al mes. Para una familia de clase media, esto representa una inversión del 20% de su ingreso mensual.

El gasto para una familia de la ciudad de El Alto que sólo desarrolla sus actividad en ese municipio, implica un promedio de entre Bs 200 a Bs 400 porque la tarifa dentro del radio urbano es de Bs 1.

Sin embargo el servicio de transporte masivo en esta comuna tiene otro tipo de deficiencias, como la falta de cobertura a todas las zonas de sus 14 distritos, y el hecho de que las actividades de una parte de sus habitantes se desarrolla en La Paz, lo que eleva su gasto en transporte.

En un sondeo hecho por La Razón, 10 personas, declararon que su presupuesto para el transporte en estos dos últimos años es mayor respecto al de períodos anteriores. «En mi caso gastamos un 20% más que antes. Yo recuerdo que con mi esposo usábamos unos Bs 500 y ahora tenemos que invertir Bs 700 sólo en pasajes», dijo Luciana Gutiérrez Méndez, profesora.

Todos los consultados coinciden en que el incremento es mayor porque pese a que las tarifas se mantienen en los mismos rangos, hasta hace un año la flexibilidad de los choferes era mayor debido a que cobraban entre Bs 1 y Bs 1,50 por distancias más largas. En las tres ciudades existen normas municipales que fijan los parámetros de cada tarifa.

Propuesta. Aramayo indicó que se propone la regulación del sistema de transportes en La Paz a través de paradas y horarios para que el flujo del tráfico vehicular sea mayor. «La Alcaldía pretende implementar un servicio de transporte masivo a través de trolebuses. Pero ¡imagínese si eso se implementa en las condiciones caóticas en las que se encuentra el transporte en la actualidad!»

Para los choferes sindicalizados, el principal problema se origina en la topografía y descartan que se pueda implementar un sistema de transporte masivo. «La Paz tiene una peculiaridad y es la forma de cómo está distribuida. El gasto para nosotros es mayor respecto a otros centros urbanos, a eso se añade que la ciudad no está concebida para el uso de transporte masivo porque no cuenta con paradas, y traer motorizados grandes generará conflictos con el sector», añadió su dirigente, Chambi.

La investigadora de la Fundación, Martha Zelaya, afirma que la implementación de un servicio con trolebuses es más factible en la medida en que primero se plantee un ordenamiento vehicular bien estructurado, lo que posibilitaría la aplicación de tarifas más reducidas. 

Apuntes sobre el servicio público

El transporte público de La Paz se caracteriza por contar con tres tipos de servicios. De microbuses, minibuses y taxi trufis. En total hay 326 organizaciones y sindicatos que están concentrados en asociaciones y agrupados en un ente matriz que es la Federación Departamental de Transporte de La Paz. La regulación de tarifas, vigente desde el 2003, está a cargo de la Alcaldía de La Paz y es supervisado por la Autoridad de Fiscalización de Telecomunicación y Transporte (ATT).

Opinan los usuarios

Alejandra Núñez: «Ellos cobran lo que quieren»
En el último año se ha incrementado más el transporte y, si uno vive en una zona alejada, se percata de eso. La inversión que hago es mayor porque se debe presupuestar por día más de Bs 10 por persona. En la zona Sur cobran lo que quieren. Más que todo en la noche aprovechan que no hay muchos vehículos y duplican sus precios.

Lenny Royo: «Es más caro porque cobran por tramo»
Gastamos más porque los transportistas han impuesto tramos y nos obligan a pagar el doble. La hora es lo que más nos perjudica, porque si se nos hace tarde nos vemos obligados a utilizar radiotaxi y eso hace que gastemos más de lo que era antes. Las tarifas han subido sin previo aviso y eso genera perjuicio a nuestra economía.

Antonio Salgado: «Los radiotaxis son más caros «
En mi caso yo no sentí un incremento significativo en el uso de transporte público pero si en el uso de los radiotaxis, por eso prefiero utilizar minibús porque gasto Bs 10 por día. El transporte privado está fuera de lo que es el presupuesto de la gente en general. Es necesario controlar el horario y el tiempo que utilizan los choferes.

Juana Velasco: «Gastamos hasta Bs 25 cada día»
Antes me costaba entre Bs 12 a Bs 15 para ir al centro pero ahora con el cambio de discos y letreros se tiene que tomar más de una movilidad y se paga más de Bs 20. Los radiotaxis en las noches han subido sus tarifas desde Bs 15 hasta Bs 25 y nadie hace nada para frenar estos abusos. Mensualmente presupuestamos Bs 700.

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Un vecino conflictivo

El gobierno de Milei podría estar buscando consolidar su base política mediante el nacionalismo y el anti-izquierdismo

Por La Razón

/ 18 de abril de 2024 / 07:06

Días atrás, la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, informó que había decidido reforzar la seguridad en la frontera con Bolivia debido a la supuesta presencia de cientos de militares iraníes en el país. La respuesta de la Cancillería boliviana fue tan rápida como mesurada, en evidente contraste con el tono que está adoptando el gobierno de Javier Milei.

Desde el inicio, la presidencia de Javier Milei ha sido notable no solo por sus políticas internas de shock, sino también por su manejo de las relaciones internacionales, especialmente con países latinoamericanos de gobiernos considerados izquierdistas. Sus controversiales interacciones con líderes regionales han generado un amplio debate sobre las estrategias diplomáticas y sus implicaciones tanto a nivel regional como doméstico.

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Primero, el intercambio de insultos con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, provocó una rápida escalada de tensiones que afortunadamente no pasaron a más. Milei respondió a las críticas de López Obrador, quien había tildado a Milei de “facho conservador”, con términos igualmente duros, exacerbando las fricciones bilaterales. Este tipo de diplomacia de confrontación no solo socava las relaciones tradicionalmente cordiales entre Argentina y México, sino que también plantea preguntas sobre la estabilidad regional.

Por otra parte, las relaciones con Colombia se tensaron significativamente después de que Milei llamara al presidente Gustavo Petro «comunista asesino». Esta declaración provocó una pronta respuesta diplomática de Colombia, incluyendo el llamado de su embajador en Buenos Aires, lo cual subraya la seriedad del conflicto y el impacto en las relaciones diplomáticas; por ahora las relaciones entre ambos países están normalizándose y los respectivos embajadores han regresado a sus funciones.

Asimismo, la afirmación de la ministra Bullrich sobre la presunta presencia de militares iraníes en Bolivia añadió más leña al fuego, mostrando una tendencia hacia declaraciones provocativas que pueden tener serias repercusiones diplomáticas y de seguridad. Algo similar había ocurrido poco antes, cuando el presidente Milei afirmó que el gobierno de Chile iba a llevar a ese país a la pobreza por adoptar políticas socialistas. En ambos casos la respuesta fue pronta, mesurada y contundente.

En el frente interno, estas controversias internacionales parecen servir como una cortina de humo para desviar la atención de los problemas económicos graves que enfrenta Argentina, como la inflación y el estancamiento económico. Al centrarse en conflictos externos, el gobierno de Milei podría estar buscando consolidar su base política mediante el nacionalismo y el anti-izquierdismo, mientras posterga o minimiza la discusión sobre la necesidad de reformas económicas internas profundas.

Es posible que las tácticas de confrontación de Milei tengan un atractivo político inmediato entre ciertos sectores en Argentina que le son afines, pero los riesgos asociados a alienar a países vecinos y potenciales socios comerciales son altos, especialmente en el mediano y largo plazos, cuando el polémico mandatario ya no esté en funciones.

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Los medios en cuestión

Por La Razón

/ 14 de abril de 2024 / 00:20

El reciente estudio Delphi de la Fundación Friedrich Ebert (FES-Bolivia), realizado con líderes de todo el país, revela datos delicados respecto a los medios de comunicación y su desempeño. Además de una baja confianza, se percibe a los medios como promotores del conflicto y como actores políticos que informan en función a su agenda e intereses. La evaluación es crítica.

Hubo un tiempo en que los medios de comunicación y periodistas, en general, estaban en la cima de la confianza ciudadana. Junto con la Iglesia Católica, tenían muy alta legitimidad. Hoy es diferente: en la Delphi de la FES, solo el 7% tiene una confianza alta o muy alta en los medios. Para el 39% es regular. Y un mayoritario 54% confía poco o nada. Estos datos debieran preocuparnos. Si bien estamos mejor que otras entidades, la confianza es un bien preciado que los medios debemos recuperar y preservar.

En un contexto en que los medios digitales y las redes sociales tienden a desplazar a los medios de comunicación tradicionales como principal fuente de información, es necesario hacer un examen acerca de nuestro desempeño. ¿Cómo nos evalúan los líderes? Más de dos tercios, nada menos, sostienen que los medios informan en función a su propia agenda e intereses. Si sumamos el 13,5% que nos perciben como manipuladores, el saldo es muy negativo. Solo un marginal 7% cree que los medios informan con veracidad.

La baja confianza en los medios y la percepción de que informan más pensando en ellos mismos que en la sociedad, quizás se explican, entre otros factores, porque varios operadores mediáticos están polarizados y alientan la polarización. Lo vimos como tragedia en la crisis de 2019, cuando algunos medios y periodistas avalaron y hasta justificaron las masacres. Ello se reafirma en la Delphi: 86% de los líderes consultados sostienen que los medios promueven enfrentamientos y conflictos en el país.

Por si fuera poco, en estas percepciones reveladoras de la situación del campo mediático en Bolivia, casi nueve de cada 10 participantes en el estudio de la FES están de acuerdo con la afirmación de que los medios actúan como si fuesen actores políticos. Es tremendo. Para los liderazgos, la esencia de los medios se está perdiendo. En su balance, varios medios y periodistas están más cerca de la acción política que de la labor informativa. Eso, por supuesto, va en desmedro del periodismo.

Los estudios de percepción cualitativa y de opinión pública expresan tendencias generales en momentos determinados. Son útiles para la reflexión y el análisis. Y contribuyen a la autocrítica. Pero hay diferencias. Más allá de las percepciones aquí descritas, es meritorio el trabajo de medios que persisten en el empeño de cuidar y cultivar cada día los derechos a la comunicación e información. Como diario nos situamos en ese camino reafirmando nuestro compromiso con el libre ejercicio del oficio periodístico.

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Un impasse inédito

El camino hacia la resolución de este conflicto debe estar pavimentado con el respeto a las leyes internacionales

Por La Razón

/ 11 de abril de 2024 / 06:33

Aunque se afirma que no es la primera vez que ocurre en la historia reciente, lo sucedido en Quito la noche del viernes al sábado, cuando la Policía irrumpió en la Embajada de México ante Ecuador, representa mucho más que un escándalo diplomático y ha puesto al país andino en un impasse del cual será muy difícil salir, mucho más debido a la hasta ahora arrogante posición de su gobierno.

El conflicto diplomático entre México y Ecuador, cuyo antecedente inmediato fue la declaración de persona no grata a la embajadora mexicana, que luego dio paso al secuestro y encarcelamiento del exvicepresidente Jorge Glas, que acababa de recibir el estatus de refugiado político (pese a haber sido condenado por delitos comunes años atrás), ha escalado hasta alcanzar los estrados de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), donde México ha presentado una demanda buscando justicia y el respeto a las normas internacionales.

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La decisión de México de acudir a la CIJ y la convocatoria a sesiones extraordinarias de la Organización de Estados Americanos (OEA) los días martes y miércoles reflejan la gravedad de la situación y la necesidad de un marco de acción que respete los principios fundamentales de la diplomacia y el derecho internacional. Estos foros ofrecen una oportunidad invaluable para abordar el conflicto de manera constructiva, poniendo en primer plano la necesidad de soluciones pacíficas y el diálogo basado en el respeto mutuo, razón por la cual la demanda ecuatoriana de revisar los tratados internacionales es poco prudente.

En estas circunstancias, la comunidad internacional, así como los organismos regionales y multilaterales, deben actuar como mediadores para facilitar una resolución que respete las normas internacionales y promueva la estabilidad regional. Según expertos en la materia, la mediación debe enfocarse en la reconciliación y buscar una solución que permita a ambas partes superar el impasse, manteniendo la integridad de los tratados internacionales como guía.

Este conflicto sirve para poner en relieve la importancia de adherirse a los principios del derecho internacional no solo como un fin en sí mismo, sino como un medio para asegurar la paz, la seguridad y el respeto entre las naciones. La resolución de este caso podría sentar un precedente importante para el manejo de futuras disputas diplomáticas y reafirmar el valor de las convenciones internacionales como pilares de las relaciones entre Estados.

El camino hacia la resolución de este conflicto debe estar pavimentado con el respeto a las leyes internacionales y el compromiso con el diálogo y la negociación. Es imperativo que México y Ecuador, con el apoyo de la comunidad internacional y organismos como la OEA, encuentren una salida basada en el entendimiento mutuo y el respeto a los tratados que han guiado las relaciones diplomáticas durante décadas. Este enfoque no solo resolverá el impasse actual de manera justa, sino que también fortalecerá el sistema internacional basado en reglas, crucial para la coexistencia pacífica entre naciones.

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Cuidar al TSE

Por La Razón

/ 7 de abril de 2024 / 04:10

La designación, por parte del presidente Arce, de un nuevo vocal del TSE, reactivó el debate político sobre la institucionalidad electoral, la narrativa anticipada de “fraude” y el papel de las autoridades. Es un capítulo más de la disputa interna en el MAS-IPSP y en la oposición. Es fundamental asegurar la integridad y fortaleza del TSE de cara al próximo ciclo electoral.

 La Constitución establece que el TSE está compuesto por siete vocales: seis elegidos por la ALP y uno designado por el presidente del Estado. En abril de 2021, el presidente Arce designó a la vocal Dina Chuquimia tras la renuncia de Salvador Romero, quien había sido designado por la presidenta de facto Áñez. El pasado jueves, de manera intempestiva, Arce nombró a Gustavo Ávila como nuevo vocal del TSE en reemplazo de Chuquimia. El hecho generó recelo político y una polémica inconducente.

La atribución presidencial para designar a un nuevo vocal electoral está clara, salvo que no puede destituir a un vocal en ejercicio como si fuese, por ejemplo, un ministro de su gabinete. En este caso, la designación de Ávila debió estar precedida por la renuncia de la hoy exvocal Chuquimia o el cumplimiento de su mandato (seis años). No ocurrió así. Y no es la primera vez. En junio de 2021, el presidente Arce destituyó por decreto y sustituyó a seis vocales departamentales designados por Áñez.

Más allá de la legalidad en cuestión, el problema es que se daña la autonomía de la institucionalidad electoral. Y eso es crítico como señal, peor todavía cuando nos acercamos a unas elecciones generales complejas y muy marcadas por la división en el partido oficialista y la fragmentación opositora. Del otro lado, es deplorable la forma ligera e irresponsable, en este caso desde la facción evista y Comunidad Ciudadana, en que se lanzan sospechas de “fraude” y se descalifica por anticipado a las personas.

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Sin esperar un día de su mandato como autoridad, se etiquetó al vocal Ávila como “operador” (de la “proscripción” del MAS, del “fraude”, de la inhabilitación de Evo). Se descalifica así a un profesional de amplia experiencia y trayectoria en materia electoral, que desempeñó varios cargos en el Tribunal Electoral de Tarija hasta ocupar su presidencia, y que hoy puede ser un valioso integrante del TSE y reforzar su Sala Plena. Esas denigraciones precoces también dañan, y mucho, al organismo electoral.

En un contexto marcado por la polarización, una elevada desconfianza en las instituciones e incertidumbre sobre el próximo ciclo electoral, empezando por las elecciones primarias, es fundamental que todos los actores relevantes, en especial los políticos, asuman con altura la necesidad de cuidar y fortalecer al TSE. La integridad y autonomía del árbitro, así como el respeto a la voluntad ciudadana expresada en las urnas, son imprescindibles para garantizar la integridad de las elecciones y preservar la democracia.  

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Liderazgos autoritarios

Es poco probable que la clase política vaya a recuperar su vocación por el debate y la competencia democrática

Por La Razón

/ 4 de abril de 2024 / 06:13

El tema no es nuevo ni se limita a Bolivia: los valores democráticos se depauperan con cada día que pasa y en la mayoría de los casos son los propios líderes políticos quienes propician este estado de cosas. Solo esta semana hubo dos ejemplos: un expresidente propuso cumplir la ley que él mismo promulgó y otro, también expresidente, pidió a sus diputados renunciar a su cargo.

En el primer caso, se trata de la aparentemente insalvable ruptura del Movimiento Al Socialismo (MAS), partido que ahora afronta un ultimátum del Tribunal Supremo Electoral (TSE) para renovar su directiva en un congreso orgánico, que todavía no se sabe si podrá realizarse, pues hay dos convocatorias con fechas y sedes diferentes. Difícil saber cómo responderá el Órgano Electoral a la disyuntiva, que podría profundizar no solo la ruptura del partido gobernante, sino aumentar la polarización en la sociedad.

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En el afán de salvar la situación, el jefe del partido, el expresidente Evo Morales, retó al actual Presidente del Estado a competir por la candidatura en una elección primaria. Es un cambio en lo decidido en el frustrado congreso de Lauca Ñ, el año pasado, donde se dijo que el exmandatario es “el único” candidato del partido, desconociendo la Ley 1096, de partidos políticos, y su reglamento específico sobre elecciones primarias; pero también una muestra de una vocación de uso instrumental de la norma.

Si tal actitud no es suficiente muestra, las oficiosas declaraciones de los áulicos del expresidente, prometiendo baños de sangre u ofrendar sus vidas, por la “libertad”, la “democracia”, y “por supuesto, por nuestro líder”, como dijo un senador hábil para el victimismo y la desinformación, muestra el poco aprecio por el juego limpio.

En el segundo caso, se vio al también expresidente Carlos Mesa pidiendo a sus legisladores electos renunciar a su silla en la Asamblea Legislativa si no se avienen a seguir sus instrucciones. No hace falta ser un gran intelectual para saber que la democracia implica gestionar el disenso, tarea propia de un buen líder. Un mensaje que instruye obedecer ciegamente al jefe o largarse, habla mal del liderazgo.

Además, como ya se ha dicho, no son solo jefes políticos quienes muestran poco aprecio por los valores democráticos. Al anuncio hecho por el exalcalde Juan del Granado de “rearticular” al Movimiento Sin Miedo, la respuesta de una de las vocales del TSE no fue celebrar la diversidad de partidos o el retorno de una organización política que en algún momento gozó de gran relevancia, sino recordarle a la exautoridad que carece de personería jurídica, como si no fuese posible hacer el debido trámite para recuperarla.

Es poco probable que la clase política vaya a recuperar su vocación por el debate y la competencia democrática. Toca a la sociedad reflexionar profundamente sobre su futuro inmediato y decidir si quiere exaltados discursos ideológicos que enmascaran comportamientos autoritarios, o si prefiere líderes comprometidos con el bien común. Tarea nada fácil, por cierto.

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