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Internet traza una nueva anatomía de las protestas

Las tácticas casi de guerrilla empleadas por los estudiantes británicos en sus protestas contra la subida de tasas universitarias a las puertas del Parlamento en Londres no pasaron desapercibidas.

No eran casualidad. BBC Mundo reporta que se lo iban contando todo en internet con mapas actualizados en tiempo real y un hilo constante de información acerca de la situación de las fuerzas policiales.

Es decir, los llamados hashtag de Twitter. Así fue que las iniciativas de los diferentes grupos aparentemente no coordinadas estaban lejos de ser decisiones desinformadas.

Cualquier movimiento subversivo que se preciara requería del panfleto impreso, casi siempre en un sótano oscuro. Eso, hasta que llegó la fotocopiadora, que facilitó la labor, pero no evitó que siguiera siendo una estrategia lenta.

El siguiente gran paso en la agitación llegó con el mensaje de texto en el teléfono celular, el «pásalo». Tal vez inútil para explicar sesudas doctrinas, pero de inigualable eficacia para saber dónde y cuándo se va a montar una protesta.

Red. Pero ahora asistimos a la revolución del teléfono inteligente. La información está en la red y el agitador puede acceder a ella, compartirla, actualizarla. Buena prueba, los manifestantes en Londres.

Tradicionalmente cualquier protesta requería un liderazgo claro, Alguien a quien seguir, un personaje carismático capaz de movilizar, casi siempre un buen orador. En las protestas del siglo XXI, los líderes continúan jugando un papel preponderante, pero, como demostraron  los estudiantes en Londres, lo que mejor funciona es el trabajo en red, el «networking».

En los viejos tiempos, era un periodista el que le ponía un titular a la protesta para que a la mañana siguiente los ciudadanos se enteraran con testimonios de actores relevantes, la policía y los políticos. Parece que asistimos al nacimiento de una forma de salir a protestar, ¿es la revolución del teléfono conectado a internet?