Chima revive la pesadilla del 2003 y 61 familias pierden sus pertenencias
Desastre. La riada se habría originado en Mocotoro, donde también hay afectados
«El lodo me quitó todo, ahora estoy en la calle». El lamento de doña Silvia Villalobos se mezcla con el de otras 60 familias, cuyas pertenencias fueron arrastradas por una mazamorra que salió del río Tipuani y afectó casas y quioscos de Chima.
«Gracias a Dios no hay víctimas porque hubo tiempo de salir de las casas», dijo Doña Silvia, quien vive en una especie de galpón con varias divisiones, y es una de las más afectadas por la riada.
El desastre ocurrió la noche del lunes entre las 20.30 y 21.00, contó Cornelio Pachatico, secretario del comité de emergencia de Chima. «Llegó como una pared de barro de más de un metro y 60 centímetros de alto. Entró por la calle Sorata y el lodo tumbó puertas y ventanas. Se llevó los objetos pequeños y llenó de barro y piedras las cocinas, refrigeradores, despensas y roperos, todo quedó arruinado», describió.
Después de un viaje de más de 11 horas, La Razón llegó a Chima, población que se encuentra en el municipio de Tipuani, en la provincia Larecaja. En el ingreso del pueblo, en una especie de playón, se encontraban siete vehículos, la mayoría tipo Caldina. Todos cubiertos de barro y arbustos. Los dueños echaban agua para tratar de limpiarlos y rehabilitarlos.
«Son 61 familias las afectadas, que han perdido hasta la mitad de sus enseres. En total calculamos 300 personas. Por eso pedimos al Gobierno que nos ayude, porque varios tenemos créditos con los bancos», dijo Pachatico.
En uno de los quioscos de la calle Sorata, Benedicto Mayta, vendedor de verduras, observa los destrozos en su puesto. «Yo estaba en La Paz. Mi esposa y mi hijito se quedaron en la venta. Ella me contó que el lodo entró poco a poco, pero con fuerza y no tuvo otra que escapar cerro arriba».
Los pobladores instalaron una olla común, que recibe las donaciones de los que no fueron afectados. Las familias que perdieron sus pertenencias se alojan en viviendas de familiares y amigos.
Las autoridades se movilizaron de inmediato. Benedicto Veliz, alcalde de Tipuani, viajó a La Paz para pedir la ayuda de la Gobernación. Durante su estadía en la sede de gobierno realizó todas las tareas de coordinación tanto con Defensa Civil como con la gobernación. «Mañana (hoy) está entrando gente de Defensa Civil del nivel nacional, como de la gobernación para restablecer la zona», informó ayer a La Razón.
Por su parte, William Rioja, responsable de la unidad de Riesgos y alerta temprana de la Gobernación, señaló que ayer se empezó la movilización de la maquinaria para rehabilitar los tramos camineros que conectan las poblaciones de Chima y Mocotoro.
Según el informe preliminar, producto de las fuertes lluvias, se habría formado una represa natural en un lugar más alto de Mocotoro, donde hay el campamento minero, pero que, por la presión del agua, la represa explotó y el agua empezó a bajar con mucha fuerza y a su paso se encontró con las viviendas primero de Mocotoro y luego de Chima. En el caso de Mocotoro, se informó de que habría 50 familias damnificadas por un derrumbe.
La versión es apoyada por los pobladores de Chima, que a diferencia del 2003 ya no es un pueblo minero, ya que se transformó en una población que abastece a los campamentos desde donde se extrae el oro en la región.
«Esto (la riada) viene de Mocotoro, dragaron por demás y juntaron tierra, lo que ocasionó este desastre en el pueblo», se quejó un comerciante que limpiaba su cocina llena de barro y piedras, que había quedado inservible.
Un pueblo que sufre por el cerro y el río
El 31 de marzo del 2003, la desgracia asoló la población de Chima que fue parcialmente arrasada por un deslizamiento de tierras del cerro Puca Loma, que dejó un rastro de 51 muertos, 11 heridos y 4 desaparecidos identificados.
Las familias damnificadas fueron 177, reuniendo 885 personas afectadas (33% de la población censada de 2.600); 116 viviendas fueron destruidas totalmente y 33 parcialmente, lo que representa la cuarta parte del total (550 viviendas).
El 24 de noviembre del 2005 una mazamorra también cubrió algunas viviendas en un área minera de esa población, por lo que se constituye en una zona de alto riesgo tanto por los deslizamientos del cerro Puca Loma como por las riadas del río Tipuani.
Tras la tragedia del 2003, Chima dejó de ser un centro minero para convertirse en una población de abastecimiento civil. Esto se debió a que se verificó que se realizaban actividades mineras sin una adecuada gestión técnica ni ambiental. Un proyecto de reubicación del pueblo fue presentado a las autoridades sin un resultado.