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Entregan ropa y alimentos a 2.000 indigentes

Después de esperar un par de horas en la fila, Demetrio, un joven que vive en la calle, bebió de una taza de chocolate caliente; y minutos después de recibir una ducha, ropa nueva y un corte de pelo, tomó una sopa caliente.

«Espero esta fecha cada año, porque es la única oportunidad que tengo para recibir ropa nueva, comida rica y bien caliente», dijo mientras saboreaba una sopa de pollo, dentro de la sede de la congregación cristiana El Buen Samaritano de La Paz, en la avenida Montes, en el centro.

El presidente del proyecto del Buen Samaritano, Efraín Alarcón, informó que la congregación realiza esta actividad desde hace ocho años con el apoyo de gente solidaria de La Paz, y el propósito es llegar a los indigentes que no tienen ningún apoyo de otras instituciones y a las familias de escasos recursos.

«Realizamos esta labor con amor, porque son vidas que lo perdieron casi todo, son personas que viven en la calle y, más allá de recibir ropa, reciben el deseo de esperanza, de que si se lo proponen pueden salir de esa situación a través de los centros de rehabilitación, porque la mayoría son personas que se drogan o consumen alcohol», dijo.

Explicó que año tras año aumenta el número de drogadictos y alcohólicos, especialmente en jóvenes y niños que viven en la calle, con o sin sus padres.

En la visita al recinto donde se bañaba y vestía con ropa limpia a los niños, un menor de ocho años se movió como autómata y sin emitir palabra alguna, el olor a clefa llenó el pequeño baño y entre sus ropas se encontró un trapo sucio impregnado con el pegamento.

«Sabemos que los niños después de ser cambiados, bañados y alimentados volverán a las calles, porque están junto a sus padres, es un dolor oculto que nos lastima, es una realidad que no podemos ocultar», dijo Alarcón. Más de 200 voluntarios de la congregación atendieron a más de dos mil indigentes y familias pobres que acudieron a la avenida Montes por la comida y ropa.

Solidaridad. La congregación realiza esta labor benéfica con el apoyo de la «gente de buen corazón. No tenemos el apoyo del Gobierno ni campañas de publicidad, son las personas e instituciones solidarias las que un mes antes nos envían la ropa que no usan y las hermanas arreglan algunas prendas, las lavan y planchan para entregar en esta ocasión», manifestó el pastor.

Desde que empezaron con la campaña, unos 10 alcohólicos y drogadictos se rehabilitaron y hoy forman parte de los voluntarios. Es el caso de un joven que se encargó de elaborar invitaciones para la gente de la calle.

«El joven era drogadicto, vivía en la calle y hoy es un microempresario, sale adelante y ése es el ejemplo que les damos a otros para que no se dejen vencer por el vicio. A los que quieren, los llevamos a albergues», dijo y señaló a un joven de 30 años.