Un mes después, asesinos de Celia Bustillos siguen libres
Crimen. La madre sigue llorando la muerte de su hija única
Transcurrió un mes desde que el cuerpo de Celia Bustillos (14) fue hallado dentro de una caja de cartón, amarrado con alambres y con el rostro desfigurado. Su madre, Ximena Bustillos, dice que la investigación está avanzada. La Policía no da detalles.
«Mi hija era mi respiración. Por eso pido que después de que llegue a encontrar a los culpables de su asesinato ella me recoja, porque ya no hay sentido, ya no hay vida en esto», dice Ximena con lágrimas en los ojos y con la voz quebrantada por el brutal deceso de su única hija.
El 3 de diciembre, los guardias de la Universidad Salesiana encontraron el cadáver de Celia dentro en una caja de cartón, entre las calles Chacaltaya y Ramos Gavilán de la zona de Achachicala. La Policía estableció que la adolescente perdió la vida tras ser asfixiada con un alambre.
Su madre aún no puede creer lo que pasó. Contó que, ese día, la muchacha salió de su casa, ubicada en Tembladerani, a las 11.00. «Tenía que ir a cobrar y también a dejar unos productos (ropa) que vendo, pero nunca más volvió a aparecer».
A las 13.00 de ese día, Celia tenía que estar de regreso. Su madre llamó a su celular, pero no contestaba. Intentó toda la tarde con el mismo resultado. «Me preocupé mucho, empecé a buscarla, pero no la encontraba hasta que en la noche recibí una llamada a mi celular de un número privado, nadie me habló y yo sólo escuchaba una respiración», cuenta .
Al día siguiente, un día sábado, la madre de la adolescente vio en los informativos de televisión que se había hallado el cadáver de una muchacha, dentro de una caja de cartón en Achachicala. Desesperada, fue a la morgue del Hospital de Clínicas y fue ahí donde encontró el cadáver de su hija.
Las pericias forenses revelaron que los agresores de la menor la hirieron con un objeto punzocortante en la frente, le golpearon la cabeza hasta provocarle el hundimiento del cráneo. Además, con el alambre que utilizaron para asfixiarla, le causaron heridas a ambos lados de la boca.
Según Ximena, la Policía avanzó en la investigación; sin embargo, los investigadores no dieron detalles de la pesquisa. Durante la jornada de ayer declararon al menos siete personas en calidad de testigos ante el investigador asignado.
A Ximena sólo le queda la esperanza de encontrar a los asesinos de su hija. «Era mi única hija, yo soy madre soltera. Las dos hacíamos todo», cuenta. Celia tenía pensado hacer su fiesta de quince años en el Radio Club La Paz. «Ella me ayudaba en todo mi trabajo, y yo le decía que íbamos a reunir dinero para hacer su fiesta».
La madre no sospecha quién o quienes son los asesinos, pero piensa que es mejor no confiar en nadie. «Los papás no deben confiar a sus hijos a nadie, ni en los colegios ni en la misma casa, porque no sabemos si los asesinos están a nuestro lado». Ayer se celebró una misa al recordar un mes de su fallecimiento.
Ella quería estudiar veterinaria
Ilusión
Ximena Bustillos, madre de Celia, contó que su hija soñaba con estudiar veterinaria. «Ella adoraba a los animales, siempre los veía con cariño hasta se hizo comprar una perrita. Un día antes que muera me preguntó si yo quería a su mascota y yo le dije que sí, aunque me haga renegar».