Unas 11 personas murieron por los deslizamientos
Las rocas caen y acaban con la vida de los comunarios
Por una de las laderas del cerro Llojeta, en el lado izquierdo de Yocarhuaya, los senderos se cobraron una víctima fatal a fines del 2007. Caminar por esas estrechas vías, de menos de un metro de ancho, es un peligro. «El secretario de vialidad del municipio de Moco Moco murió ese año cuando retornaba a su casa. Había mucha neblina y parece que una roca también le cayó encima y falleció. Su cuerpo lo hemos encontrado más abajo», recuerda Gerardo Kollanqui, dirigente de los comunarios de la zona.
Debido a que la zona es altamente inestable, los deslizamientos son constantes y más de uno murió al ir por esos caminos. En los últimos 30 años, al menos unas 11 personas perdieron la vida, y también una cantidad no precisada de vacas, ovejas y burros con cargas incluidas y que transitaban por esos estrechos caminos.
Ayer, Kollanqui y una veintena de campesinos arreglaban el camino que da ingreso a la planicie de Ch’uñupampa. «En el 2010, cuatro veces hemos tenido que arreglar este camino, por los deslizamientos, cuánto quisiéramos que no hayan más derrumbes por esta zona», añade el dirigente.
Por eso, los comunarios de Yocarhuaya esperan con ansiedad el traslado definitivo de la población a la planicie de Ch’uñupampa, donde se construirán desde este año unas 149 viviendas. En ese lugar ya espera un colegio para 200 alumnos y seis profesores.
En el pueblo viven unas 1.000 familias, 149 tendrán, en principios, viviendas; el resto está entre aquellos que no completaron sus documentos; otros, que no creen en las promesas del Gobierno y algunos que sólo vienen por días al lugar. Unas 30 familias dejaron el lugar el año pasado.
Los pobladores
Feliciano Condori
‘Queremos salir de una vez’
No podemos seguir viviendo en Yocarhuaya. Mi casa se rajó dos veces y tuve que reconstruirla. Nosotros deseamos salir de una vez, y por eso queremos que la Gobernación y Defensa Civil nos ayuden.
Víctor Condori
‘La mazamorra se lleva todo’
Por debajo de la tierra, la mazamorra arrastra todo hacia abajo, pronto vamos a quedar como el primer pueblo abandonado. Ahora no podemos subir más arriba y por eso queremos las viviendas.
Federico Calcina
‘Mi casa se cayó dos veces’
Mi vivienda se vino abajo dos veces, y tampoco hay dinero para volver a construir otra, por eso queremos que con el Programa Evo Cumple nos pueda ayudar el Gobierno. Todavía queremos vivir aquí .