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Tratamiento detecta la propagación del cáncer

Científicos del Hospital General de Massachusetts, en Estados Unidos, están desarrollando una nueva prueba «ultrasensible» que podría revolucionar la forma como se controla y ataca la propagación de cáncer.

Se trata de una «biopsia líquida» capaz de detectar en una muestra de sangre si las células cancerosas se han propagado o existen probabilidades de que se propaguen. Asimismo, el análisis puede mostrar si el tumor está respondiendo al tratamiento y puede ofrecer  un indicador de cuál es el mejor paso a seguir.

La tecnología detecta las llamadas Células Tumorales Circulantes (CTC) o Células Cancerosas Circulantes (CCC), que se encuentran a niveles extremadamente bajos en la sangre y que ofrecen información muy importante para la detección temprana de la propagación del cáncer.

Actualmente, para identificar la propagación y potencial progresión de un tumor se lleva a cabo una biopsia, que es la extracción con una aguja o con cirugía de tejido tumoral del paciente, que posteriormente es analizado para determinar la presencia o extensión de la enfermedad.

Pruebas. Asimismo, para estudiar si el paciente está respondiendo a los tratamientos, por lo general se lo somete a escáneres de tomografía computada (TC), peros estos resultados pueden tardar semanas o meses. «Si logramos determinar con rapidez que un fármaco está funcionando para continuar con él, o que no está funcionando y debemos tratar algo distinto, será algo importante», comenta el doctor Daniel Haber, uno de los investigadores involucrados en el proyecto.

Eventualmente se espera que la prueba reemplace a las biopsias y pueda ser utilizada en lugar de mamografías o colonoscopías para diagnosticar nuevos casos de cáncer. «Esta nueva tecnología tiene el potencial de facilitar una prueba de sangre fácil de administrar y no invasiva que nos permitiría contar las células tumorales y caracterizar la biología de esas células», afirma Robert McCormack, otro de los investigadores.

Con la nueva prueba, que requiere una cantidad equivalente a una cucharada de sangre, se  puede determinar si las células CTC desaparecieron un día después de haber sometido al enfermo al tratamiento. El análisis utiliza un microchip en cuya superficie están colocadas unas 80.000 cerdas microscópicas con anticuerpos que pueden capturar las células cancerosas cuando pasa la sangre por el chip. El tratamiento estaría disponible en cinco años.