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Desborde afecta a 100 familias y 40 ha de cultivos en Ivirgarzama

Según informes preliminares de Defensa Civil del trópico (Cochabamba), las torrenciales lluvias que cayeron en los últimos días aumentaron el caudal de las aguas del afluente, provocando desbordes, lo cual afectó a las comunidades de Aroma, San Javier, 15 de Mayo, 2 de Agosto y el Pueblo Indígena Río Ivirgarzama.

El fenómeno es el primero de esta magnitud durante la presente temporada de lluvias. Un reporte de la Agencia de Noticias Fides (ANF) sostiene que ante la magnitud de los hechos, Defensa Civil declaró alerta general para evitar que otras poblaciones amenazadas corran la misma suerte.

El responsable de esa repartición estatal, coronel José Mercado, informó que junto con los técnicos y autoridades municipales de Ivirgarzama, además de dirigentes de las comunidades afectadas por los anegamientos, confirmaron que las familias perjudicadas son más de 100 y que las áreas de sembradíos dañados suman 40, particularmente de arroz, yuca y maíz y algunos frutales.

Mercado informó que, al margen de esta comisión oficial que verifica la magnitud de los desastres, se cuenta con equipos de emergencia para auxiliar a las comunidades amenazadas por los desbordes de los ríos, fenómeno muy recurrente en el trópico y que además anega caminos vecinales y los deja intransitables.

Evaluación. Los resultados de las inspecciones a realizarse serán informados a la Gobernación de Cochabamba en las próximas horas a fin de activar los planes de contingencia y mitigación preparados ante estas eventualidades, así como para definir la asistencia y ayuda que será entregada a los afectados con vituallas y herramientas de trabajo para el campo.

Temor. Carmen Rodríguez, responsable de la Dirección de los Derechos de la Madre Tierra de la Gobernación, confirmó que no sólo Ivirgarzama sufre los embates de las lluvias y la crecida de los ríos, sino también los municipios de Chimoré y Villa Tunari, además de otras comunidades que habitan en las riberas de los ríos Ichilo, Sajta y Espíritu Santo, agrega ANF.

La autoridad dijo que ante los riesgos que representan los caudalosos ríos que se extienden a lo largo de esa región, se declaró alerta general y emergencia con el objetivo de evitar desastres y tragedias humanas, además de millonarias pérdidas en cultivos.
Rodríguez afirmó que se activaron todos los equipos de emergencia para evitar penurias a los pobladores del trópico, especialmente a los que viven en las zonas ubicadas monte adentro.

Por su parte, el concejal de Villa Tunari, Hernán Alba, informó que los desbordes en la jurisdicción de ese municipio no son de magnitud, aunque los rebalses ya destruyeron caminos vecinales y afectaron comunidades dedicadas a la producción de plátano. Según Alba, algunas de éstas lucen como islas, especialmente Todos Santos.

Tarata quedó con 32 hectáreas bajo agua

Cochabamba 
Bastó tres horas de intensa precipitación fluvial para que el municipio de Tarata el pasado jueves quede seriamente afectado; al momento se tiene confirmado el daño de 15 viviendas, siete vehículos y más de 32 hectáreas inundadas. Según el jefe de la Unidad de Gestión de Riesgos de la Gobernación, Fernando Fernández, la causa principal de la inundación se debió a la construcción de un atajado construido por los comunarios de la zona, que con la excesiva cantidad de agua colapsó desviando al río Chaquimayu hacia el río Pilcomayo, que atraviesa Tarata.

Emilio Rojas, alcalde de Tarata, dijo que «ésta es la primera inundación de esta magnitud desde hace más de 30 años», a tiempo de mostrar la sorpresa que tuvieron los pobladores con la riada. Siete fueron los vehículos rescatados por la riada, pero sólo dos resultaron con daños de consideración. Se estima que más de 100 familias quedaron damnificadas, 12 de ellas severamente.
Las 32 hectáreas de sembradíos inundados están ubicadas en tres comunidades del municipio cochabambino: San José, Nueva Esperanza y Cañada, y han afectado a más de 40 productores de durazno y otros.