Sociedad

Thursday 18 Apr 2024 | Actualizado a 21:03 PM

2 coches se hunden en Tiquina por negligencia

Siniestro. La Armada tardará al menos un mes en rescatarlos

Por La Razón

/ 26 de enero de 2011 / 05:00

La imprudencia del barquero Waldo F., que chocó su barcaza con otra que trasladaba dos vehículos de transporte público, provocó el hundimiento de ambos motorizados en el Estrecho de Tiquina. Se trata del segundo siniestro de este tipo en el mismo lugar en cuatro meses.

Eran las 9.00 cuando la embarcación en que viajaba un bus del Sindicato Manco Kapac y una vagoneta del Sindicato 6 de Junio, con destino a San Pedro de Tiquina y posteriormente a Copacabana, fue embestida por otra similar (pilotada por Waldo F.) a 250 metros de arribar a la orilla.

El comandante del Cuarto Distrito de la Fuerza Naval Boliviana (FNB), capitán Gonzalo Alcón, anunció que el rescate de los vehículos tardará al menos un mes.

«No se dio aún con la vagoneta, tenemos señalado el lugar donde está el bus. Esto requiere de una semana de estudio y hay que ver el método que se aplicará», explicó el jefe militar. Añadió que los que correrán con los gastos del rescate son los responsables del choque.

«Yo vi que a 200 metros la otra embarcación venía a toda velocidad, entré al bus y toqué la bocina (cuyo sonido) es fuerte y no me escuchó, después nos chocó. Me avisaron que el barquero estaba borracho», contó Ramiro Cosme, conductor del bus Manco Kapac. Otras versiones señalan que tenía puestos los audífonos porque escuchaba música.

Según el comandante de puerto del Cuarto Distrito de la Fuerza Naval, capitán Omar Olivera, el golpe se produjo en el lado izquierdo de la barcaza. El impacto dañó la madera e hizo que se apague el motor.

Dentro del bus, al margen del chofer, iban una anciana y una pareja de jóvenes mientras que en el vehículo Toyota Caldina iban seis personas, pese a que la norma establece que los vehículos pasen en los lanchones sin llevar pasajeros.

La precaria nave comenzó a llenarse de agua y los choferes del bus y de la vagoneta, que operaba como minibús, evacuaron a los pasajeros a la barcaza que causó el choque. En ese interín Waldo F. se dio a la fuga y actualmente no se sabe dónde está.

En cuestión de minutos llegó otra barcaza y se intentó remolcar la nave que hacía aguas. Los choferes amarraron el lanchón afectado a otras dos embarcaciones y las tres dieron una vuelta en U para retornar a San Pablo de Tiquina porque, según Cosme, ese lado del estrecho tiene menos profundidad.

Mientras avanzaban, el nivel del agua en la barcaza afectada iba en ascenso y pedazos de madera astillada iban quedando en el agua. A unos 50 metros de la orilla de San Pablo, el bus y la vagoneta terminaron de deslizarse y se hundieron.

El dirigente del sindicato Manco Kapac, Félix Quispe, pidió que los motorizados sean sacados del agua lo antes posible porque la corrosión dañará en días su estructura. «Pedimos que haya más control de la Marina Mercante y que nuestros coches sean rescatados ya», dijo y anunció que su sector apoyará el salvamento con personal humano.

El capitán Olivera señaló que hay una Ley de Capitanía de Puerto que dispone medidas de seguridad que se deben cumplir en lagos y ríos. «Las reglas son de aplicación a nivel nacional, pero no todos cumplen y es un problema social y hay gente que es reacia al cumplimiento de la ley; cuando se quiere exigir, hacen bloqueos o provocan enfrentamiento».
El dirigente de la Asociación de Barqueros 17 de Septiembre, Luis Chambilla, salió en defensa de su sector y demandó un seguro de accidentes. «Sería interesante que haya un seguro. Nosotros estaríamos dispuestos a pagar de ocho a 10 dólares por el seguro», indicó.
El dirigente se contradijo sobre el paradero del piloto, presunto culpable, que se dio a la fuga. Primero señaló que estaba en su casa y que en minutos se iba a reunir con sus compañeros y los jefes de la Armada y después señaló que no lo vio.

Sobre las medidas de seguridad que su gremio brinda a los transportistas, Chambilla señaló que la Ley de Capitanía de Puerto se hizo en los años 70, en la presidencia de Hugo Banzer Suárez. «Recién se la va a actualizar y seguro habrá reglamentos».

Según él, los barqueros dan medidas de seguridad, pero cuando se le consultó cuáles son, el dirigente no quiso contestar. Alcón señaló que según las normas, en las barcazas deben llevar un solo vehículo.

Otro caso y anuncio de controles

El 20 de octubre del 2010, un bote que transportaba estudiantes de un colegio de Escoma se hundió en el lago Titicaca. Una alumna de tercero de secundaria perdió la vida ahogada porque se presume que no sabía nadar; 14 de sus compañeros se salvaron.

El capitán Olivera anunció que al ver que la negligencia de los barqueros pone en riesgo la vida de las personas, en los próximos días la Marina Mercante realizará inspecciones técnicas para otorgar certificados a las embarcaciones que hayan cumplido con todos los requisitos de seguridad para pasajeros y conductores.

Los alcaldes consideran que urge  un puente

Los alcaldes de Copacabana y San Pedro de Tiquina consideran que es necesaria la construcción de un puente cerca del Estrecho para evitar accidentes y pérdida de vidas humanas. Sin embargo, los barqueros creen que en ese caso perderían sus fuentes de trabajo, que es su único sostén.

«Hay que socializar la ide, nosotros no podemos ser imponer absolutamente nada. Debemos socializar entre todos los sectores sociales y la Armada para un futuro mejor», manifestó ayer a los medios el alcalde de Copacabana, Fermín Quispe.

Por su parte, la alcaldesa de San Pedro de Tiquina, Nelly Rodríguez, señaló que se presentará un proyecto de ley para la construcción del puente con los beneficios que traerá y con las posibilidades para quienes actualmente se dedican al transporte acuático de las embarcaciones.

«Estamos en pleno desarrollo y esperamos que todos lleguemos a un acuerdo», manifestó la autoridad edil.

Sin embargo, para el dirigente de la Asociación de Barqueros 17 de Septiembre, Luis Chambilla, la idea de construir un puente es un insulto. Al preguntar sobre esta alternativa, Chambilla se enfadó y afirmó que con este trabajo mantienen a sus familias para darles de comer.

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Un vecino conflictivo

El gobierno de Milei podría estar buscando consolidar su base política mediante el nacionalismo y el anti-izquierdismo

Por La Razón

/ 18 de abril de 2024 / 07:06

Días atrás, la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, informó que había decidido reforzar la seguridad en la frontera con Bolivia debido a la supuesta presencia de cientos de militares iraníes en el país. La respuesta de la Cancillería boliviana fue tan rápida como mesurada, en evidente contraste con el tono que está adoptando el gobierno de Javier Milei.

Desde el inicio, la presidencia de Javier Milei ha sido notable no solo por sus políticas internas de shock, sino también por su manejo de las relaciones internacionales, especialmente con países latinoamericanos de gobiernos considerados izquierdistas. Sus controversiales interacciones con líderes regionales han generado un amplio debate sobre las estrategias diplomáticas y sus implicaciones tanto a nivel regional como doméstico.

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Primero, el intercambio de insultos con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, provocó una rápida escalada de tensiones que afortunadamente no pasaron a más. Milei respondió a las críticas de López Obrador, quien había tildado a Milei de “facho conservador”, con términos igualmente duros, exacerbando las fricciones bilaterales. Este tipo de diplomacia de confrontación no solo socava las relaciones tradicionalmente cordiales entre Argentina y México, sino que también plantea preguntas sobre la estabilidad regional.

Por otra parte, las relaciones con Colombia se tensaron significativamente después de que Milei llamara al presidente Gustavo Petro «comunista asesino». Esta declaración provocó una pronta respuesta diplomática de Colombia, incluyendo el llamado de su embajador en Buenos Aires, lo cual subraya la seriedad del conflicto y el impacto en las relaciones diplomáticas; por ahora las relaciones entre ambos países están normalizándose y los respectivos embajadores han regresado a sus funciones.

Asimismo, la afirmación de la ministra Bullrich sobre la presunta presencia de militares iraníes en Bolivia añadió más leña al fuego, mostrando una tendencia hacia declaraciones provocativas que pueden tener serias repercusiones diplomáticas y de seguridad. Algo similar había ocurrido poco antes, cuando el presidente Milei afirmó que el gobierno de Chile iba a llevar a ese país a la pobreza por adoptar políticas socialistas. En ambos casos la respuesta fue pronta, mesurada y contundente.

En el frente interno, estas controversias internacionales parecen servir como una cortina de humo para desviar la atención de los problemas económicos graves que enfrenta Argentina, como la inflación y el estancamiento económico. Al centrarse en conflictos externos, el gobierno de Milei podría estar buscando consolidar su base política mediante el nacionalismo y el anti-izquierdismo, mientras posterga o minimiza la discusión sobre la necesidad de reformas económicas internas profundas.

Es posible que las tácticas de confrontación de Milei tengan un atractivo político inmediato entre ciertos sectores en Argentina que le son afines, pero los riesgos asociados a alienar a países vecinos y potenciales socios comerciales son altos, especialmente en el mediano y largo plazos, cuando el polémico mandatario ya no esté en funciones.

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Los medios en cuestión

Por La Razón

/ 14 de abril de 2024 / 00:20

El reciente estudio Delphi de la Fundación Friedrich Ebert (FES-Bolivia), realizado con líderes de todo el país, revela datos delicados respecto a los medios de comunicación y su desempeño. Además de una baja confianza, se percibe a los medios como promotores del conflicto y como actores políticos que informan en función a su agenda e intereses. La evaluación es crítica.

Hubo un tiempo en que los medios de comunicación y periodistas, en general, estaban en la cima de la confianza ciudadana. Junto con la Iglesia Católica, tenían muy alta legitimidad. Hoy es diferente: en la Delphi de la FES, solo el 7% tiene una confianza alta o muy alta en los medios. Para el 39% es regular. Y un mayoritario 54% confía poco o nada. Estos datos debieran preocuparnos. Si bien estamos mejor que otras entidades, la confianza es un bien preciado que los medios debemos recuperar y preservar.

En un contexto en que los medios digitales y las redes sociales tienden a desplazar a los medios de comunicación tradicionales como principal fuente de información, es necesario hacer un examen acerca de nuestro desempeño. ¿Cómo nos evalúan los líderes? Más de dos tercios, nada menos, sostienen que los medios informan en función a su propia agenda e intereses. Si sumamos el 13,5% que nos perciben como manipuladores, el saldo es muy negativo. Solo un marginal 7% cree que los medios informan con veracidad.

La baja confianza en los medios y la percepción de que informan más pensando en ellos mismos que en la sociedad, quizás se explican, entre otros factores, porque varios operadores mediáticos están polarizados y alientan la polarización. Lo vimos como tragedia en la crisis de 2019, cuando algunos medios y periodistas avalaron y hasta justificaron las masacres. Ello se reafirma en la Delphi: 86% de los líderes consultados sostienen que los medios promueven enfrentamientos y conflictos en el país.

Por si fuera poco, en estas percepciones reveladoras de la situación del campo mediático en Bolivia, casi nueve de cada 10 participantes en el estudio de la FES están de acuerdo con la afirmación de que los medios actúan como si fuesen actores políticos. Es tremendo. Para los liderazgos, la esencia de los medios se está perdiendo. En su balance, varios medios y periodistas están más cerca de la acción política que de la labor informativa. Eso, por supuesto, va en desmedro del periodismo.

Los estudios de percepción cualitativa y de opinión pública expresan tendencias generales en momentos determinados. Son útiles para la reflexión y el análisis. Y contribuyen a la autocrítica. Pero hay diferencias. Más allá de las percepciones aquí descritas, es meritorio el trabajo de medios que persisten en el empeño de cuidar y cultivar cada día los derechos a la comunicación e información. Como diario nos situamos en ese camino reafirmando nuestro compromiso con el libre ejercicio del oficio periodístico.

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Un impasse inédito

El camino hacia la resolución de este conflicto debe estar pavimentado con el respeto a las leyes internacionales

Por La Razón

/ 11 de abril de 2024 / 06:33

Aunque se afirma que no es la primera vez que ocurre en la historia reciente, lo sucedido en Quito la noche del viernes al sábado, cuando la Policía irrumpió en la Embajada de México ante Ecuador, representa mucho más que un escándalo diplomático y ha puesto al país andino en un impasse del cual será muy difícil salir, mucho más debido a la hasta ahora arrogante posición de su gobierno.

El conflicto diplomático entre México y Ecuador, cuyo antecedente inmediato fue la declaración de persona no grata a la embajadora mexicana, que luego dio paso al secuestro y encarcelamiento del exvicepresidente Jorge Glas, que acababa de recibir el estatus de refugiado político (pese a haber sido condenado por delitos comunes años atrás), ha escalado hasta alcanzar los estrados de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), donde México ha presentado una demanda buscando justicia y el respeto a las normas internacionales.

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La decisión de México de acudir a la CIJ y la convocatoria a sesiones extraordinarias de la Organización de Estados Americanos (OEA) los días martes y miércoles reflejan la gravedad de la situación y la necesidad de un marco de acción que respete los principios fundamentales de la diplomacia y el derecho internacional. Estos foros ofrecen una oportunidad invaluable para abordar el conflicto de manera constructiva, poniendo en primer plano la necesidad de soluciones pacíficas y el diálogo basado en el respeto mutuo, razón por la cual la demanda ecuatoriana de revisar los tratados internacionales es poco prudente.

En estas circunstancias, la comunidad internacional, así como los organismos regionales y multilaterales, deben actuar como mediadores para facilitar una resolución que respete las normas internacionales y promueva la estabilidad regional. Según expertos en la materia, la mediación debe enfocarse en la reconciliación y buscar una solución que permita a ambas partes superar el impasse, manteniendo la integridad de los tratados internacionales como guía.

Este conflicto sirve para poner en relieve la importancia de adherirse a los principios del derecho internacional no solo como un fin en sí mismo, sino como un medio para asegurar la paz, la seguridad y el respeto entre las naciones. La resolución de este caso podría sentar un precedente importante para el manejo de futuras disputas diplomáticas y reafirmar el valor de las convenciones internacionales como pilares de las relaciones entre Estados.

El camino hacia la resolución de este conflicto debe estar pavimentado con el respeto a las leyes internacionales y el compromiso con el diálogo y la negociación. Es imperativo que México y Ecuador, con el apoyo de la comunidad internacional y organismos como la OEA, encuentren una salida basada en el entendimiento mutuo y el respeto a los tratados que han guiado las relaciones diplomáticas durante décadas. Este enfoque no solo resolverá el impasse actual de manera justa, sino que también fortalecerá el sistema internacional basado en reglas, crucial para la coexistencia pacífica entre naciones.

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Cuidar al TSE

Por La Razón

/ 7 de abril de 2024 / 04:10

La designación, por parte del presidente Arce, de un nuevo vocal del TSE, reactivó el debate político sobre la institucionalidad electoral, la narrativa anticipada de “fraude” y el papel de las autoridades. Es un capítulo más de la disputa interna en el MAS-IPSP y en la oposición. Es fundamental asegurar la integridad y fortaleza del TSE de cara al próximo ciclo electoral.

 La Constitución establece que el TSE está compuesto por siete vocales: seis elegidos por la ALP y uno designado por el presidente del Estado. En abril de 2021, el presidente Arce designó a la vocal Dina Chuquimia tras la renuncia de Salvador Romero, quien había sido designado por la presidenta de facto Áñez. El pasado jueves, de manera intempestiva, Arce nombró a Gustavo Ávila como nuevo vocal del TSE en reemplazo de Chuquimia. El hecho generó recelo político y una polémica inconducente.

La atribución presidencial para designar a un nuevo vocal electoral está clara, salvo que no puede destituir a un vocal en ejercicio como si fuese, por ejemplo, un ministro de su gabinete. En este caso, la designación de Ávila debió estar precedida por la renuncia de la hoy exvocal Chuquimia o el cumplimiento de su mandato (seis años). No ocurrió así. Y no es la primera vez. En junio de 2021, el presidente Arce destituyó por decreto y sustituyó a seis vocales departamentales designados por Áñez.

Más allá de la legalidad en cuestión, el problema es que se daña la autonomía de la institucionalidad electoral. Y eso es crítico como señal, peor todavía cuando nos acercamos a unas elecciones generales complejas y muy marcadas por la división en el partido oficialista y la fragmentación opositora. Del otro lado, es deplorable la forma ligera e irresponsable, en este caso desde la facción evista y Comunidad Ciudadana, en que se lanzan sospechas de “fraude” y se descalifica por anticipado a las personas.

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Sin esperar un día de su mandato como autoridad, se etiquetó al vocal Ávila como “operador” (de la “proscripción” del MAS, del “fraude”, de la inhabilitación de Evo). Se descalifica así a un profesional de amplia experiencia y trayectoria en materia electoral, que desempeñó varios cargos en el Tribunal Electoral de Tarija hasta ocupar su presidencia, y que hoy puede ser un valioso integrante del TSE y reforzar su Sala Plena. Esas denigraciones precoces también dañan, y mucho, al organismo electoral.

En un contexto marcado por la polarización, una elevada desconfianza en las instituciones e incertidumbre sobre el próximo ciclo electoral, empezando por las elecciones primarias, es fundamental que todos los actores relevantes, en especial los políticos, asuman con altura la necesidad de cuidar y fortalecer al TSE. La integridad y autonomía del árbitro, así como el respeto a la voluntad ciudadana expresada en las urnas, son imprescindibles para garantizar la integridad de las elecciones y preservar la democracia.  

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Liderazgos autoritarios

Es poco probable que la clase política vaya a recuperar su vocación por el debate y la competencia democrática

Por La Razón

/ 4 de abril de 2024 / 06:13

El tema no es nuevo ni se limita a Bolivia: los valores democráticos se depauperan con cada día que pasa y en la mayoría de los casos son los propios líderes políticos quienes propician este estado de cosas. Solo esta semana hubo dos ejemplos: un expresidente propuso cumplir la ley que él mismo promulgó y otro, también expresidente, pidió a sus diputados renunciar a su cargo.

En el primer caso, se trata de la aparentemente insalvable ruptura del Movimiento Al Socialismo (MAS), partido que ahora afronta un ultimátum del Tribunal Supremo Electoral (TSE) para renovar su directiva en un congreso orgánico, que todavía no se sabe si podrá realizarse, pues hay dos convocatorias con fechas y sedes diferentes. Difícil saber cómo responderá el Órgano Electoral a la disyuntiva, que podría profundizar no solo la ruptura del partido gobernante, sino aumentar la polarización en la sociedad.

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En el afán de salvar la situación, el jefe del partido, el expresidente Evo Morales, retó al actual Presidente del Estado a competir por la candidatura en una elección primaria. Es un cambio en lo decidido en el frustrado congreso de Lauca Ñ, el año pasado, donde se dijo que el exmandatario es “el único” candidato del partido, desconociendo la Ley 1096, de partidos políticos, y su reglamento específico sobre elecciones primarias; pero también una muestra de una vocación de uso instrumental de la norma.

Si tal actitud no es suficiente muestra, las oficiosas declaraciones de los áulicos del expresidente, prometiendo baños de sangre u ofrendar sus vidas, por la “libertad”, la “democracia”, y “por supuesto, por nuestro líder”, como dijo un senador hábil para el victimismo y la desinformación, muestra el poco aprecio por el juego limpio.

En el segundo caso, se vio al también expresidente Carlos Mesa pidiendo a sus legisladores electos renunciar a su silla en la Asamblea Legislativa si no se avienen a seguir sus instrucciones. No hace falta ser un gran intelectual para saber que la democracia implica gestionar el disenso, tarea propia de un buen líder. Un mensaje que instruye obedecer ciegamente al jefe o largarse, habla mal del liderazgo.

Además, como ya se ha dicho, no son solo jefes políticos quienes muestran poco aprecio por los valores democráticos. Al anuncio hecho por el exalcalde Juan del Granado de “rearticular” al Movimiento Sin Miedo, la respuesta de una de las vocales del TSE no fue celebrar la diversidad de partidos o el retorno de una organización política que en algún momento gozó de gran relevancia, sino recordarle a la exautoridad que carece de personería jurídica, como si no fuese posible hacer el debido trámite para recuperarla.

Es poco probable que la clase política vaya a recuperar su vocación por el debate y la competencia democrática. Toca a la sociedad reflexionar profundamente sobre su futuro inmediato y decidir si quiere exaltados discursos ideológicos que enmascaran comportamientos autoritarios, o si prefiere líderes comprometidos con el bien común. Tarea nada fácil, por cierto.

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