El consumo de grasas incrementa la depresión
Una investigación estudió a 12.059 personas por seis años
El consumo de grasas saturadas y trans, presentes sobre todo en los productos industrializados y la comida rápida, incrementa el riesgo de sufrir depresión, según una nota difundida en la web del periódico El Mundo, de España. «En comparación con las personas que no las ingieren, sus probabilidades se incrementan en un 42%», revela un estudio publicado en la revista científica «PloS One».
«Nuestro objetivo era analizar el rol de las distintas grasas en el desarrollo de la depresión. Apenas hay literatura científica al respecto», dijo a ElMundo.es Miguel Ángel Martínez-González, director de la investigación, realizada por las universidades de Navarra y Las Palmas de Gran Canaria.
Después de examinar la dieta diaria y el estilo de vida de 12.059 personas durante una media de seis años, y teniendo en cuenta la posible influencia de otros factores, «observamos que un 30% las depresiones serían atribuibles a un alto consumo de grasa perjudicial», concluyen los científicos españoles.
Al contrario que las trans, añade, «descubrimos que el aceite de oliva y las grasas poliinsaturadas (abundantes en el pescado) protegen contra las enfermedades mentales y están asociadas con un menor riesgo de depresión».
Causas. Los resultados podrían explicar por qué hay mayor incidencia de depresión en el norte que en el sur de Europa. Según Martínez-González, también catedrático en la Universidad de Navarra, «en países como España y Grecia, consumimos más legumbres y, lo que es más decisivo, usamos mucho el aceite de oliva. En Holanda, Noruega, Dinamarca, etc., se consumen más lácteos (grasas saturadas), mucho pan untado con margarina (con trans) y bollería industrial».
En los últimos años se incrementó este problema de salud mental y, de forma paralela, parece que también se empezó a sustituir verduras y pescado por comida rápida. «Nuestro patrón de dieta es cada vez más americano».