Los carteristas operan impunes en El Prado
Delito. No hay presencia policial en las dos cuadras donde delinquen
El paseo de El Prado, entre las calles Loayza y Campero, se ha convertido en un sector de riesgo, pues transeúntes y vendedores diariamente son víctimas de descuidistas y carteristas que operan al mediodía y en las noches. La Policía no se pronunció al respecto.
«Es cosa de todos los días. (Los ladrones) son jovencitos que caminan siempre por aquí y aprovechan cuando las señoras están con sus carteras atrás, las cortan y de ahí sacan lo que pueden», cuenta Felisa Chambi, una vendedora de golosinas cuyo puesto está cerca del cine Monje Campero.
El Prado o avenida 16 de Julio se llena de oficinistas y estudiantes que después del trabajo o de clases caminan por esas dos cuadras. Es allí donde los descuidistas hurtan celulares, billeteras y otros objetos.
impunes. Según los testimonios de los vendedores, los delincuentes ya son conocidos, pero no los denuncian por miedo. «Una vez llamamos a Radio Patrullas 110 para que vengan a vigilar este lugar, pero jamás vinieron. Parece que no nos creen que hay delincuencia», señala Pablo Cortés, un vendedor de artículos de escritorio en un quiosco.
La Razón quiso conversar con el comandante departamental de la Policía de La Paz, coronel Freddy Tórrez, sin embargo, a través de la encargada de Relaciones Públicas, dijo que tenía prevista una reunión con otros oficiales y que después tendría un acto fuera de su despacho.
Del Comando Departamental de la Policía de La Paz dependen las unidades operativas como Radio Patrullas 110 y la Patrulla de Auxilio Ciudadano (PAC), las cuales realizan operativos de prevención con el fin de evitar hechos delictivos.
Según los testimonios, al menos siete hurtos se registran cada semana. «Con sus ojos nomás nos amenazan, por eso nos quedamos callados. No podemos avisar a las personas que les están robando porque después a nosotros nos amenazan», señala Franklin Céspedes, otro comerciante de golosinas que trabaja afuera de las oficinas de Electropaz, sobre El Prado, casi esquina Loayza.
Hace un mes, una pareja de delincuentes le hurtó el celular a una joven de 22 años que caminaba con la mochila colgada en la espalda. Segundos después pudo recuperarlo gracias a otro transeúnte.
«Mi celular estaba en el bolsillo pequeño de mi mochila. Sólo sentí un empujón suave detrás de mí, pero caminé unos cuantos pasos más hasta darme cuenta que mi móvil ya no estaba», contó la afectada. La muchacha se asustó y comenzó a buscar a su alrededor. Unos 10 metros más allá, vio que un hombre de 45 años discutía con una mujer a la que decía que le devuelva el celular.
«Ella tenía el rostro cortado y negaba tener mi teléfono hasta que detrás de mí apareció un hombre que me lanzó el celular y los dos escaparon por abajo. No había policías, si no hubiera sido por ese señor no lo hubiera recuperado», señala.
El director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), coronel Rosalío Álvarez, señaló a este medio que las víctimas, por lo general, no denuncian los hurtos o robos de celulares o billeteras. «No hay registros porque las personas no hacen la denuncia formal. El hecho se queda como un delito de bagatela y los antisociales siguen operando en las calles sin temor», manifestó el jefe policial.
No obstante, no sólo los transeúntes son víctimas de delitos. Lo son también los comerciantes. Gloria Quino vende revistas, libros, bolígrafos y otros artículos cerca de las oficinas de Toyota. Hace dos meses fue víctima de un robo, dos jóvenes le sustrajeron de su quiosco dos estuches de bolígrafos y dos cajas de DVD vacías.
«Uno de ellos me preguntaba los precios de mis cosas, una y otra vez y no compraba nada. Mientras tanto el otro había sacado los estuches y las cajas y se escaparon. Yo no pude hacer nada, ni gritar siquiera porque desaparecieron», cuenta la víctima.
En la otra cuadra, entre las calles Bueno y Campero los hechos delictivos disminuyen. Sólo se observa a los descuidistas que hurtan mochilas y después se escapan.
«Los jóvenes son quienes revisan mochilas y carteras. Se ven a los chicos con sus polerones y pantalones anchos y gorras que merodean siempre esta calle», dice Ximena (no quiso dar su apellido), empleada de una heladería. Las personas aseguran que no se ven efectivos por el lugar, excepto a los de Tránsito.
Hechos similares el 2010
El 2 de julio del 2010, la fuerza anticrimen detuvo a 13 delincuentes que se dedicaban a robar celulares y carteras en El Prado y en los comercios cercanos. Un video que proporcionó el dueño de un restaurante (cuyo nombre se mantiene en reserva) facilitó a la Policía la aprehensión de los ladrones. Los sospechosos no tenían antecedentes penales y los delitos de los que se les acusaba eran de bagatela por lo que salieron en libertad.
Una mujer se lesiona el pie por seguir a delincuentes
Una mujer de 35 a 40 años de edad se lesionó el pie derecho luego de caer al suelo por correr detrás de un ladrón, quien segundos antes le arrebató su cartera en El Prado, al salir de un punto de internet entre las calles Loayza y Campero.
Felisa Chambi, una vendedora de golosinas, presenció el hecho que ocurrió hace aproximadamente un mes y medio. «La señora tenía una cartera grande y de color rojo. Estaba colgada en su brazo derecho y hacia atrás. De pronto un chico apareció de atrás y le quitó de un sacudón», contó a La Razón la comerciante.
La víctima se desestabilizó por el jalón, pero después corrió detrás del ladrón, se tropezó y cayó al piso. «Ya no se pudo parar porque le dolía su pie. Un señor se acercó y dijo que estaba fracturado. No había ni un policía», dijo la vendedora. La afectada no quiso denunciar el hecho. Fue trasladada a un nosocomio cercano.