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Declaran alerta naranja en La Paz

Después de una reunión con técnicos del Centro de Operaciones de Emergencias (COE) de la Gobernación de La Paz, el titular del departamento declaró la alerta naranja y emergencia sanitaria para auxiliar a la población afectada y evitar un brote de enfermedades.

El gobernador paceño, César Cocarico, informó que la resolución del COE, que tiene seis artículos, permitirá apoyar a los damnificados por los desbordes de ríos y prevenir un rebrote del dengue y otras enfermedades en los municipios endémicos.

La autoridad especificó que se analizó los reportes que el COE realizó en las 20 provincias y se estableció que son 17 municipios afectados por efecto de las intensas lluvias, donde las autoridades, en algunos casos, ya declararon la alerta amarilla o naranja.

«En las provincias que se declaró la alerta amarilla o naranja, la Gobernación desplegará toda la ayuda necesaria para contrarrestar los efectos climáticos», manifestó. A partir de mediados de enero, las ciudades y poblaciones rurales empezaron a sentir los efectos de la lluvia.

Primero fueron las urbes de La Paz y El Alto, luego las comunidades de río Abajo, el norte paceño y el viernes la población de Quime sufrió el desborde del río con la destrucción de áreas de cultivo y casas aledañas al cauce.

El responsable de la Unidad de Riesgos de la Gobernación, Willy Rioja, explicó que para enfrentar las contingencias del desastre, la entidad cuenta con un presupuesto de dos millones de bolivianos, pero que previamente al uso del dinero del municipio, interviene la Gobernación y si el monto es sobrepasado se acude al Gobierno central para que otorgue más apoyo económico.

Lluvia. «Según pronósticos, la lluvia aumentará de intensidad y se realizará una segunda evaluación del COE. Estimamos que se podría declarar al departamento zona de desastre, entonces pediremos el apoyo del Gobierno», dijo. La ministra de Salud, Nila Heredia, informó que paralelamente a la alerta naranja, la Gobernación también declaró la emergencia sanitaria con el objetivo de prever que en el norte paceño se presenten casos de dengue y otras enfermedades que brotan después de inundaciones.

Heredia indicó que 60 técnicos y especialistas del Servicio Departamental de Salud (Sedes) La Paz, dirigidos por el director de Epidemiología, René Barrientos, ingresarán a Caranavi, Palos Blancos, Guanay, entre otros municipios.

Además, contarán con el apoyo de 200 efectivos militares acantonados en la región. «Está ingresando un grupo para realizar el trabajo de campaña en el lugar. Si bien no hay un problema de epidemia, pero el número de casos nos llama a que tengamos que realizar actividades de manera inmediata y evitar que se registren más casos de enfermos», aseveró.

A fines de diciembre del 2010, se reportó la muerte de dos personas en la población de Caranavi por el dengue. A las dos semanas ingresó un contingente de especialistas para mitigar la infestación del mosquito transmisor del mal, el aedes aegypti.

Los brigadistas ingresaron ayer a las zonas endémicas y según René Barrientos, responsable de Epidemiología del Sedes, lo que se prevé es realizar un nuevo estudio entomológico y volver a retomar la campaña de información en las poblaciones afectadas.

Provincias y comunas  Afectadas

Murillo (La Paz, El Alto y Mecapaca); Iturralde (San Buenaventura e Ixiamas);  Larecaja (Teoponte); Tamayo (Apolo); Saavedra (Charazani); Muñecas (Chuma); Loayza (Yaco); Inquisivi (Ichoca y Quime); Villarroel (San Pedro, Curahuara, Chacarilla y Papel Pampa); Pacajes (Calacoto).

Autoridades llevan ayuda a afectados de Quime

El gobernador del departamento de La Paz, César Cocarico; y el viceministro de Defensa Civil, Hernán Tuco, inspeccionaron ayer la población de Quime, que sufrió el desborde del río del mismo nombre.

Ambas autoridades entregaron ropa, alimentos, carpas y enseres. «Vemos con mucha preocupación que el agua ha afectado las casas de muchos hermanos», dijo Cocarico, quien confirmó que es necesaria la construcción de gaviones en el sector.

«No se pueden hacer trabajos de gran envergadura, por ahora, sólo se harán algunas tareas de prevención, de tal manera que todos los vecinos estén seguros», aseguró Cocarico.  La Gobernación confirmó que 139 personas de 49 familias resultaron damnificadas. Siete de éstas perdieron en su totalidad sus viviendas, nueve la mitad y 33 perdieron una parte de sus casas.

En tanto, las víctimas del desborde están desesperadas. La casa que Patricia Mamani construyó con 35.000 dólares, junto a su esposo, fue arrastrada y destruida. «Mi casa era de tres pisos, yo vivía en el tercero, los dos primeros pisos eran para alquilar (a otras familias) y ahorrar dinero, pero todo fue destruido», se lamentó.

Adela Pérez es otra de las afectadas, ya no podrá continuar con su negocio de panadería, porque el horno que instaló como negocio hace más de 10 años se encuentra inundado de lodo y mazamorra.  Don Antonio Calderón (de la tercera edad) ya no tiene dónde vivir, se subió a un árbol para salvar su vida.