Virgilio Prieto, responsable del Programa de Lucha contra el Dengue, confirmó que las tareas se iniciaron este jueves, y que la previsión es concluirlas el miércoles.
Explicó que, con ese fin, se ha dispuesto el trabajo de unos 20 equipos con los que se cubrirán los 12 distritos urbanos y tres periurbanos. «Con cada máquina se tiene previsto fumigar 80 manzanos», precisó la autoridad.
El número de casos confirmados y sospechosos en Santa Cruz se incrementó en los últimos días; hasta el jueves se reportó de dos decesos con síntomas del mal (aún por confirmar) y los enfermos que dieron positivo sumaban 199, según datos del Servicio Departamental de Salud (Sedes). El director de esta repartición, Joaquín Monasterios, no descartó que las lluvias compliquen la situación con el incremento de criaderos.
Explicó que —tras la campaña de prevención que realizaron para que la población evite amontonar en sus viviendas potenciales depósitos de agua que sirven de criaderos para las larvas del aedes aegypti, mosquito transmisor de la enfermedad— la siguiente etapa es la de fumigación.
En ese marco, la fundación Plagbol (Plaguicidas Bolivia) recomienda a las personas no exponerse a los químicos que dispersa el personal a cargo de la fumigación por el riesgo que representan para la salud, aunque el Sedes lo niega.
Rafael Cervantes, coordinador para el área de Salud de Plagbol, dijo que «estos insecticidas, si bien se dice que son menos tóxicos porque son piretroides, igual son nocivos y pueden producir reacciones adversas; ardor, escozor en la piel, irritación en los ojos y en algunos casos hasta infecciones». Agregó que, «el uso y manejo de estas sustancias debe ser cuidadoso y la población debe evitar exponerse, especialmente los niños».
El profesional explicó que los niños y niñas son el grupo más vulnerable a padecer enfermedades a causa de su exposición a sustancias contaminantes.
«Ya está recontracomprobado que cuando los niños se exponen a sustancias químicas tóxicas a temprana edad, puede que no desarrollen enfermedades en ese momento, pero tienen más posibilidades de que cuando sean adultos padezcan cáncer, diabetes o presión alta, que son enfermedades crónicas», aseguró.
Sin embargo, el responsable del programa de lucha contra el dengue de Santa Cruz dijo que para precautelar la salud de la población se coordinan acciones con los representantes de los distritos y la población tiene conocimiento de que los carros fumigadores estarán en sus barrios.
No obstante, Prieto dice que los preparados que se utilizan para la fumigación «no son tóxicos», porque los piretroides son sustancias extraídas de la margarita. Aunque admitió que considerando que los virus se hacen cada vez más resistentes a los productos, se debe reforzar con elementos químicos.
Además, dijo que «las cantidades que se utilizan no son como para que hagan daño a la salud». Fotografías que pertenecen a este medio muestran que los vecinos se exponen a los insecticidas durante las labores de fumigación
En todo caso, Prieto es enfático al sostener que para evitar que el dengue se convierta en una epidemia, es importante llegar a la etapa de fumigación, más aún cuando la temporada de lluvias provoca la acumulación de agua, que es donde se multiplica el insecto transmisor.
En enero, en Trinidad (Beni) se desarrolló una jornada de limpieza en la que de un solo sector de la ciudad se recogieron 700 toneladas de basura y luego el Sedes procedió a la fumigación.