Sociedad

Tuesday 30 Apr 2024 | Actualizado a 19:45 PM

Historias locas de personajes increíbles

Abandono. Son desamparados por sus familias y por el Estado

Por La Razón

/ 20 de febrero de 2011 / 05:00

«El Choco» reparte flores a las mujeres que pasan por la calle 21 de Calacoto. «La Princesa» vive entre el cielo, la realeza y la tierra. «La Gordita» busca comida en los basureros. «Óscar» dirige el tráfico y el «Vincentti» habla tres idiomas por un cigarrillo.

Son personajes que caminan por las calles sin rumbo, porque padecen trastornos que los han separado de la realidad. Sin embargo, se dan modos para sobrevivir, tienen sus espacios en la ciudad e historias que contar.

Son conocidos pero a la vez rechazados, estigmatizados y hasta expulsados, primero por sus familiares, después por la sociedad y finalmente están desamparados por el Estado, que no tiene una política de salud mental.

 Los miramos pero escapamos de ellos. «Porque te pueden pegar, no sabes cómo reaccionarán, de lejos se le puede arrojar comida, pero mejor si no te acercas», advierte Saúl, un canillita de la avenida Mariscal Santa Cruz.

Algunos de los marginados arrastran consigo bolsas de plástico, comida que sacan de los basureros, frazadas desechas o simplemente recuerdos con los que salieron de casa. Pero cada uno de estos personajes deja su huella en el lugar donde viven o transcurren, porque en esos barrios y calles son conocidos.

Personajes como la Tía Núñez (la pianista que enloqueció por amor), el Maradona (quien realizaba  piruetas futbolísticas en el atrio de la UMSA), la Gripe y el Catarro (una pareja que se inmortalizó en el pasillo del Museo Costumbrista), la Oradora (que era el terror de los parlamentarios porque daba sus discursos en la plaza Murillo), el David (que pasaba con sus periódicos en San Pedro) y el Comandante Mamani, (el sindicalista y experto orador de la Plaza de los Héroes). Fueron y son parte de la cotidianidad paceña.

Fernando Garitano, jefe médico del centro de Rehabilitación y Salud Mental San Juan de Dios, confirma que la mayoría de las personas que están abandonadas en las calles tiene enfermedades mentales ligadas a trastornos psicóticos crónicos, que es un estado en el que los enfermos están fuera de la realidad. El origen del daño cerebral puede ser congénito o infeccioso, muchas veces se debe a la mala nutrición y problemas del desarrollo durante el embarazo.

Otra causa es el consumo de alcohol e inhalantes como la clefa a la que se llega por factores sociales, vinculados a la pobreza, la violencia intrafamiliar y el abandono, explica el especialista.

Al respecto, la OMS es tajante. «La subalimentación y la mala nutrición contribuyen mucho más que todas las otras causas juntas, y en un mayor porcentaje de casos, al retraso intelectual de los niños y a una función deficitaria en los adultos».

‘La Princesa’ Vive en tres mundos y dice tener orígenes franceses.

Divaga entre tres realidades y mundos, la tierra, el cielo y la realeza. La llaman Princesa y se comporta como tal. Vive en el centro de Rehabilitación y Salud Mental San Juan de Dios, donde está internada hace ocho meses.

 Se ganó el sobrenombre porque es muy delicada, paciente y respetuosa, (aunque aseguran que la encontraron gritando y haciendo escándalo en la avenida Mariscal Santa Cruz, desde donde fue remitida hace ocho meses).

Dice tener 17 años aunque su rostro revela que pasa los 45. En el centro nadie conoce su verdadero nombre porque fue trasladada por policías y desde que la dejaron allí nunca nadie reclamó por ella ni vinieron a visitarla, revela el padre Juan Ruiz.

«Yo soy simplemente una princesa. Soy así como me ves, hermosa, pero aquí (cree estar en el cielo) soy una diosa y vivo con mis hermanos que son santos, cuando era chiquitita me divertía a lo grande con papá Dios», relata.

Hace todo un esfuerzo por pronunciar algunas palabras en francés. «Mis tíos son tipos franceses, pero yo no hablo porque eso es poco a poco ¿no?  Hablo un poco de inglish, linguisch y espanisch, ¿y tú hablas francés?», pregunta con una sonrisa.

Todos la llaman princesa pero ella dice también ser una diosa y en momentos asegura llamarse Estrella. «Mi padre es Dios, mi hermano es Jesús y mis hermanas son diosas. Yo quería tener papá en momentos difíciles, pero vinieron tres extranjeros y mi papá (que es) Dios, no es el único, tengo otros tres papás, pero no me acuerdo sus nombres».

Las manchas en sus mejillas y su frente cubren su rostro que refleja expresiones de dolor y tristeza. Y sus ojos revelan un profundo sufrimiento, pero se iluminan cuando habla de ella y su hijo.

Recorre todas las tardes el jardín del Centro de Salud Mental, se sienta en la banca principal y es atenta cuando alguien se acerca para conversar y preguntarle ¿Y tienes bebés?  «No, no, con quién voy a tener un bebé, tengo un hijo si del otro lado, (en la tierra) es Yelsin André Méndez Calle». ¿Y cuántos años tiene tu hijo?  «No sé, cuando yo lo dejé tenía 17 años. Ya no sé cuántos años tiene. Estoy aquí muchos años».

Mueve constantemente sus manos y sus pies, mira el ocaso y sonríe. Está dispuesta a recibir otra pregunta ¿Entonces te enamoraste? «Si me enamoré, pero ahora soy una persona solterita. Aquí me enamoré y en el otro lado (afuera) ya no recuerdo si he tenido un amor, pero eso con mucho cuidado,  qué va a decir la gente», advierte.

Una y otra vez habla de sus tres espacios. Piensa que vive en el cielo con Dios y que  los demás internos son sus hermanos, a quienes los llama «santos», pero a la ves dice ser una estrella y tiene aires de grandeza porque asegura ser descendiente de francés, pero no sabe en cuál de los espacios se encuentra en la actualidad.

Le gusta pintar y hacer trabajos manuales, pero ahora dice que estudia administración, sueña con hacer un diplomado y una maestría, asegura que al año se graduará, y que volverá a vivir con su padre y su hijo.

Al despedirse da la mano, un beso en la mejilla y regala una sonrisa, se queda en la banca pensando y mirando los muros del centro, donde comparte su vida con otros 160 pacientes que al igual que ella viven en su mundo.

‘La Gordita’ Vive en la calle y busca comida en los basureros

 n Mide como un metro diez centímetros, tiene el rostro triste, sólo le queda un diente. Su aliento es fuerte, entre putrefacto y rancio. No habla pero hace todo el esfuerzo para pronunciar algunos vocablos en aymara y quechua, cuando siente que puede confiar en alguien para entablar una conversación.

Las canas que corren por su pelo, completamente despeinado, revelan que pasa los 60 años, sus calzados (ambos impares) están rotos y no tiene calcetines. Viste una falda azul rota y sucia, y lleva puesta una camisa de lana de la cual no se distingue ya el color. Encima lleva otra cantidad de chompas y carga dos bultos en los que tienen varias bolsas con comida.

Todos los días busca algo que comer en las bolsas y los basureros de la plaza de San Pedro, donde las dulceras la conocen como «la loquita». «No hay que molestarla sino te insulta y te grita» asegura doña Míriam la dulcera.

 ¿Qué buscas en estas bolsas? «Hahaha (balbucea) todo, todo esta comiditay». ¿Cuántos años tienes? «Comiditay, largos años, largos, largos, dos, dos no más tengo», responde en aymara .

La conocen como María, algunos alcohólicos la llaman Juana, otros Gordita, pero ella dice no saber cómo se llama, ¿Cómo te llamas?, «hahaha hi, no tengo nombre», responde.

En su conversación hace referencia a una hija ¿Tienes hijitos? «Sihi si»(muestra el cielo). La llama «Imillitay», «Aquí me pegan, aquisito, aquisito esta, comiditay». Uno de los alcohólicos que también está en la plaza de San Pedro, dice que todos la conocen como Juanita, relata que tiene dos hijos, «Aquí vive y aquí morirá, ella vive su vida».

Después de 40 minutos de intentar entablar una conversación, mira con quién habla y se va. Se acerca a los basureros y vuelve a su actividad cotidiana, buscar comida.

 ‘El Choco’ Regala flores a las mujeres y cuida autos por unas monedas

Siempre tiene entre sus manos un ramo de flores que regala a las mujeres que están en sus vehículos o pasan por la calle 21 de Calacoto. Como retribución recibe una moneda. Todos lo conocen como «el Choco», pero otros lo llaman también «el Choco loco», como la gente que lo conoce hace 30 años en la iglesia de San Miguel.

    Todos los días viene en el bus 155 hasta la calle 18 de la avenida Ballivián, donde inicia la recolección de flores de las jardineras. Allí es víctima de golpes, insultos y hasta mojado por los funcionarios municipales que cuidan los espacios verdes, según Juana, la señora que vende periódicos en la calle 21 de Calacoto.

Es de tez clara, pero quemada, ojos verdes, pelo rubio y tiene la nariz rota. Aparenta tener 30 años, siempre está limpio y con una gorra verde. Algunas, cicatrices y ampollas se ven en sus brazos y manos.

El Choco no entabla una conversación con facilidad y confianza ¿No te hace frío? «No, no».  ¿Dónde vives? se le pregunta. «No no, en Pampahasi, allí allí (mueve su cabeza señalando la plaza de la iglesia de San Miguel)».

Habla de su madre Herminia y Lourdes, su hermana que habría muerto hace pocos días. ¿Tienes hermanos? «Ayer murió mi hermana Lourdes, un ataque al corazón, no le han curado, está muerta», dice.

Al hablar rehúye el contacto visual y busca con la mirada un espacio donde fijar sus ojos. Mueve su cabeza  constantemente y revela que le gusta San Miguel. ¿Cuántos años estás aquí? «Ahh dos». ¿Cuando eras niño vivías con tus papás? «Aquí desde chiquito».

‘El Vincentti’ Está internado hace 39 años. Es personaje en Sucre

 Su personalidad y su carisma marcaron historia en las calles de Sucre. Luis Eduardo Vincentti Villegas, abogado de profesión y tataranieto del autor de la música del himno nacional, Leopoldo Benedetto Vincentti, es un personaje tanto dentro, como fuera del psiquiátrico «Gregorio Pacheco». Está internado desde 1972, hace 39 años.

Fue un hombre culto, hablaba tres idiomas (inglés, alemán y francés), logró alcanzar el título de abogado en la ciudad de La Paz. Cuando se refiere a su familia, su rostro cambia. «Se olvidaron de mí», responde rápidamente y pasa a otro tema. Luego, pregunta: «¿Me puedes regalar un pesito?» ¿Para qué? «Para mis cigarritos».

Dice que su papá, Isaac Vincentti Barrientos, soldado de la Guerra del Chaco, le comentó que su tatarabuelo hizo la música del himno nacional. «Mi tatarabuelo era romano, de Italia vino el siglo pasado y se casó en La Paz». También comenta con orgullo: «Soy paceño, boliviano y nunca me olvido» y en ese momento comienza a cantar la primera estrofa del himno nacional.

Hasta hace unos cuatro años, Vincentti era un patrimonio del mercado central. Sobre la calle Junín vendía productos que él mismo fabricaba o simplemente comercializaba mercancías que las propias vendedoras de ese centro de abasto le proporcionaban para que se gane unos pesos. La edad y su estado de salud le obligaron a dejar la actividad que lo mantenía en contacto con la realidad. Este personaje sucrense termina la conversación diciendo: «¿Un cigarrito?», saca uno del bolsillo y se va.

‘Óscar, el barita’ corre y hace ejercicios antes de dirigir el tráfico

En lluvia o en sol, está siempre predispuesto a dirigir el tráfico y orientar a los choferes, pero antes de iniciar su tarea cotidiana, corre, trota y hace ejercicios en la calle Murillo y la Plaza Eguino, donde se lo encuentra todos los días.

Viste un buzo deportivo, que por el gasto revela algunos agujeros y una chompa que también esta delgada de tanto ser usada.

Es delgado y de tez morena tiene el pelo muy corto. Aunque su nombre es Óscar, las dulceras, los choferes y los agentes de parada lo conocen como el «barita de la Murillo» o «el loquito».

Las personas que pasan por esta vía lo miran y se pasan de largo, pero Don José se para y al preguntarle por qué lo mira así responde, «está loquito, mira como corre y vuelve en retro además está lloviendo y a él creo que no le hace frío. Debe estar loquito». Otra mujer presume que es deficiente mental, porque hace de agente de parada. «Creo que le gusta ser barita, porque dirige el tráfico. Mire, corre detrás de los minibuses y  los choferes no le hacen caso», comenta.

Cuando uno se acerca a él para poder hablarle, él responde ¿Hola cómo te llamas? «Óscar» responde. ¿Cuántos años estás aquí? «Ocho años», dice con una mueca  mientras intenta seguir dirigiendo el tráfico.

¿Dónde vives? «En Munaypata con mi mamá, pero ahora estoy ocupado ven otro día» dice y continúa su labor. Una de las dulceras revela que tiene un hermano que es alcohólico y un sobrino que sólo lo recuerda cuando necesita dinero.

Doña María, la dulcera del lugar, cuenta que en una oportunidad Óscar rompió un vaso, después de tomar un jugo de naranja y le quiso pagar un boliviano. «Es agresivo, me lo ha roto un vaso, le he cobrado y se ha enojado. Desde entonces yo le tengo miedo. Además no esta loco se hace pasar por loquito porque gana dinero»

 

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¿EJ en septiembre?

Por La Razón

/ 28 de abril de 2024 / 00:18

Renovadas acciones de amparo y medidas cautelares están paralizando nuevamente y dejan en incertidumbre las Elecciones Judiciales (EJ). Según lo establecido en la ley transitoria, este 5 de mayo debe concluir la fase de preselección de postulantes en la Asamblea Legislativa Plurinacional. Y el TSE anunció que la votación popular sería en septiembre. Hay duda sobre tales plazos.

Desde hace un año, el proceso electoral para renovar el Órgano Judicial y el Tribunal Constitucional está a la deriva. Según el mandato constitucional, las elecciones debieron realizarse en 2023. Pero políticos y operadores del sistema, en especial del TCP, se encargaron de frenar, congelar y a la postre postergar la elección. Como no se eligieron nuevas autoridades, los actuales magistrados (cuyo mandato ya se cumplió) decidieron autoprorrogarse. Fue como un guion escrito desde el principio para boicotear el proceso.

Como efecto de un bloqueo de caminos realizado en enero, finalmente la bancada oficialista en la Cámara de Diputados viabilizó las truncadas elecciones. Se aprobó entonces una ley de consenso que trazó la ruta, sus fases y los plazos tanto para la preselección a cargo de la ALP como para la votación bajo responsabilidad del TSE. Así, se publicó la convocatoria, se recibieron más de 700 postulaciones, se verificaron requisitos y se resolvieron las inhabilitaciones. Hasta ahí todo conforme a lo previsto.

En medio de la evaluación de méritos, incluida una prueba de conocimientos, varios postulantes inhabilitados por incumplir requisitos activaron demandas en la justicia para la reconsideración de sus casos. Todas esas acciones prosperaron dejando en suspenso el proceso de preselección de postulantes. Y el plazo corre. Luego de calificar los méritos, la Comisión Mixta de la Asamblea debe aprobar su informe, que será la base para la elección, por dos tercios, en sesión plenaria. Queda solo una semana.

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Es evidente que algunos actores políticos y operadores judiciales están empeñados en frenar sin fecha, nuevamente, las elecciones judiciales. Sería desastroso para la institucionalidad en el país en un contexto de alta desconfianza y de crisis. Por ello es sensato que la Comisión Mixta retome el proceso desde mañana. Tampoco sería una buena señal que se amplíen los plazos, ya que ello implica postergar la votación popular (quizás hasta octubre, lo que se superpone con las elecciones primarias).

Todos sabemos que las elecciones judiciales no solucionan la crisis del sistema de administración de justicia, pero al menos implican cumplir la Constitución y evitar que los autoprorrogados continúen degradando aún más el Estado de Derecho con sus decisiones a la carta. Por ello es fundamental que la ALP culmine pronto su trabajo de preselección con voluntad política y madurez democrática. Luego será el turno de la ciudadanía en las urnas. Y seguirá en agenda la cada vez más urgente reforma estructural del sistema.

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Un asunto oscuro

Según la presidenta ejecutiva de YLB, la acusación fue fruto de una investigación técnica realizada a lo largo de dos años

Por La Razón

/ 25 de abril de 2024 / 06:59

La todavía incipiente industria del litio en Bolivia no puede salir de las sombras. Al violento arresto del exministro de Minería y exresponsable de la planta en la región de Lípez en Potosí, Luis Alberto Echazú, se ha sumado, ayer, la muerte del exgerente ejecutivo de Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB). El tema se ha politizado y, ahora, judicializado, pero del negocio no hay más que promesas.

Los contornos del caso, la actuación presuntamente arbitraria e irregular de la Fiscalía el lunes, según denuncia del abogado de Echazú, así como las declaraciones de jerarcas y portavoces del ala evista del MAS, hacen pensar en intereses políticos ligados a la sorda pelea por el poder en el partido gobernante antes que en aquellos ligados al efectivo despegue de la industria del litio en el país. El intercambio de acusaciones, con y sin fundamento, en nada ayuda a reactivar el proyecto.

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El tono y el contenido de una “carta abierta” firmada por el exgerente de YLB, Juan Carlos Montenegro, otro de los imputados, antes de morir (incluyendo una última línea en la que pide perdón a sus seres queridos por el “dolor” que les causará “esta mi decisión”), hace pensar en que detrás de la acusación hecha el jueves de la semana pasada por la actual gerente del proyecto y el procurador del Estado, además de la sorprendentemente rápida actuación del Ministerio Público, hay mucho más que la búsqueda de justicia o de castigo a la corrupción.

Según la presidenta ejecutiva de YLB, la acusación fue fruto de una investigación técnica realizada a lo largo de dos años, asunto del cual ni ella ni su antecesor habían dicho nada anteriormente. Al ser conducido a celdas policiales, el exministro, ahora en detención domiciliaria, afirmó que “el Gobierno quiere ocultar tres años y medio” de parálisis en el que debería ser el proyecto más importante del Estado Plurinacional en los últimos años.

Coincidiendo con la denuncia de YLB contra exfuncionarios de la institución, el mismo día, el Presidente del Estado acusó a “potencias mundiales” y un “país vecino” de pretender controlar los recursos naturales del país, especialmente el litio, bloqueando las exportaciones y excluyendo a Bolivia en procesos estratégicos de comunicación. A la luz de lo sucedido en los últimos años, es evidente que el principal obstáculo está en el Estado y no fuera de las fronteras.

Mientras Chile se abre a las inversiones de riesgo compartido y se propone recuperar el sitial de primer exportador de litio en el mundo en los próximos dos años, y el presidente de Argentina busca entregar las reservas de su país a las transnacionales del sector, Bolivia todavía no ha mostrado cuál es su estrategia de industrialización y comercialización del preciado mineral, al extremo que ni siquiera ha transparentado los acuerdos (no contratos) que tiene con empresas chinas y rusas. Así, es imposible tener optimismo en el futuro del litio.

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Ley ‘antihombres’

Los datos son innegables y terribles: la violencia contra las mujeres, lejos de disminuir, persiste e incluso aumenta.

Por La Razón

/ 21 de abril de 2024 / 00:27

La penosa declaración del presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, en sentido de que la Ley 348 es una ley “antihombres” (sic), puso en agenda la cuestión irresuelta de la violencia contra las mujeres. Rodríguez recibió fuertes críticas, pero también adhesiones. Lo preocupante es que fomenta a grupos antiderechos y pone en riesgo una norma que protege a las mujeres.

 La ley integral para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia (Ley 348) fue promulgada por el presidente Morales en marzo de 2013. Su objeto es establecer mecanismos, medidas y políticas integrales de prevención, atención, protección y reparación a las mujeres en situación de violencia, así como la persecución y sanción a los agresores. Se trata de una ley avanzada, resultado de muchos años de lucha de las mujeres por sus derechos en una sociedad patriarcal y machista como la boliviana.

En 11 años de vigencia, la Ley 348 permitió el registro de centenas de miles de denuncias de violencia contra mujeres en el país. Según datos del Observatorio de Género de la Coordinadora de la Mujer, el año pasado hubo casi 52.000 denuncias. Los casos de violencia familiar o doméstica, que son la mayoría, se incrementaron en 193% entre 2013 y 2023. Cada día, en promedio, hay 142 denuncias de violencia contra mujeres, 30 agresiones sexuales, 104 embarazos de niñas y adolescentes. En 2023 se registraron 81 feminicidios.

Los datos son innegables y terribles: la violencia contra las mujeres, lejos de disminuir, persiste e incluso aumenta. Por ello son deplorables afirmaciones tan ligeras como que la Ley 348 es una “ley antihombres” o, peor, que “la violencia no tiene género”. Si bien existen acusaciones falsas contra hombres, e incluso detenciones arbitrarias presumiendo culpabilidad, ello no atenúa ni menos niega la abrumadora evidencia de que las mujeres son las victimas sistemáticas de actos de violencia en todas sus formas.

En su capítulo de derechos fundamentales, la Constitución señala con claridad que “todas las personas, en particular las mujeres, tienen derecho a no sufrir violencia física, sexual y psicológica”. Y establece que el Estado tiene la obligación de adoptar las medidas necesarias para prevenir, eliminar y sancionar la violencia de género.

Con ese mandato constitucional, la Ley 348 define mecanismos para proteger a las mujeres. Y traza la ruta para la denuncia, persecución y sanción penal de los agresores.

Es evidente que se requiere una reforma normativa y hay valiosas propuestas para el efecto. Pero sobre todo fallan los operadores del sistema judicial. Claro que debe evitarse que haya hombres inocentes en prisión, pero sobre todo que los feminicidas y violentos estén libres. Las polémicas palabras del presidente del Senado tendrían que servir para debatir el tema, mejorar la ley, garantizar en serio para las mujeres una vida libre de violencia y frenar las muy peligrosas campañas antiderechos.

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Un vecino conflictivo

El gobierno de Milei podría estar buscando consolidar su base política mediante el nacionalismo y el anti-izquierdismo

Por La Razón

/ 18 de abril de 2024 / 07:06

Días atrás, la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, informó que había decidido reforzar la seguridad en la frontera con Bolivia debido a la supuesta presencia de cientos de militares iraníes en el país. La respuesta de la Cancillería boliviana fue tan rápida como mesurada, en evidente contraste con el tono que está adoptando el gobierno de Javier Milei.

Desde el inicio, la presidencia de Javier Milei ha sido notable no solo por sus políticas internas de shock, sino también por su manejo de las relaciones internacionales, especialmente con países latinoamericanos de gobiernos considerados izquierdistas. Sus controversiales interacciones con líderes regionales han generado un amplio debate sobre las estrategias diplomáticas y sus implicaciones tanto a nivel regional como doméstico.

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Primero, el intercambio de insultos con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, provocó una rápida escalada de tensiones que afortunadamente no pasaron a más. Milei respondió a las críticas de López Obrador, quien había tildado a Milei de “facho conservador”, con términos igualmente duros, exacerbando las fricciones bilaterales. Este tipo de diplomacia de confrontación no solo socava las relaciones tradicionalmente cordiales entre Argentina y México, sino que también plantea preguntas sobre la estabilidad regional.

Por otra parte, las relaciones con Colombia se tensaron significativamente después de que Milei llamara al presidente Gustavo Petro «comunista asesino». Esta declaración provocó una pronta respuesta diplomática de Colombia, incluyendo el llamado de su embajador en Buenos Aires, lo cual subraya la seriedad del conflicto y el impacto en las relaciones diplomáticas; por ahora las relaciones entre ambos países están normalizándose y los respectivos embajadores han regresado a sus funciones.

Asimismo, la afirmación de la ministra Bullrich sobre la presunta presencia de militares iraníes en Bolivia añadió más leña al fuego, mostrando una tendencia hacia declaraciones provocativas que pueden tener serias repercusiones diplomáticas y de seguridad. Algo similar había ocurrido poco antes, cuando el presidente Milei afirmó que el gobierno de Chile iba a llevar a ese país a la pobreza por adoptar políticas socialistas. En ambos casos la respuesta fue pronta, mesurada y contundente.

En el frente interno, estas controversias internacionales parecen servir como una cortina de humo para desviar la atención de los problemas económicos graves que enfrenta Argentina, como la inflación y el estancamiento económico. Al centrarse en conflictos externos, el gobierno de Milei podría estar buscando consolidar su base política mediante el nacionalismo y el anti-izquierdismo, mientras posterga o minimiza la discusión sobre la necesidad de reformas económicas internas profundas.

Es posible que las tácticas de confrontación de Milei tengan un atractivo político inmediato entre ciertos sectores en Argentina que le son afines, pero los riesgos asociados a alienar a países vecinos y potenciales socios comerciales son altos, especialmente en el mediano y largo plazos, cuando el polémico mandatario ya no esté en funciones.

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Los medios en cuestión

Por La Razón

/ 14 de abril de 2024 / 00:20

El reciente estudio Delphi de la Fundación Friedrich Ebert (FES-Bolivia), realizado con líderes de todo el país, revela datos delicados respecto a los medios de comunicación y su desempeño. Además de una baja confianza, se percibe a los medios como promotores del conflicto y como actores políticos que informan en función a su agenda e intereses. La evaluación es crítica.

Hubo un tiempo en que los medios de comunicación y periodistas, en general, estaban en la cima de la confianza ciudadana. Junto con la Iglesia Católica, tenían muy alta legitimidad. Hoy es diferente: en la Delphi de la FES, solo el 7% tiene una confianza alta o muy alta en los medios. Para el 39% es regular. Y un mayoritario 54% confía poco o nada. Estos datos debieran preocuparnos. Si bien estamos mejor que otras entidades, la confianza es un bien preciado que los medios debemos recuperar y preservar.

En un contexto en que los medios digitales y las redes sociales tienden a desplazar a los medios de comunicación tradicionales como principal fuente de información, es necesario hacer un examen acerca de nuestro desempeño. ¿Cómo nos evalúan los líderes? Más de dos tercios, nada menos, sostienen que los medios informan en función a su propia agenda e intereses. Si sumamos el 13,5% que nos perciben como manipuladores, el saldo es muy negativo. Solo un marginal 7% cree que los medios informan con veracidad.

La baja confianza en los medios y la percepción de que informan más pensando en ellos mismos que en la sociedad, quizás se explican, entre otros factores, porque varios operadores mediáticos están polarizados y alientan la polarización. Lo vimos como tragedia en la crisis de 2019, cuando algunos medios y periodistas avalaron y hasta justificaron las masacres. Ello se reafirma en la Delphi: 86% de los líderes consultados sostienen que los medios promueven enfrentamientos y conflictos en el país.

Por si fuera poco, en estas percepciones reveladoras de la situación del campo mediático en Bolivia, casi nueve de cada 10 participantes en el estudio de la FES están de acuerdo con la afirmación de que los medios actúan como si fuesen actores políticos. Es tremendo. Para los liderazgos, la esencia de los medios se está perdiendo. En su balance, varios medios y periodistas están más cerca de la acción política que de la labor informativa. Eso, por supuesto, va en desmedro del periodismo.

Los estudios de percepción cualitativa y de opinión pública expresan tendencias generales en momentos determinados. Son útiles para la reflexión y el análisis. Y contribuyen a la autocrítica. Pero hay diferencias. Más allá de las percepciones aquí descritas, es meritorio el trabajo de medios que persisten en el empeño de cuidar y cultivar cada día los derechos a la comunicación e información. Como diario nos situamos en ese camino reafirmando nuestro compromiso con el libre ejercicio del oficio periodístico.

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