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1.756 refugiados en carpas, 13 días sin energía eléctrica

Los 1.756 damnificados alojados en carpas pernoctaron hasta ayer 13 jornadas alumbrados sólo por la luz de las velas. Los menores y adultos estaban forzados a acostarse entre las 19.00 ó 20.00 en cinco de los campamentos.

Sólo los albergues de Flor de Irpavi y la ex chancadora de Irpavi II contaban con la iluminación de reflectores que se apagaban a las 22.00.

Esta situación podría cambiar hoy, ya que el Gobierno edil gestiona ante Electropaz la habilitación sin costo de puntos de energía y la Alcaldía realizará el tendido de cables y llevará luz eléctrica al interior de las tiendas de siete de los ocho campamentos armados con carpas (262) y donde viven hacinadas 414 familias.

«Más adelante debemos ver quién se hace cargo de los gastos de este servicio porque después se harán las viviendas unifamiliares, lo que también se debe discutir con los vecinos», dijo Luis Lugones, secretario Ejecutivo del Gobierno Municipal de La Paz, responsable de este anuncio.

El jefe del departamento de Comunicación de Electropaz, Gabriel Navía, dijo que no emitirá ningún comentario al respecto porque no existe una solicitud formal por parte de la Alcaldía en torno al tema de dotación eléctrica.

Los siete refugios beneficiados son: el que está en el Centro de Salud Mental San Juan de Dios, Ciudad de Dios, el área de equipamiento de Flor de Irpavi, Kupini II, Villa Salomé, ex chancadora de Irpavi II y el mercado 10 de Enero, donde viven 1.756 personas en 414 familias.

El Gobierno Municipal proporcionará los cables, sockets y focos de luz fría uno por carpa, lo que equivale a 262 (para ahorrar energía), todo este material está valuado en Bs 12 mil. Lugones dijo que hasta la tarde de hoy todos los campamentos con carpas contarán con electricidad.

Este diario visitó ayer tres de los siete campamentos sin energía eléctrica. Ángel Illanes, presidente de la junta de vecinos de Pampahasi Bajo Central y uno de los damnificados, sostuvo que sin luz la vida en el refugio próximo al mercado 10 de Enero era menos llevadera. «Antes (del deslizamiento) mirábamos televisión o escuchábamos radio, ahora no sabemos ni de nosotros mismos, porque somos noticia. Estamos desinformados y algunos prefieren acostarse temprano sin hacer mucho», relató.

Esther Aramayo, del campamento instalado en la ex chancadora de Irpavi II,  contó que las velas eran sus compañeras nocturnas y que algunas madres de familia les hacían hacer tareas a sus hijos bajo esa misma luz.

«Parecía un pueblo, silencio y oscuro», manifestó. «Estar sin nada en la calle ya es vivir sin luz, sólo Dios nos ilumina y ha permitido que estemos vivos», manifestó Paulina Rojas (77) del mismo campamento.


GMLP pondrá el material

El Secretario Ejecutivo del municipio paceño dijo que para llevar luz a las carpas se usarán 2.500 metros de cable de los números 8, 10 y 12; 262 focos y sockets para atender la demanda de los 7 campamentos.


Queman donaciones

Damnificados de Callapa decidieron quemar ropa inservible que les fue donada por la población. Red Uno mostró los girones de tela, ropa interior sucia y con agujeros, camisas sin mangas, entre otros, y registró quejas de afectados que pidieron a la gente «que no se burle» de ellos.

Escolares hacen tareas a la luz de las velas

Máxima (10) estudia en el colegio Sergio Villegas, cursa el sexto grado y después del desastre  que arrasó con su vivienda volvió a clases el miércoles.  Hasta ayer hacía sus deberes escolares  a la luz de una vela, tarea aún más difícil debido a las penumbras. 

Sin embargo, la escasa iluminación no es el único problema, sino que hay que correr contra el tiempo. «Las velas se acaban rápido porque son chiquitas, no podemos comprar más grandes porque son más caras», indica.

Raquel (13), que está en el octavo grado,  pasará clases en el colegio Delia Gambarte desde el lunes y una de sus preocupaciones era la de  no poder contar con energía eléctrica para hacer sus deberes escolares.

«Queríamos hacer no sólo tareas, también dibujos y otras cosas porque estábamos aburridos con mis hermanos, pero nos decían que ya había que acostarse a las siete de la noche», cuenta la adolescente.

En los albergues que acogen a casi cinco mil damnificados, el 42% es menor de 18 años y, por tanto, está en edad escolar.  Padres de familia dijeron que se dieron modos para apurar  a sus hijos para que hagan sus tareas por las tardes.

Vivir sin energía eléctrica en carpas

Cristina Verástegui
Campamento Villa Salomé
«Tenemos un foquito, pero no todas las carpas han logrado esto, han dicho que pronto pondrán a todas las carpas luz para que hagamos algunas cosas por la noche. Ojalá así sea».

Nicasio Choque
Campamento Villa Salomé

«Estar sin luz es deprimente, no se sabe qué hacer, además de eso el silencio de las personas te confunde, te sientes por momentos solo y triste aunque haya gente cerca que no ves».

Sara Chuquimia
Campamento 10 de Enero

«Hay muchas formas de sobrellevar esto, para los que trabajamos es más fácil, pero los que se quedan se sienten muy encerrados, la luz cambiará las cosas y elevará los ánimos».