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Hay Bs 350 millones para dar vivienda a damnificados

El anuncio estuvo a cargo del ministro de Obras Públicas, Wálter Delgadillo, quien ayer informó de la emisión de un decreto supremo con esa finalidad. Los recursos, dijo, corresponden al Plan de Vivienda Social y Solidario.

«El Gobierno nacional ha emitido un decreto referido a viabilizar la dotación de soluciones habitacionales, hábitat y equipamiento a la población afectada por los desastres naturales provocados por el fenómeno de La Niña 2010-2011; (el plan) se refiere a la construcción de urbanizaciones, no sólo de viviendas», expresó el ministro en el Palacio.

La norma define también la constitución de una Unidad Ejecutora del programa de socorro y la concurrencia de diferentes niveles del Ejecutivo (viceministerios de Saneamiento Básico, Energía y otros), además de gobernaciones y alcaldías para definir asuntos como los terrenos, el uso de suelos, equipamiento, dotación de infraestructura, áreas verdes, y otros para las urbanizaciones.

Según información preliminar del viceministro de Vivienda, Bony Morales, unas nueve mil viviendas quedaron inhabitables, particularmente, por efecto de inundaciones y deslizamientos. Sólo en la ciudad de La Paz, el macrodeslizamiento afectó a 2.203 predios y 1.467 inmuebles resultaron derruidos parcial o totalmente.

Subsidio. Con el decreto, «el Gobierno autoriza al Ministerio de Obras Públicas, a través de su Viceministerio de Vivienda, el uso de 350 millones de bolivianos del Plan de Vivienda Social y Solidario; define también que la dotación de las soluciones habitacionales va en la modalidad de subsidio, es decir que la dotación de casas a los propietarios que las perdieron será gratuita», agregó Delgadillo.

Inquilinos y anticrecistas, precisó, serán socorridos con el 70 por ciento del valor del inmueble. Estos «accederán a otro programa del Plan de Vivienda que refiere que los beneficiarios aportan el 30 por ciento y el programa 70 por ciento». Consultado sobre el número de viviendas a reponer, Delgadillo señaló que éste aún no fue definido, pero adelantó que ya se trabaja en las estadísticas en coordinación con las autoridades locales de las regiones afectadas.

Según el viceministro Morales, los departamentos donde más pérdidas de este tipo se produjeron, desde octubre del 2010 (cuando La Niña ingresó al país) son Beni, La Paz y Cochabamba.

En el caso del Chapare, donde se calcula que unas 150 viviendas de Villa Tunari quedaron inhabitables, Delgadillo indicó que ya se levantan datos y se perfila el diseño del plan habitacional.

Sobre los afectados en el siniestro en La Paz y la probabilidad de que sean trasladados a la ciudad de El Alto, precisó que «debemos hacer un trámite para la transferencia legal» de los terrenos identificados por esa municipalidad.

La Niña, su impacto y efectos

La presente temporada de lluvias es efecto del fenómeno de La Niña, que se siente desde octubre del año pasado. De inicio, se manifestó con una extrema sequía, que golpeó, particularmente, al sur del país. A mediados de diciembre comenzaron las lluvias, con eventos cortos, pero muy intensos. Hasta el fin de semana pasado se cuantificó a 14 mil familias afectadas en todo el país.

Casas con lodo y heces en el valle

Unas 700 familias de Quillacollo aún viven en medio del lodo, aguas servidas y olores nauseabundos. Pasaron las lluvias, mas no su efecto y varios barrios permanecen anegados. «Nos han traído carpas, ropa y alimentos, pero es paliativo, necesitamos una solución integral», dijo el presidente del Comité de Vigilancia, Eddy Terán, quien anunció una marcha para hoy exigiendo atención humanitaria y un censo.

En efecto, en la parte central de Villa Providencia Sud, Canillitas, Libertad Sapenco, Villa Asunción, Santo Domingo, la avenida Martin Cárdenas y la Cota Sud las aguas no bajaron. «Las viviendas siguen con agua y lodo, las paredes están remojadas y con moho, ya no es posible regresar», contó Susana Fernández, vecina del barrio Canillitas, quien además recuerda que «todos son pozos sépticos rebalsaron por la inundación y botaron sus aguas a calles y casas». Junto a seis familias, vive en una carpa donde hay incomodidad, calor de día, frío de noche, y mosquitos.