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‘El ser padre me cambió toda la vida’

Jorge venció al cáncer y ahora lucha por la ‘niña de sus ojos’

«Si estoy en este mundo es por ella, la niña de mis ojos; hoy mi lucha en la vida es por ella y por mi esposa», afirma Jorge Lea Plaza (24), padre de Hadassah Lea Plaza (5 meses) y esposo de Tatiana Cabezudo (22).

En febrero del 2003, Jorge supo de los médicos que sólo le quedaban cuatro meses más de vida. Un tumor maligno que había afectado su rodilla izquierda se expandió y llegó a su hígado y pulmones. Para él, vivir ya no tenía sentido porque además de su condena de muerte los médicos le informaron que producto del tratamiento podría quedar estéril, pero él nunca perdió la fe.

Tras la amputación de su pierna izquierda y un año de sesiones de quimioterapia, venció a la enfermedad. Era el 2005 y su primer milagro se había cumplido. «Pesaba 36 kilos, me estaba muriendo pero vi la mano de Dios», cuenta.

REgalo. Superado el mal nada parecía más importante, pero de pronto se produjo el segundo milagro, tal cual lo había soñado su madre: Jorge tendría una hija, y en efecto así sucedió.

El 16 de octubre del 2010 Hadassah vio la luz y llenó de felicidad la vida de sus padres. Ya no había razones para entristecerse. «Mi hija es uno más de los motivos que tengo para luchar en la vida, (su nacimiento es) una de las cosas más bellas que me pasó, es mi motor de cada día», afirma con una sonrisa.

Hoy Jorge realiza su proyecto de grado en Ingeniería Ambiental, trabaja en una empresa minera y tiene planes, junto a Tatiana, de convertirse en pastores y viajar por diversos lugares para transmitir su experiencia y difundir la palabra de Dios. Ese Dios que, dice, le hizo conocer México para hacerse tomografías y Francia para adquirir una prótesis.

Hasta que Arnold nació, Freddy no soportaba a los niños

«Antes de que mi hijo naciera, y desde que tengo uso de razón, no soportaba a los niños pequeños, no toleraba que lloren, no aguantaba el ruido que hacían cuando jugaban, perdía la paciencia cuando hacían sus berrinches, realmente quería que alguien los callara», confiesa Freddy Quintanilla (30).

El abogado de profesión jamás pensó que ver a su hijo salir del quirófano y acariciar su pequeña mano por primera vez le cambiaría la forma de ver la vida.

«El nacimiento de mi hijo me ha cambiado completamente, me he vuelto mucho más sensible y paciente», afirma.
Freddy afirma que la intolerancia hacia los infantes era en todo momento, cuando estaba con sus amigos que llevaban a sus hijos e incluso cuando se reunía con sus primos.

Freddy recuerda que la vez en que su pareja, Teresa Carrasco (40), le dijo que sería padre, lo primero que se le vinieron a la cabeza fueron los cambios que debía enfrentar de ahora en adelante en la vida. Eran pensamientos «muy ligeros», afirma, sin embargo, cuando el niño nació todo tuvo sentido y hasta comenzó a hacer planes para su futuro.

‘El jefe’. Freddy Arnold Quintanilla (3) nació el 1 de octubre del 2007. «Dejé de ser hombre en muchos aspectos para convertirme en papá, todo lo que hago y quiero hacer es por él, para él», dice el papá. Tal es así, agrega, que ha decidido llamarlo «mi pequeño jefe». Freddy admite que siempre sucumbe ante cualquier pedido que el niño le hace. De hecho se convierte en su genio de la lámpara: «Me dice algo, yo lo complazco».

Los familiares cuentan que padre e hijo dependen mucho uno del otro, comparten cosas, gustos y hasta se esperan mutuamente en casa. Hoy, Freddy dice que aprendió a apreciar a los niños, y que disfruta mucho de la compañía de otros niños.

Hoy que es padre, Diego aprendió a valorar a los suyos
Mientras conversa con La Razón, Diego Claure Durán (32) entretiene a su niña, Adriana Micaela Durán (2), que está resfriada y con desgano. Junto a su esposa, Daniela Castellón (27), visitaron el hospital Materno Infantil para que su pediatra la atienda.

«Recién, por cosas como ésta, me doy cuenta del sacrificio que han hecho mis padres y eso es algo muy importante. Lo que rescato de ambos son las atenciones que han tenido conmigo, especialmente cuando de niño enfermaba, sin contar los gastos que implica ello».

Ahora que es papá, la experiencia le ha enseñado a valorar el trabajo. Recuerda la paciencia que sus padres le brindaron cuando él hacía berrinches, los momentos alegres que pasó cuando festejaban su cumpleaños y las sorpresas que le brindaban cada Navidad con su regalo favorito.

«Todo empezó con el nacimiento de mi primer hijo, Gabriel Ignacio Durán, de seis años. Es una experiencia tan interesante, uno no nace sabiendo ser padre, sino que aprende las cosas, es poco a poco», afirma.

Familia. Diego asegura que ahora su mundo gira en torno a su familia, la que siempre soñó, desde que estudiaba Filosofía, junto a Daniela. Él no lo niega, le fue un poco difícil aceptar su nuevo rol. Antes de asumir este compromiso, sólo pensaba en él, en terminar sus estudios y divertirse con sus amigos.

«Ser padre es tan interesante, no voy a mentir que representa cierto grado de dificultad, pero es una experiencia muy linda y tiene sus connotaciones, tanto biológicas como sociales, porque repercute en el pensamiento de una persona, ya que se vuelve adulto».

Diego y Daniela son maestros, ambos se comprometieron a trabajar por el bienestar de sus hijos porque desean que ellos tengan una vida tranquila. «Estamos luchando junto a mi esposa, ahora vivimos por ellos», enfatizó.

La entrevista se interrumpe porque Adriana empieza a llorar, entonces papá la carga en los hombros y mamá le hace mimos y sonidos para que sonría pese al malestar.

‘Soy padrastro, pero mis hijas me enseñaron a ser responsable’

Juan Carlos Venegas (44) recuerda que cuando aún era soltero su mundo sólo giraba en torno a él. «Al no estar comprometido, uno puede disponer de su tiempo y hacer lo que más le gusta, pero cuando acepté ser padre me di cuenta de la responsabilidad que debía asumir».

Fiorela (10) y Matiel García (16) son las hijas de su esposa Lourdes Vera, con quienes vive hace un año. La palabra «padrastro» no existe en su hogar, pues ellas lo consideran su padre y a la vez, él, sus hijas.

Juan Carlos nunca tuvo hijos, pero en la práctica ya es padre de tres, el primero de un antiguo compromiso y dos más en la actualidad. «Yo siempre he tenido debilidad por los niños, me llevo bien con ellos», dice.

«A medida que las conocí me fui encariñando con ellas, me enamoré de la que va a ser mi esposa, y por ende de las niñas, este amor vino en paquete», sonríe. Afirma que, al igual que Lourdes, él está pendiente de la educación de las niñas, de su salud, les aconseja cuando considera necesario e intenta darles un buen ejemplo.

Una de las cosas que más disfruta Juan Carlos es jugar con Fiorela. Antes de empezar la entrevista cuenta uno de esos momentos: «Llegué del trabajo al mediodía y quería descansar, pero no pude porque Fiorela comenzó a rozarme la cabeza con un plato lleno de helado, sentí el frío, me levanté y empezó a jugar con mi cabello, me llevo muy bien con ella». Al ser Matiel adolescente, él mantiene una distancia.

Regalos. Juan Carlos ya recibió su regalo por el Día del Padre. Fiorela le hizo una artesanía con botones y ligas. Éste es el segundo obsequio que la niña le entrega para celebrar esta fecha. El año pasado «fabricó» un bonito  portalápices donde se lee «Para mi papá Juan».

Algo que el padre, su compañera y las niñas disfrutan es salir de viaje a Coroico, donde tienen una propiedad de descanso. Son momentos agradables, dice el papá, más cuando Fiorela y Matiel le piden jugar juegos de mesa como Dominó y ver películas toda una tarde, junto a su mamá.

Gracias a su hijo, Yhony se convirtió en un papá cariñoso

Yhony Yasmany (26) abraza con ternura a su hijo Franz (3) cuando éste le dice «Papá, te quiero». Entonces se ponen a jugar con su celular. «Hola, ¿quién es?», pregunta el pequeño. »Soy yo, tu papi», responde él y ambos ríen. Entonces, Julia Quispe, la mamá, llega a su encuentro. Ambos la esperaban en puertas del Hospital Materno Infantil.

«Desde que tengo 23 años siento que soy más cariñoso», dice Yhony. El 28 de agosto del 2007, a las 23.00 horas, la vida de este migrante de la provincia Pacajes dio un giro de 360 grados. Ese día escuchó el primer llanto de su bebé en un hospital de la zona Santa Rosa (El Alto) y su comportamiento cambió. «Era para no creer», señala.

Recuerda que de niño veía a su padre sólo en las noches para intercambiar un saludo, ya que éste trabajaba todo el día en la agricultura para mantenerlo a él y a sus otros ocho hermanos.

«Mi papá no me daba mucho cariño, más se preocupaba de trabajar; no tengo tan bonitos recuerdos con él, más recuerdo a mi mamá, cuando me cuidaba y cocinaba para todos», indica. Ahora el es completamente distinto.

Dice que el cariño con su hijo «es automático» y que «el amor se gana con amor». Su fórmula es sencilla: «Le doy todo mi cariño (a mi hijo) complaciéndole en lo que se pueda, dándole muchos besos y abrazos, (diciéndole) palabras de aliento; no le dejo de decir ‘hijito te quiero mucho’ todo el tiempo».

Actitud. Yhony recuerda que antes de tener a su primogénito era bastante serio, incluso torpe para expresar sus sentimientos, además de rebelde. «Sólo pensaba en bailar y también consumía bebidas alcohólicas con amigos».

Sin embargo, esa etapa quedó atrás, «ahora mi Franz entiende mis actos, si tomo me pregunta: ‘¿Por qué estás tomando papá?’. Se preocupa, entonces ya no lo hago más y evito darle un mal ejemplo, realmente ahora entiendo el amor que uno puede sentir hacia el otro».

El también vendedor de autopartes en la zona de San Pedro espera traer al mundo un hermano para Franz, aunque por el momento planea su boda con Julia, también pensando en su niño. «Pienso  tener más bebés, pero esto va a depender de nuestra economía; si me va bien en mi negocio de repuestos para autos, lo tendré;  ahora no se puede pensar mucho en eso», expresa y se sonroja.

Una hija enferma alimentó el amor y fortaleza de José

José Velasco (28) ama ser padre. Disfruta cada minuto que pasa con sus hijos y esposa, y no se cansa de decir que «vivir con ellos vale la pena».

José es comunicador y tiene una pareja de niños: Aylín Velasco (7) y Alexis Velasco, de cinco semanas. Está casado con Wendy Lazarte (28) y recuerda que antes de su matrimonio pasaba el día «durmiendo hasta la hora que quería», hasta que le tocó asumir la responsabilidad de la paternidad, con el agregado de que su primera hija presentó problemas de salud. Sin embargo, esto le hizo valorar aún más la vida y ahora pasa el mayor tiempo posible con su familia, en especial con Aylín.

Ella sufre de epilepsia (trastorno neurológico que deja una predisposición en el cerebro para generar convulsiones recurrentes) desde que tiene cuatro años. Recuerda que  Wendy presentó eclampsia (complicación en el embarazo caracterizada por hipertensión arterial) y la bebé nació con dos kilos de peso y 43 centímetros de tamaño. Ella actuaba como una niña normal hasta el día en que presentó sus primeras convulsiones. «Estábamos almorzando, entonces ella fijó la mirada, se puso tiesa y sintió que le faltaba oxígeno», cuenta José.

Tras una semana  internada en un hospital, los médicos le dijeron que sufría de esta enfermedad y que esto podría haberse originado en las complicaciones en su gestación. Aylín también presenta infección urinaria (gérmenes en la orina) e hipertensión pulmonar (presión arterial pulmonar).

«De joven nunca pensé que me iba a pasar esto, pero si Dios me lo ha dado, (entonces) es un desafío para que salga adelante; disfruto la vida, soy feliz siendo padre; mis hijos son mi mejor regalo», señala José.

Día a día. Por las mañanas lleva y recoge a su hija de la escuela  (en Ciudad Satélite, El Alto), y como trabaja por la noches, le ayuda a realizar sus tareas todas las tardes.
Cuando hablamos con él, una caja de lápices de colores estaban sobre la mesa, además de dos cuadernos, un libro, una goma y un tajador. Padre e hija estaban listos para revisar —como es costumbre— lo avanzado en la escuela. Luego, ambos salieron a dar un paseo e ir a jugar al parque.

Día del padre y  otros festejos en el país y el mundo

Papás
Se recuerda a San José
-En Bolivia se celebra a los padres cada 19 de marzo porque el calendario santoral señala que hoy está dedicado a San José de Nazareth, padre adoptivo de Jesús.

Carpintero
También en honor del santo
-En esta jornada, y también inspirados en San José, se agasaja a todos los carpinteros del país, dado que el santo mantenía a su familia con este oficio.

Radialistas
Un festejo desde 1958
n En 1958, la ciudad de Cochabamba fue sede del 1er Encuentro Nacional de Radialistas en el que el gremio tomó la decisión de celebrar su día cada 19 de marzo.

Festejo en junio
Una costumbre regional
-En la mayor parte de los países de América Latina, al igual que en Estados Unidos, Canadá y Perú, el   Día del Padre se celebra el tercer domingo de junio.

Festejo escolar
Los niños arman la fiesta
-Cada año, en esta fecha, los estudiantes del país preparan actos para agasajar a papá; la mayoría se desarrolló ayer y los niños prepararon sus propios regalos.

Oferta de productos
El comercio se mueve
-A diferencia del Día de la Madre, el festejo a los padres solía ser muy discreto y austero, pero en el último tiempo, el mercado se sumó a la fiesta con diversas ofertas.

Alemania
Dos celebraciones
-En Alemania hay dos celebraciones relacionadas con el Día del Padre. El Vatertag, que se festeja el 21 de mayo, y el Herrentag, que consiste en un viaje sólo de varones.

Origen
La idea original
-Joan Dood propuso la idea del Día del Padre en 1909. Con ello quería que existiera un día especial que honrara a su progenitor, William Dood, veterano de guerra.  

Otros países
Fechas diferentes
-En Brasil se celebra el Día del Padre cada segundo domingo de agosto; en Guatemala y El Salvador el 17 de junio y en República Dominicana el último domingo de julio.