Sociedad

Monday 13 May 2024 | Actualizado a 18:38 PM

Los damnificados se alimentan con animales del monte en Beni

Sobrevivencia. Desde hace un mes viven en carpas sobre árboles y canoas

Por La Razón

/ 28 de marzo de 2011 / 05:00

Cristina Lurici no come carne hace un mes, cuando el desborde de los ríos en Guaguauno, Reyes, la obligaron a dejar su casa e instalarse en una carpa en los árboles. Ahora se alimenta de lagartos, víboras y gato del monte.  

En el departamento de Beni, son 10 los municipios que quedaron bajo el agua, según el gobernador Ernesto Suárez. Las precipitaciones pluviales y el desborde de los ríos Beni, Maniqui y Quiquibey  hicieron que 10 mil familias resultaran damnificadas.

Desde el 20 de febrero, las familias buscan las formas de sobrevivir en el desastre, durmiendo sobre árboles, en canoas y en los techos.

En la actualidad se alimentan con animales del monte. El jochi (chancho de monte), víboras, gato del monte y lagartos son parte de la nueva dieta diaria de los damnificados. «Mi marido entra al monte y saca el alimento. No nos queda otra que comer esto (muestra un pedazo de lagarto cocido en carbón) ¿quiere probar?», invita doña Cristina a la periodista de La Razón.

Al borde de la selva y a las orillas del río Beni está otra de las comunidades afectadas por la riada, Carmen Florida, del municipio de Rurrenabaque. Allí 49 familias viven de la pesca y la cosecha de plátano, arroz, yuca y maíz, pero desde el 20 de febrero, día en el que se inicio el desborde y la inundación, la vida de todos los comunarios cambió totalmente.

«Ha sido la inundación más grande que he visto en toda mi vida, Todo está enterrado, mire mis cosas (levanta y muestra su colchón lleno de lodo) llegó el domingo, vine corriendo para salvar mis cosas pero todo estaba en medio de la llanura (agua). Dormí con mis ocho hijos dos semanas en los árboles, como mono pues. El agua se entró más dos metros, porque mi casa tiene tres metros y sólo se veía el techo, no salvé nada» relató Ramón Cuba.

En medio de las casas destrozadas y llenas de lodo, las familias continúan enfrentando el desastre, recorren una y otra vez su chaco, (sembradío) y tratan de salvar algo de las cosechas. Los comunarios de Carmen Florida aseguran que se mudarán a otro espacio más alto, «No quiero volver a amanecer bogando (flotando) en una canoa, buscaré otro lugar más adentro en una parte  más alta, sólo necesito herramientas para volver a sembrar», afirmó  Justo Zurita.

Las aguas ya bajaron pero el lodo y el barro que quedó en cada casa impiden que las familias puedan vivir en esas condiciones. Para cocinar sus alimentos, las mujeres instalaron unos fogones en medio de la carretera en el caso de Guaguauno y en la selva en Carmen Florida.

 Suárez aseguró que ésta es la mayor inundación que se ha visto en el departamento del Beni durante los últimos 20 años. «Esta crecida se ha presentado como nunca antes, ha acabado con todas las pertenencias».

El PMA ENTREGA ALIMENTOS

Ante la difícil situación alimentaria que hay en las zonas damnificadas por las lluvias, el Programa Mundial de Alimentos inició la entrega de 341 toneladas de alimentos en todo el país.

Esta dotación permitirá beneficiar a  7 mil familias. Según Vitória Ginje, la representante del PMA en Bolivia, se coordina con los municipios y gobernaciones, la distribución de arroz, harina y aceite.

n En este marco ya se distribuyó  78 toneladas de alimentos al departamento de Cochabamba, 31 a La Paz, 209 a Beni y 25 a Pando, informó el PMA.

Los 10 municipios afectados en Beni  son Rurrenabaque, Santa Rosa de Yacuma,Reyes, San Borja, Riberalta,  San Ignacio de Moxos, Santa Ana, Baure y Magdalena.

Faltan médicos y medicinas

En Rurrenabaque hay sólo seis profesionales para 26 mil habitantes

«Tengo ocho hijos. Todos se han enfermado con resfrío y temperatura. En algunos, sus piecitos están con ampollas, creo que tienen sabañones o hongos no sé. No hay médico aquí»,  relata doña Isabel Rimbanoco, quien vive en las carpas que se instalaron en la carretera Rurrenabaque-Reyes, de la comunidad Guaguauno, del departamento del Beni.

En estas carpas, otros 79 niños y niñas viven junto a sus padres, la mayoría de ellos corretean descalzos en medio de los charcos de agua y lodo que quedaron después del desborde del río Beni. En los charcos se observan  restos de peces muertos y también,  aseguran, que hay lagartos, gallinas y chanchos que fueron traídos por el agua, pero que ya están en estado de  descomposición.

El director de Salud del Gobierno Municipal de Rurrenabaque, Guido Rivero, reconoce que es imposible llegar a todas  las comunidades y familias damnificadas por el desborde del río Beni.

«En este municipio sólo existen 6 médicos generales, para atender 65 comunidades con 26 mil habitantes, además vienen los comunarios de otros municipios y no podemos negarles la atención. Nosotros sólo tenemos paracetamol y sales de rehidratación para darles en nuestro centro de salud» asegura Rivero.

La situación de infecciones  de la piel y estomacales y resfríos es similar en todas las comunidades donde el rebalse de los ríos Beni, Quiquibey, Yucumo y Maniqui causó destrozos en los sembradíos y arrasó con los animales  de los comunarios.
En Puerto Motor, los niños juegan descalzos un partido de fútbol y las niñas refrescan su tarde saltando en los charcos de agua.

Doña Magdalena comentó que no hay medicamentos. «Es muy grave, resfrío, dolor de barriga y  temperatura, todo les ha dado. Vinieron los médicos pero sólo nos han dado paracetamol, por lo menos eso, ¿no?», aseguró.

Rivero informó que se solicitó al Ministerio de Salud que pueda otorgar ítems para médicos especialistas, sin embargo hasta ahora no se respondió la demanda.

La autoridad reconoció que en el centro de salud de Rurrenabaque se agotaron los medicamentos para combatir infecciones de la piel. «Sólo tenemos paracetamol», afirmó resignado.

Éver Vera, de la comunidad C. Soledad

«Todos mis hijos se han enfermado. Primero, les ha dado resfrío y temperatura; después  tenían dolor de estómago y vómito; y como no hay médicos, sólo les he dado chame (yerba)  para  que no sigan llorando. Sus pies están todo carcomidos porque hay tanto animal muerto por el monte y ellos corren sin zapatos. ¿Qué vamos hacer?»

Nilo Mano, de la  comunidad Guaguauno

«No me dio tiempo de sacar mis cosas, lo único que hice fue escapar. Yo tenía mi guachita (ganado) pero hasta eso perdí, todos los chanchos, gallinas y mi chivita revoloteaban, se ahogaron pues, porque el agua llegó aquí (muestra su cuello). Perdí también mi chaco, tenía una hectárea de arroz y yuca. Todo ha quedado bajo el lodo».

Eugenia Fidencia, de la comunidad Carmen Florida

«Sólo me quedaron ocho gallinas y tenía 100, todas se ahogaron. No comemos carne, mis nueve hijos y yo sólo comemos huevo y plátano. A veces compro manteca para darle sabor a la sopa, todo se llevó el agua, mis ropas, los libros, mis ollas,  hasta mis sembradíos. Mi marido trabaja para otros en la cosecha para comprar alguito».

Félix Yumani, de la comunidad Puerto Motor

«Voy a volver a sembrar, tengo mis pollos (hijos) pues quién los va sustentar. Hay que sacarle lo positivo a esta inundación, ahora nuestra tierra está bien abonada porque el agua ha traído varios animales muertos y desechos de otros lados. Si usted vuelve en seis meses verá mi cosecha, sólo necesito herramientas para trabajar».

 

 

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Día del Periodista

Por La Razón

/ 12 de mayo de 2024 / 00:57

El 10 de mayo, las y los periodistas de Bolivia recordamos nuestro día. ¿Hay algo que celebrar?, nos preguntamos. Y sí, existen motivos. Pero también hay nubarrones para el oficio. Por ello, más allá de los homenajes, fue un día de balance y reflexión. ¿En qué condiciones realizamos nuestra labor? ¿Cuánto aportamos a la conversación pública en democracia? ¿Cómo nos ve la sociedad?

Hace más de ochenta años, en 1938, el presidente Germán Busch promulgó un decreto supremo – luego elevado a rango de ley– que creaba la Caja de pensiones, jubilaciones y montepíos de los trabajadores asalariados de la prensa. No fue una concesión, sino una conquista como resultado de años de exigencia de derechos. Así, el 10 de mayo fue declarado Día del Periodista. Tiempo después, en 1953, un decreto supremo del presidente Víctor Paz Estenssoro estableció ese día como feriado para los periodistas.

De ese modo, cada 10 de mayo las y los periodistas revindicamos nuestro oficio y recibimos homenajes, salutaciones, reconocimientos. Es como un día destinado a elogiar el lugar que ocupa el periodismo en una sociedad democrática. Celebramos pues que, pese a dificultades y condiciones adversas, seguimos en el empeño diario de brindar información y opiniones como insumo para la deliberación colectiva. Sostenemos asimismo la necesidad de garantizar la libertad de expresión y el derecho a la información.

Pero el Día del Periodista es, o debiera ser, además, una ocasión propicia para el balance, para mirarnos puertas adentro y evaluar nuestro desempeño. Este ineludible ejercicio frente al espejo no puede ser autocomplaciente ni tampoco de solo flagelación, sino autocrítico. Para empezar, es importante evaluar las condiciones difíciles, a veces precarias, en las que estamos realizando nuestro trabajo, en un contexto donde las nuevas tecnologías digitales plantean serios desafíos a los medios de comunicación.

Es preocupante asimismo para el oficio periodístico el escenario de crisis no solo político-institucional en el país, sino también la complicada situación económica. Trabajamos en medio de la incertidumbre, sin horizonte de futuro. Y somos parte de la persistente polarización, que bloquea el diálogo plural y dinamita los puentes de encuentro. Diferentes estudios de opinión señalan que la ciudadanía y los liderazgos ven a los medios como promotores del enfrentamiento. Y hasta nos perciben como actores políticos.

¿Cuánto estamos contribuyendo, en el día a día, a la convivencia en democracia? ¿Cómo mejorar nuestras condiciones de trabajo, libres de presiones y amenazas? Y la pregunta esencial: ¿estamos haciendo buen periodismo, conforme a nuestros códigos de ética o, más bien, un periodismo instrumental, con arreglo a nuestra propia agenda y otros intereses? Hay que celebrar el Día del Periodista con llamamiento urgente para cuidar el oficio y, entre otras cosas, frenar la degradación de nuestras asociaciones. 

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El MAS y la crisis

La democracia, o las formas que la hacen legítima, importan cada día menos

Por La Razón

/ 9 de mayo de 2024 / 06:39

Para nadie debe ser desconocido que el Movimiento al Socialismo (MAS) es la fuerza política más importante de las últimas décadas y el único partido con estructura y potencia suficientes para intervenir en todas las esferas de la vida pública. Sin embargo, precisamente por estos atributos, la feroz lucha que han desatado sus dirigentes no solo afecta al partido, sino a todo el Estado.

Más tardó en terminar el X Congreso del partido, el domingo, en la ciudad de El Alto, convocado por el “ala arcista” del partido, que portavoces del “ala evista” en descalificar el encuentro de la peor forma posible y amenazar con todo tipo de recursos, legales y no, para impedir que las decisiones acordadas lleguen a materializarse.

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No es para menos: se ha elegido a un nuevo jefe nacional del partido, honor que recayó en Gróver García, dirigente de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), afín al presidente Arce, y se ha decidido revisar el estatuto del MAS para eliminar la disposición que concede la dirección vitalicia del partido al expresidente Evo Morales y para eliminar la restricción de antigüedad como militante para asumir cualquier candidatura.

Para que el congreso masista pudiese llevarse a cabo y que contase con la presencia de veedores del Tribunal Supremo Electoral (TSE), hizo falta que una Sala Constitucional de La Paz ordenase al Órgano Electoral cumplir con el artículo 30 de la Ley de Partidos Políticos. Entre analistas y opinadores de todas las tendencias hubo consenso en que se trata de un nuevo “fallo a la carta”, de los que menudean desde que los magistrados del Órgano Judicial decidieran autoprorrogarse.

A esta evidente muestra de injerencia de un órgano sobre otro (primero el Ejecutivo sobre el Judicial y luego éste sobre el Electoral), se suma la cantidad de ocasiones en que delegados y portavoces del evismo han descalificado al TSE y sus resoluciones por ser contrarias a sus intereses y expectativas. La democracia, o las formas que la hacen legítima, importan cada día menos.

Súmese a este estado de cosas la previsible pugna que se desatará en la Sala Plena del TSE cuando algunos vocales intenten incidir en favor de uno u otro aspirante a candidato. Entonces, las acusaciones y descalificaciones que hoy se sugieren, serán amplificadas, dañando de manera feroz la credibilidad y reputación del órgano llamado constitucionalmente a administrar los procesos que dan sustento al sistema democrático boliviano y a dar legitimidad a las autoridades electas.

A estas alturas de la lucha es, pues, evidente que sin importar el tono y el contenido de los mensajes que una y otra facción del MAS publicitan, lo verdaderamente central para ambas partes es asegurar que el candidato propio llegue a la papeleta y/o que el contrincante no lo logre. Si para tal fin tienen que terminar de romper la institucionalidad del Estado, no dudarán en hacerlo, y eso son malas noticias.

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Democracia en riesgo

Por La Razón

/ 5 de mayo de 2024 / 00:34

La reciente decisión de una sala constitucional en torno al “congreso del MAS-IPSP” convocado por dirigentes de la facción arcista constituye una tosca injerencia en las competencias del TSE. Y cruza un límite que pone en riesgo no solo la institucionalidad electoral, sino la propia democracia. Es fundamental ponerle freno antes de que conduzca a una deriva autoritaria.

 Una de las condiciones fundamentales de un Estado de Derecho es la autonomía e independencia de los órganos del poder público, además de su separación. Cuando uno o más órganos se subordinan a otro o surge una especie de suprapoder, esa estructura y organización funcional del Estado se resquebraja. Asimismo, cuando el sistema de gobierno empieza a depender de decisiones arbitrarias e inconstitucionales, la democracia está en riesgo. Estamos transitando ese muy peligroso umbral en el país.

En nuestro proceso de construcción y reforma estatal, no es nuevo que el Legislativo dependa de los mandatos del Ejecutivo. Tampoco es raro que la administración de justicia esté subordinada al poder político y a poderes fácticos. Lo crítico es que surja un suprapoder que imponga sucesivos fallos por fuera del marco constitucional y pisoteando la institucionalidad democrática. Desde el año pasado hay un suprapoder en Bolivia que, en consorcio con actores políticos, opera desde el TCP y algunas salas constitucionales.

A punta de sentencias, declaraciones y autos constitucionales, y algunas acciones de defensa, un arriesgado suprapoder está llevando a límites insostenibles el funcionamiento de los órganos del poder público y del sistema de gobierno. Así, bloquearon las elecciones judiciales, suspendieron las funciones de fiscalización de la ALP, se autoprorrogaron, beneficiaron a terratenientes y ahora están emitiendo “instrucciones” sobre las organizaciones políticas y los procesos electorales. Es inaceptable.

Es muy complicado y sensible para el TSE gestionar las disputas internas en los partidos, en especial en este momento la batalla entre facciones en el MAS-IPSP. Debe hacerlo en estricto cumplimiento de la Ley de Organizaciones Políticas y de los estatutos partidarios. ¿Qué ocurre cuando una sala constitucional, desde su filiación política, impone acciones que violan la normativa y vulneran las atribuciones del organismo electoral? Eso es lo que acaban de hacer, sin sonrojarse, los vocales Campero y Angles.

En un pronunciamiento difundido este viernes, las autoridades del Órgano Electoral Plurinacional exigen con timidez el respeto a la independencia de poderes para garantizar la democracia en el país. No es una exigencia menor. En realidad, se está advirtiendo que, si magistrados y jueces continúan perforando el sistema y la institucionalidad electoral, la democracia boliviana está en riesgo. Es fundamental que la disputa política no termine derrumbando el orden constitucional y el régimen democrático.

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Elección en suspenso

Las reacciones luego de conocido el fallo revelaron, cómo no, una nueva fuente de incertidumbre

Por La Razón

/ 2 de mayo de 2024 / 06:16

Como se decía días atrás en este mismo espacio, hace mucho que actores políticos y operadores judiciales están empeñados en frenar sin fecha las elecciones judiciales. El más reciente fallo constitucional ordena no solo paralizar el proceso, sino devolverlo al inicio y comenzar con una nueva ley de convocatoria; el argumento es la defensa de derechos, pero la intención tal vez no.

El 18 de abril, Yeny Duri, dirigente indígena y abogada, candidata eliminada en el proceso de preselección, presentó una acción popular en la que denunció que las aspirantes indígenas de Pando no recibían un trato equitativo en comparación con las de otros departamentos, señalando la falta de oportunidades equitativas en el proceso de preselección. La Sala Constitucional Primera de Cobija emitió el lunes una medida cautelar que suspendió el proceso de preselección en curso y luego, el martes, dictaminó que el proceso de preselección debía dejarse sin efecto completamente, argumentando que la convocatoria inicial no había considerado adecuadamente la inclusión de mujeres e indígenas, e instruyó elaborar una nueva.

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La reacciones luego de conocido el fallo revelaron, cómo no, una nueva fuente de incertidumbre, pues si bien hay voces, como la del expresidente Eduardo Rodríguez, quien argumentó que la Sala Constitucional de Cobija era incompetente para emitir tal fallo y que sus razonamientos eran improcedentes, sugiriendo que la Asamblea Legislativa debería continuar con el proceso de preselección, la Comisión Mixta de Constitución decidió entrar en cuarto intermedio hasta hoy, a la espera de la notificación oficial del fallo.

El Presidente de la Comisión, Miguel Rejas, del MAS, afirmó que la intervención de la Sala es una «aberración» y criticó duramente a los vocales que concedieron la tutela a la candidata Duri; dijo también que el fallo fue resultado de manipulaciones por parte de vocales y jueces, sugiriendo que algunos de ellos habían sido influenciados por quienes presentaron amparos.

A su vez, la senadora Andrea Barrientos indicó que el fallo de la Sala es «ilegal e inaplicable» y que ninguna sala constitucional tiene la competencia para declarar la inaplicabilidad de una ley, especialmente de la Ley 1549, que ha pasado por control constitucional y cuenta con amplio respaldo legislativo. El diputado por Creemos Leonardo Ayala argumentó que la decisión vulnera los derechos de los más de 400 postulantes habilitados para el proceso de preselección. El Presidente Nato de la Asamblea, como es habitual, no apareció.

La interminable sucesión de recursos judiciales y constitucionales, sumada a la incapacidad de las y los legisladores para acordar un plan de acción capaz de superar los obstáculos que unos y otros ponen en el camino, muestra todo, menos voluntad política, para cumplir con el mandato constitucional de realizar la elección de autoridades del Judicial. Mientras tanto, el sistema judicial boliviano se hunde irremediablemente.

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¿EJ en septiembre?

Por La Razón

/ 28 de abril de 2024 / 00:18

Renovadas acciones de amparo y medidas cautelares están paralizando nuevamente y dejan en incertidumbre las Elecciones Judiciales (EJ). Según lo establecido en la ley transitoria, este 5 de mayo debe concluir la fase de preselección de postulantes en la Asamblea Legislativa Plurinacional. Y el TSE anunció que la votación popular sería en septiembre. Hay duda sobre tales plazos.

Desde hace un año, el proceso electoral para renovar el Órgano Judicial y el Tribunal Constitucional está a la deriva. Según el mandato constitucional, las elecciones debieron realizarse en 2023. Pero políticos y operadores del sistema, en especial del TCP, se encargaron de frenar, congelar y a la postre postergar la elección. Como no se eligieron nuevas autoridades, los actuales magistrados (cuyo mandato ya se cumplió) decidieron autoprorrogarse. Fue como un guion escrito desde el principio para boicotear el proceso.

Como efecto de un bloqueo de caminos realizado en enero, finalmente la bancada oficialista en la Cámara de Diputados viabilizó las truncadas elecciones. Se aprobó entonces una ley de consenso que trazó la ruta, sus fases y los plazos tanto para la preselección a cargo de la ALP como para la votación bajo responsabilidad del TSE. Así, se publicó la convocatoria, se recibieron más de 700 postulaciones, se verificaron requisitos y se resolvieron las inhabilitaciones. Hasta ahí todo conforme a lo previsto.

En medio de la evaluación de méritos, incluida una prueba de conocimientos, varios postulantes inhabilitados por incumplir requisitos activaron demandas en la justicia para la reconsideración de sus casos. Todas esas acciones prosperaron dejando en suspenso el proceso de preselección de postulantes. Y el plazo corre. Luego de calificar los méritos, la Comisión Mixta de la Asamblea debe aprobar su informe, que será la base para la elección, por dos tercios, en sesión plenaria. Queda solo una semana.

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Es evidente que algunos actores políticos y operadores judiciales están empeñados en frenar sin fecha, nuevamente, las elecciones judiciales. Sería desastroso para la institucionalidad en el país en un contexto de alta desconfianza y de crisis. Por ello es sensato que la Comisión Mixta retome el proceso desde mañana. Tampoco sería una buena señal que se amplíen los plazos, ya que ello implica postergar la votación popular (quizás hasta octubre, lo que se superpone con las elecciones primarias).

Todos sabemos que las elecciones judiciales no solucionan la crisis del sistema de administración de justicia, pero al menos implican cumplir la Constitución y evitar que los autoprorrogados continúen degradando aún más el Estado de Derecho con sus decisiones a la carta. Por ello es fundamental que la ALP culmine pronto su trabajo de preselección con voluntad política y madurez democrática. Luego será el turno de la ciudadanía en las urnas. Y seguirá en agenda la cada vez más urgente reforma estructural del sistema.

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