Hay descontrol en venta de productos en la calle
Los cosméticos de contrabando llegan de países como China y Corea
Ninguna institución controla ahora la venta, el contrabando y la falsificación de los cosméticos que se ofrecen en los puestos callejeros.
Amparo Morales, jefa de la Unidad de Medicamentos y Tecnologías en Salud (Unimed), dijo que es difícil determinar qué productos son ilegales, pues esa entidad no cuenta con el personal suficiente como para controlar la situación.
«Un convenio entre el Ministerio de Salud, Hacienda y Aduana el 2009 estableció que estos productos pasen a responsabilidad del Ministerio de Salud, como un proceso, pues no se puede hacer todo de la noche a la mañana. Así, no podemos establecer si los de la Huyustus son legales o ilegales», enfatizó.
RECORRIDO. La jefa de Unimed indicó también que todo producto debe presentar Registro Sanitario (RS), sólo las importadoras legales —cumpliendo una serie de requisitos—acceden al mismo y lo hacen constar en cada cosmético.
En un recorrido que realizó La Razón el 22 y 24 de marzo, por los mercados Huyustus y Lanza y las calles Comercio y Max Paredes, se comprobó que ninguno de los productos elegidos al azar llevaban el registro exigido.
Un comerciante de la Huyustus, quien pidió no ser identificado, aseguró que varios de los cosméticos que venden «son de origen chino y coreano». Otras dos vendedoras del mercado Lanza dijeron que ofrecen también los de procedencia mexicana, peruana, chilena y estadounidense. Personas particulares se encargan de llevarles mercadería a los puestos, cada dos meses, aseguró el primer vendedor, aunque también dijo que hay colegas que acuden a los que venden por mayor.
Oswaldo Cabrera, comandante del Control Operativo Aduanero, (COA) indicó que los contrabandistas —»gente de extracción humilde»— de cosméticos y productos de limpieza, intentan traer al país no sólo marcas desconocidas, también productos de empresas legales.
El responsable del Seladis, Arturo Mallea, dice que los cosméticos de orígenes desconocidos, normalmente se ofrecen a bajo precio.
La razón encontró en los mercados mencionados lápices labiales desde 2 bolivianos, polvos, maquillajes líquidos, delineadores y rímel, cada uno a 10 bolivianos, y sombras de ojos de uno y hasta de dos colores, a partir de 5 bolivianos.
Que se destruyan envases
La consultora Gloria Tapia, de la perfumería Sonia, denunció que muchos perfumes son adulterados y vendidos en los mismas botellas del producto legal. «Las marcas Chanel y Bianchi se han falsificado. Por eso, yo aconsejo a mis clientes que rompan el envase cuando se termina el producto», señaló Tapia. Ocurre que los falsificadores compran los envases de los recicladores de basura para proceder a las falsificaciones.
Productos adulterados y con RS falsificado
Se pudo comprobar que una sombra de ojos, cuyo precio en los puestos callejeros es de Bs 5, llevaba un falso registro sanitario (RS) del Ministerio de Salud. Así lo verificaron las autoridades, informó Sandra Carrasco, responsable de RS de la Unidad de Medicamentos y Tecnologías en Salud.
Ese lápiz labial da la pauta de cómo se procede con varios de los productos cosméticos que están en el mercado informal. Las propias vendedoras de este tipo de productos de la calle Huyustus, la avenida Montenegro y el Mercado Lanza denuncian que no pocas veces ven cosméticos adulterados, con marcas pirateadas, etc. Realidad que corroboran el dermatólogo Johnny de la Riva y el químico cosmetólogo Arturo Mallea.
Los productos que más se piratean son los de la línea «Maja», de procedencia española. Un comerciante de la Huyustus denunció que las bases líquidas de maquillaje y los polvos compactos «vienen de todos lados, hay brasileños, mexicanos», de todo, menos del origen verdadero.
El envase de esos productos presenta los mismos colores y el tipo de letra de la marca, además de similar tamaño del empaque y el dibujo característico de la bailarina respectiva. También dice «Maja», pero no falta el «Milly». Lo que da a sospechar es el precio relativamente más bajo: desde Bs 10 a 40, cuando el original cuesta Bs 85 y 90.
Gloria Tapia, consultora de la perfumería Sonia, dice que ya no ofrecen la línea Maja, pues la competencia ilegal ha afectado al producto. Y con ello se perjudica también el comprador, que no sabe lo que está llevando de la calle.
Cosméticos expiran máximo en tres años
Todo producto de cosmetología debe utilizarse máximo tres años a partir de su producción, pues luego de ese tiempo pierde sus propiedades y puede constituir una amenaza para la persona que lo use. Por ejemplo, es capaz de causar una dermatitis (afecciones del cutis), que es ya un problema de salud.
De acuerdo con el cosmetólogo y jefe de Análisis Químicos Industriales del Instituto de Servicios de Laboratorio de Diagnóstico e Investigación en Salud (Seladis), Arturo Mallea, todo producto de belleza presenta grasas sintéticas que tienen principios funcionales de decoración y protección, pero estas grasas se deterioran con el paso del tiempo.
«Estimo, como farmaceútico, que los productos duran tres años como máximo. Hay muchos que tienen grasas que se enrancian en el tiempo y sus vitaminas, aloe vera, y más fenecen», advirtió.
En relación con el rímel, el médico dice que expira en cuatro años, «y eso que no tiene principios funcionales, sino sólo decorativos; pero el rímel está en contacto con las pestañas y el borde de los párpados». Peor es el caso «de los maquillajes que penetran la epidermis». Igualmente, «se debe ser cuidadoso con todo».
Mallea aconseja que el usuario revise cuidadosamente la fecha de elaboración y de expiración del producto. Todo el que dé seguridad tiene que indicar estos datos.
Una comerciante de la calle Huyustus dijo a La Razón que una vez que se usa el producto corre el plazo de expiración; pero Mallea aclara que es una declaración falsa, pues la vida de un cosmético se inicia apenas sale de la fábrica.