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Por año nace una quebrada en La Paz

Cada año y en época de lluvias, en la ciudad La Paz se conforma una quebrada que llega a ser un nuevo río, cuya crecida se constituye en un riesgo latente, como el ocurrido en febrero. Según datos oficiales, la mancha urbana tiene 350 afluentes, pero por debajo hay 380 vertientes.

La ciudad de La Paz es altamente vulnerable porque es un escenario de múltiples amenazas, desde deslizamientos, inundaciones, mazamorras, deslaves y caída de bloques ocasionados por las amenazas geodinámicas e hidrometeorológicas, informó el jefe de la Dirección Especial de Riesgos de la Alcaldía, Jaime Tinini.

El megadeslizamiento del 26 de febrero en la ladera Este, que afectó a 14 sectores y dejó en la calle a seis mil personas, se debió al debilitamiento del talud, saturación de aguas subterráneas, construcciones indebidas y a las lluvias, pero también a un proceso hidrometeorológico (erosión intensa del río Chujlluncani y drenajes de los ríos

Papani, Cachuaña, Silkajahuira, Canchi y otros).

De ahí, el riesgo que implican las quebradas y ríos que surgen en las laderas, donde se permiten asentamientos.

En estas áreas, la lluvia se dispersa y crea un canal o lecho natural que desemboca a un río. A ésta se denomina «quebrada», que con los años llega a convertirse en un afluente que alimenta a las cuencas o subcuencas más importantes de La Paz.

 Tinini informó que la ciudad tiene 350 afluentes entre quebradas y ríos. Muchos de éstos se encuentran en las laderas, lo que provoca mayor riesgo a las zonas y urbanizaciones asentadas por el lugar.

«A medida que las laderas reciben más asentamientos humanos y que va extendiéndose la mancha urbana, surgen más tributarios (canales o afluentes) para controlar, que con los años se convierten en quebradas y ríos. Este fenómeno se presenta cada ciclo hidrológico, del 15 de noviembre hasta el 15 de abril (época de lluvias)», informó el funcionario.

La Paz está conformada por cinco cuencas grandes: Choqueyapu, Orkojahuira, Irpavi, Achumani y Huayñajahuira, esta última a la vez llena sus afluentes con las aguas de los ríos Jilusaya, Quellumani y Huallani, que pasan por la zona Sur.

Las aguas de las cinco cuencas y de las 350 quebradas y riachuelos se unen en el Puente del Encuentro (Las Cholas), zona Sur de la ciudad, y desembocan en el río La Paz, que llega hasta la población de Río Abajo. (ver la lámina adjunta en esta edición)

La mayoría de los ríos de orden menor son tributarios e intermitentes, lo que significa que solamente tienen grandes confluyentes de agua en temporada de lluvias. Sin embargo, los tributarios de segundo orden, que son permanentes, aportan con flujos subterráneos y éstos son perennes (tienen agua todo el año).

Las vertientes o aguas subterráneas están en otro orden. Según Tinini, la Alcaldía contabilizó cerca de 380, aunque no es el número real de vertientes naturales que fluyen por debajo de las casas de las laderas y que humedecen la estructura de las viviendas, que con los años puede provocar un deslizamiento.

Éstas no son identificadas del todo porque están debajo de las urbanizaciones y sólo pueden ser detectadas después de estudios geológicos, por lo que significa una tarea costosa e interminable, según Tinini.

Estas características hidrológicas, que fueron expuestas en la granizada y lluvia de febrero del 2002, donde 63 personas perdieron la vida, generaron la necesidad de contar con un plan maestro de drenaje pluvial para la ciudad que pretende ser encarado durante los próximos años y que tiene un costo total de $us 70 millones, informó Fernando Loria, coordinador de este programa.

Las amenazas geodinámicas provocan deslizamientos. Estos riesgos se caracterizan por movimientos que provocan desajustes de los suelos y generalmente surgen en las laderas como Pampahasi, San Antonio, IV Centenario, Villa Armonía, Llojeta, Los Retamanis y Alpacoma .

Las amenazas hidrometeorológicas surgen por las lluvias que provocan crecidas extraordinarias en los ríos. «En la mayoría de los casos el afluente de los ríos rebasa la sección hidráulica y produce desbordes e inundaciones»,  informó Tinini. Para controlar los ríos, la Alcaldía trabaja en la construcción de canales, renovación de embovedados y el control de las cabeceras de las cuencas.

Y para evitar los deslizamientos se busca concretar el proyecto de estabilización de suelos.