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El centro de la ciudad tiene casas antiguas que son «multifunción»

Los inmuebles son utilizados como puestos de comida, servicios de fotocopias, tapicerías, tornerías y viviendas.

Puestos de comida, carpintería,  ventas de jugos, servicios de tornerías y tapicerías, fotocopias, imprentas, baños públicos, niños jugando y mujeres  lavando ropa. No se trata de una calle comercial de La Paz, sino del interior de lo que se puede encontrar en las casas antiguas del casco central de la sede de gobierno.

La Razón Digital visitó siete viviendas construidas el siglo XVIII y que son utilizadas con una gran diversidad de fines, sobre todo comerciales. Las viviendas están en las calles Sagárnaga, Genaro Sanjinez y la Jaén.

Algunas casas tienen pequeños portones, balcones y  hasta cuatro patios interiores en donde funcionan pequeños puestos comerciales donde se puede encontrar desde un local de fotocopias hasta puestos de comida.

Norah Vera Miranda (33)  ayuda a su mamá desde los ocho años a atender uno de los puestos  de comida en la casona donde funciona la Federación Departamental de Ex Combatientes del Chaco, en la Sagárnaga.  Mientras trabaja, sus dos hijos pequeños juegan en  uno de los tres patios de esta vivienda en donde hay  30 negocios.

Pese a pasar gran parte de su vida en este lugar, Vera comenta que no le gustaría vivir aquí porque, dice, las habitaciones están en mal estado.

En el sitio los cuartos son pequeños y húmedos, comenta la secretaria de la Federación Yolanda Morales , y Norah una de las vendedoras de comidas. Incluso una de las señoras que estaba en el lugar reconoció que las piezas «son feas y húmedas».

Los alquileres  van desde los 10 bolivianos hasta los 200, dice Yolanda Morales.

En la misma calle, entre tiendas de recuerdos, artesanías y venta de joyas de plata, se encuentra otra casa «multifunción». Uno de sus dos patios tiene varios negocios de ropa artesanal y al fondo hay puestos de comidas en pequeñísimas habitaciones. En el  primer piso resaltan los letreros de talleres de danza y para aprender charango.

En la Genaro Sanjinés las casonas también ofrecen servicios de baños públicos, cerrajerías y tapicerías. 

Carlos Alanoca, de 65 años, se encarga de tapizar muebles desde hace 29. No recuerda mucho de cómo lucía la casa cuando comenzó a trabajar aunque supone que se veía igual que ahora.

Alanoca cuenta con clientes fijos desde hace años y no renueva mucho su clientela porque, dice, su negocio se encuentra oculto. Cree que la poca iluminación del lugar asusta a algunos.