«El miércoles se vino abajo el muro perimetral del edificio Utama (Av. Héroes del Pacífico) y tres metros de suelo a causa de que durante las excavaciones de las obras del edificio Bruselas (c. Guerrilleros Lanza) se fracturó la tubería de alcantarillado, causó un humedecimiento del talud y la inestabilidad del suelo que provocó el asentamiento del edificio», dijo David Mollinedo, jefe de la Unidad de Prevención de Riesgos de la Alcaldía paceña.
Los propietarios de los departamentos en el edificio afectado de dos alas (una de cuatro y otra de cinco pisos) llegaron a un convenio con el ingeniero David Lijerón, encargado de la construcción del edificio Bruselas, en el que, mediante un contrato privado firmado el mismo miércoles, se compromete a reponer los daños.
En el contrato no se hace mención de ninguna empresa constructora que sea responsable, sólo aparecen los nombres del ingeniero ya citado y del propietario Gonzalo Saldías. Aunque al hablar con vecinos de otros edificios aledaños coincidieron en que se trataría de la constructora Cimientos.
En el documento, los responsables (el ingeniero Lijerón y Saldías) se responsabilizan ante cualquier daño, desde rajaduras hasta una eventual caída del edificio Utama, con la total reconstrucción. Aunque el contrato no especifica un plazo límite de tiempo de reparación. No obstante, se estipula que una vez que se asiente la tierra se verá si las rajaduras persisten.
El subalcalde del Centro, Ramiro Burgos, informó que se reevaluará toda la documentación que presente la constructora y Saldías antes de definir si habrá sanciones. «Hemos solicitado al dueño del edificio Bruselas que nos presente nuevamente toda la documentación de la edificación. Además, les exigimos el apuntalamiento del área, la impermeabilización del sector y la captación de las aguas servidas», aseveró.
Los documentos deberán ser presentados en un plazo de 48 horas (hasta el viernes); en caso de que se incumpla el pedido se seguirá un proceso técnico administrativo.
Colocan ‘testigos’ en el área
Los técnicos de la unidad de Riesgos de la Alcaldía colocaron «testigos» sobre las rajaduras. Consisten en brochados de cal colocados encima de grietas, que ponen en evidencia cuándo una rajadura se ensancha.