Pugnas por un predio acaban en destrucción de 2 viviendas
Terrenos. Un anciano y su familia quedaron en la calle
La primera morada fue supuestamente destrozada por Milanio Patzi, según denuncia de los vecinos, al mediodía del miércoles. Los testigos aseguran que Patzi es policía de la Unidad de Tránsito de El Alto y que actuó con ayuda de, al menos, cinco uniformados.
La segunda vivienda fue derrumbada por vecinos enardecidos que reaccionaron, el miércoles en la tarde, por la acción de horas antes y porque en la morada existía una cantina que provocaba inseguridad en el barrio. Dicen que hubo personas acuchilladas.
Mario Ajahuanca Pongo, dueño del terreno de 370 metros cuadrados, vendió la mitad a Ruth García, ésta a su vez la transfirió a Milanio Patzi. Ajahuanca y Patzi construyeron viviendas en sus mitades de 185 metros cuadrados. Pero, según Ajahuanca, Patzi no se conformó con la mitad del predio y pretendía la otra parte.
Los vecinos denunciaron que Patzi junto a unas 15 personas, cinco de ellas presuntos policías, allanaron la propiedad de Ajahuanca. Echaron a los tres nietos de 12, 11 y nueve años, respectivamente, que eran los únicos que estaban en ese momento. La destecharon, sacaron los muebles y destruyeron los muros de adobe. La vivienda de dos habitaciones, una cocina comedor y un dormitorio, quedó completamente derruida.
La nieta de 12 años declaró que a las 11.00 el señor Patzi, acompañado por «mucha gente entre ellos policías», tocó la puerta y quiso ingresar a empujones. Ella se resistió, aunque fue doblegada con patadas en la puerta.
La niña dijo que se asustó y que salió a avisar a su papá por teléfono y a pedir ayuda a los vecinos, quienes llegaron después de que la vivienda había sido demolida.
Los vecinos quedaron sorprendidos por la acción de Patzi y determinaron cobrar venganza a nombre de Ajahuanca. De modo que en la tarde desalojaron a los inquilinos que habitaban la vivienda de ladrillo y cuatro habitaciones del supuesto oficial de Tránsito y destrozaron las paredes, que ahora exponen enormes boquetes. De ella sólo quedaron los pilares y el tumbado de cemento.
La familia de Ajahuanca, su esposa, su hija y cuatro nietos, quedó en la calle postrada sobre sus muebles, catres, sillas mesas, aguayos con ropa, a un costado de su vivienda en un terreno baldío aparentemente destinado a un área verde. Ellos durmieron a la intemperie, y el abuelo dijo que no se retirarán de allí, sino muertos.
«Han robado cinco mil dólares que mi esposa tenía guardados en una bolsita. Ese dinero nos lo envían nuestros hijos que están trabajando en Brasil, aquí yo no trabajo y no tengo dónde más ir, así que voy a morir en la calle si las autoridades no hacen algo al respecto».
Las dos casas derruidas aparecen ubicadas en un mismo predio, puesto que el muro de adobe que las separaba también fue demolido por la gente de Patzi.
La Razón no pudo ubicar a Patzi, pues en la vivienda señalada por los vecinos como su otra morada no abrieron la puerta. Una voz del interior gritó que éste ya no vivía allí. Pero los vecinos dijeron que era mentira. El presidente de la junta de vecinos, Humberto Alanez, anunció una reunión para tomar una determinación colectiva.
Solicitan investigar
Los vecinos de la zona Anexo 7 de Septiembre en el Distrito 3 indicaron que Milanio Patzi los amenazó de muerte porque intervinieron en la disputa. Dicen que es oficial de Tránsito y que tiene otros terrenos y piden una investigación. Ellos se reunirán para tomar determinaciones.