En El Alto hay 50 mercados para la venta de productos alimenticios, de los que 30 no tienen muro perimetral, por tanto los alimentos se exponen al polvo y la contaminación, pero además vendedoras y compradores son vulnerables a robos.
Los mercados alteños están abandonados a su suerte. Por una parte, el Ejecutivo asegura que esos centros de abasto no son de su tuición, porque los considera negocios privados. Por tanto, ni la refacción ni la provisión de servicios están incluidos en el Plan Operativo Anual (POA).
Por otro lado, durante la quema de la Alcaldía alteña, el 2003, se extraviaron los documentos de los mercados, razón por la que las vendedoras no pagan patentes municipales, como admitió Fermina Chambi, secretaria ejecutiva de la Federación de Mercados de El Alto.
Finalmente, la Intendencia Municipal tampoco vigila estos centros de venta con el argumento de que no tiene personal suficiente y porque supuestamente la mitad de ellos está abandonada, porque las comerciantes están en las calles, según el intendente Richard Oblitas.
Los 30 mercados sin muro perimetral son canchones, donde las comerciantes han levantado una especie de toldos con palos y calaminas, a veces sobre suelo de tierra y otras de cemento. Estos abastos son canchones a donde la gente puede ingresar por cualquier sitio. En su interior se observan promontorios de productos cubiertos con manteles y nailon, colocados encima de tarimas de madera, y amarrados con pitas.
Miriam Calle, secretaria vocal de la Federación de Mercados, comentó que construir un muro de cerco resulta oneroso. Pese a esto, donde se cuentan con paredes es gracias al aporte de las vendedoras.
En un mercado de 100 x 100 metros de superficie se necesitaría alrededor de 20.000 bolivianos para levantar el muro perimetral, calculó Pánfilo Véliz, secretario de Actas, quien se lamentó de la falta de apoyo municipal.
En algunos abastos contratan seguridad privada para la vigilancia de sus productos, como en el mercado Sagrado Corazón de Jesús de Villa Dolores, pero otros carecen de ese servicio y se ven expuestos a robos, como el de Cosmos 78, del barrio del mismo nombre, en el Distrito 3.
Según Choque, secretario general del mercado Cosmos 78, en varias oportunidades las caseras y los clientes fueron víctimas de robos de sus productos y de dinero.
También admitió que la mercadería se ensucia con el polvo que arrastra el viento. «Los alimentos están expuestos al sol, la tierra. No hay casetas que sean de buena calidad y estamos cerca de la cancha de fútbol, donde el polvo aumenta los domingos porque hay partidos».
Choque dijo que lo más importante para los mercados es el muro perimetral, pero que también se necesitan servicios básicos como gas, agua, luz eléctrica y alcantarillado.
En el mercado Corazón de Jesús de Villa Dolores las vendedoras de cada puesto aportan un boliviano para pagar a un gendarme que hace las rondas, indicó Simona Cuti, secretaria general de ese centro de abasto.
Para los vecinos, el principal problema con el que tropiezan en estos centros de venta descubiertos es la inseguridad. Habitantes de Cosmos 78 manifestaron que no sólo son personas las que les quitan su mercadería, sino también los perros callejeros.
«Lo malo es que la Alcaldía no controla los mercados y tenemos que comprar con perros, tierra y en algunos casos con rateros», manifestó Dionisia Catacora.
Los vecinos de Villa Dolores se quejaron de la falta de protección en épocas de lluvia y frío. «Sin techos, sin puertas y con sólo plástico sobre nuestras cabezas tenemos que ir a comprar», indicó Julia Cusi.
La Alcaldía no controla los abastos
El secretario General del Gobierno Municipal de El Alto, Sergio Choque, indicó que la municipalidad no puede hacer obras en los mercados porque éstos no están incluidos en el Plan Operativo Anual (POA). Aseguró que los mercados funcionan con carácter lucrativo y son actividades privadas.
«Con la nueva Carta Orgánica se espera incluir a los mercados para darle a la población un mejor servicio en este sentido».
La autoridad edil dijo que trabaja en la elaboración de un proyecto para la construcción de centros de abasto en lugares céntricos de la urbe alteña, aunque no indicó cuándo estará listo.
El ex alcalde José Luis Paredes transfirió los mercados en propiedad a las vendedoras.