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Islas de Nueva Zelanda revelan su biodiversidad

Las remotas Islas Kermadec de Nueva Zelanda, consideradas una de las últimas fronteras salvajes del planeta, esconden una rica biodiversidad marina por una mezcla entre aguas templadas y tropicales también única en el mundo.

Hasta el archipiélago de 13 islotes volcánicos —de casi 7.500 kilómetros cuadrados de extensión y situado unos mil kilómetros al noreste de tierra firme— se desplazó un grupo de científicos locales y australianos para buscar nueva fauna y flora marina.

La expedición hizo público el descubrimiento de decenas de especies, entre ellas algunas tan exóticas y nunca antes vistas como el pez león cebra. A bordo del barco Braveheart y liderados por el biólogo marino Tom Trnski, curador del Museo de Auckland, los científicos empezaron a publicar en un blog de internet cada nuevo hallazgo hasta llegar a un total de 80 peces y plantas.

Hallazgo. Ya en su primera semana, bajo un cielo encapotado la Expedición Kermadec ya localizó en estas aguas al pez león cebra, desconocido hasta ahora en Nueva Zelanda. Este pez, de nombre científico «dendrochirus zebra», tiene escamas de colores brillantes y formas irregulares, así como aletas punzantes y venenosas.

Mide unos 30 centímetros de longitud y habita en aguas poco profundas de los arrecifes de coral del océano Pacífico y del Mar Rojo, y pese a que los submarinistas temen los pinchazos de sus aletas, es uno de los especímenes más codiciados para los acuarios domésticos en todo el mundo.

Pero éste no es el único secreto marino que han desvelado a los investigadores las aguas en las islas Kermadec.

«Cada inmersión nos da la posibilidad de encontrar nuevas criaturas en las islas y en Nueva Zelanda, y posiblemente nuevas para la ciencia», indicó el jefe de la expedición. Las sorpresas a bordo del Braveheart no cesan: por ejemplo, hace unos días los científicos encontraron una anguila que ninguno de los expertos pudo identificar.