La Ciudad Prohibida vive su ‘semana de la vergüenza’
Un robo y un error afectan el prestigio de ese patrimonio mundial
Un sonado robo en la Ciudad Prohibida, antiguo palacio de los emperadores chinos, unido a otras polémicas en torno al famoso monumento en las últimas semanas, han dañado el prestigio de uno de los museos más célebres del gigante asiático, que intenta por todos los medios rehacer su imagen.
Lo que los internautas chinos han denominado la «semana de la vergüenza» para uno de sus símbolos culturales comenzó el 9 de mayo con el robo de nueve objetos del museo (cajas de oro y plata cubiertas de piedras preciosas).
El hurto, que no se desveló a los medios hasta dos días después, obligó a los responsables del museo a pedir disculpas.
Se trataba del primer latrocinio sufrido por el antiguo palacio imperial en 24 años (y el primero desde que el lugar forma parte de la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco), un tiempo durante el que los responsables del museo se jactaron de que era impenetrable, un «búnker».
Sólo un día después de darse a conocer la noticia, el presunto ladrón fue capturado, algo que aprovecharon tanto el museo como los cuerpos de seguridad para intentar «lavar su imagen» obligándole a confesar el robo ante las cámaras de la televisión nacional.
Error. Los medios oficiales se apresuraron a publicitar la recuperación de algunos de los objetos sustraídos, aunque tres siguen desaparecidos.
Ello no evitó las críticas y burlas, especialmente en internet, por ejemplo, en torno al hecho de que el caco no fuera un ladrón «profesional», sino un mero campesino de 28 años que simplemente esperó a que cerraran el museo.
A esta polémica se han unido otras también en torno a la Ciudad Prohibida, como cuando la semana pasada un error ortográfico en una pancarta del museo causó un ridículo.
En el cartel se suponía que los responsables del centro debían animar a los visitantes a «defender la patria», pero, por un error de imprenta, lo que se escribió es que había que «socavar la patria».