Doña Braulia es mamá y da trabajo a otras madres
La señora administra un restaurante en el que laboran otras mamás
Hasta la comunidad de Macajlaya, en el municipio de Chuma, a 350 kilómetros de La Paz, llegó la historia de Braulia Quenallata o doña Braulia, una mujer y madre que emplea a otras cuatro mamás porque conoce sus necesidades. Por eso, llegan desde esa región buscando a su benefactora.
En el restaurante 15 de Agosto, de la zona de Pampahasi Central, que esta señora administra, se lee un sugestivo letrero: «No tengas envidia de mí, porque no soy rico. Apenas tengo trabajo».
La frase muy bien podría resumir el espíritu solidario que ella siempre mostró con otras madres y mujeres desde aquel lejano 1986, cuando llegó por primera vez a la sede de gobierno con 18 años cumplidos. «Ella siempre es así, muchas vienen a pedirle trabajo y ella les da en la cocina», confirma su esposo Víctor Urquiete, nacido también en Chuma y que conoce a doña Braulia desde joven.
Durante los 11 años de vida del restaurante 15 de Agosto, cuatro cocineras —y madres a la vez— ayudaron a su dueña: Juana Turpo, que trabajó cerca de tres años; Flora Canuri, que cocinó por otros tres años; Marcelina, su propia hermana, que también formó parte del personal por unos dos años; y María Suri, que ya lleva tres años a su lado.
Las cuatro son madres y siempre se muestran agradecidas con doña Braulia. El 2008, Canuri la nombró madrina de una de sus hijas. Actualmente, Flora tiene su propio local, mientras que Juana Turpo y su esposo volvieron un fin de semana para darle sus agradecimientos, pues la consideran una verdadera madre.
«Mi mamá ayuda siempre a otras personas, a los que no tienen y también a los que tienen. Eso es muy lindo y por eso junto a mi hermana Maribel la queremos mucho, porque es única en el mundo», refrenda orgulloso su hijo Christian, de 17 años.
En las horas previas al Día de la Madre, doña Braulia estuvo muy afanada ya que debía cocinar brazuelo, además de una variedad de 25 de platos extras para celebrar esta fecha. Su incansable voluntad y emprendimiento los contagia a todos quienes trabajan con ella. «Es mi tía, pero es como mi madre, porque con ella aprendo y además me da trabajo», sostiene Mary, una joven de 17 años que llegó hace dos meses de Macajlaya.
A sus 43 años, doña Braulia recuerda sus primeros días en La Paz. «Vine para ayudar a uno de los hermanos de mi papá (Santiago). Mientras mi mamá (Dionisia) no paraba de llorar en mi pueblo». La chumeña trabajó después como trabajadora del hogar con unos residentes franceses, durante 15 años, hasta que éstos decidieron volver a su país.
Empresaria. Si bien doña Braulia radicó en La Paz desde 1986, nunca dejó de visitar su comunidad, y fue en 1996 —luego de bailar morenada con su esposo— que nació la idea de abrir un restaurante. «Aquella vez pensamos llamarle en principio Urkupiña, pero al final quedamos en que se denomine 15 de Agosto, por la fiesta de Chuma en honor a la Virgen de la Asunta», cuenta.
Una reunión con cuatro amigas y las consultas al BancoSol para obtener un crédito inicial de 500 bolivianos dieron forma al proyecto final. No fue, sin embargo, hasta el 2011 que abrieron el local, alquilando un salón de fiestas en Pampahasi Central, justo al frente de donde hoy está ubicado el restaurante 15 de Agosto. En esa ocasión, junto a su familia compraron cubiertos, platos y ollas, pero no había mesas ni sillas.
«Esa vez alquilamos ocho mesas y 40 sillas. Así empezamos», recuerda la madre de familia con nostalgia. Primero prepararon 25 platos, que se acabaron el primer día, después 35, luego 40. «Cada vez nos pedían más platos», admite doña Braulia. En la actualidad, en el local, los domingos se acaban unos 120 platos. Además se atienden pedidos de hasta 70 platos para acontecimientos familiares y otros privados en toda la ciudad.
«Ahora pagamos alquiler por este local, pero mi sueño es que un día tengamos nuestro propia casa y restaurante, y si es posible, seguir ayudando a madres que necesitan trabajo», señala doña Braulia, abrazando a su esposo Víctor.
El secreto del ‘15 de agosto’
El brazuelo es uno de los platos más preferidos por los clientes del restaurante 15 de Agosto y cuando a doña Braulia se le pregunta sobre cuál es su secreto, se limita a indicar: «Hay que ponerle ganas a todo y todo te saldrá bien». Para esta experta en la cocina la perseverancia es otra de las claves. El local se encuentra en Pampahasi Central, frente a la parada de los minibuses que salen a Chicani, y los teléfonos para los pedidos son 2257846 y 725-87516.
La alteña Felipa es padre y madre para sus 7 hijos
Es difícil ser padre y madre a la vez, pero la alteña Fortunata Alvarado de Mora lo consiguió y ahora tres de sus siete hijos forjan su destino en la vida.
Hace 22 años, el padre de sus vástagos la abandonó, y ella se dedicó a la venta de ropa para bebés, artículos para el hogar, adornos, ollas, platos y otros. Responsabilidad es el principal valor que inculca a sus hijos, que ahora ven con optimismo el futuro. Esta madre quiere ser un ejemplo no sólo para sus hijos, sino también para las mujeres alteñas.
Arminda Quispe es otra mamá que mantiene sola a sus dos hijos desde el 2007, cuando quedó viuda. Ella se hizo cargo del negocio familiar —el transporte público— y lo hizo crecer.
Luisa Masías provee la mejor yuca a Santa Cruz
Nadie es profeta en su tierra. Así dice la frase y la cochabambina Luis Masías es una muestra de ello. Nació en Cochabamba y hoy la madre de familia es una de las principales proveedoras de yuca en Santa Cruz.
Luisa comenzó su actividad con la venta de verduras en 1993 y después de varios años de trabajo constante, se convirtió en una de las principales comercializadoras mayoristas de yuca del mercado cruceño Abasto.
La ejemplar madre trabaja de martes a domingo, desde las dos de la madrugada hasta las ocho de la mañana. Su familia cuenta con un inmueble propio en el barrio El Bajío y dos autos para el transporte de carga, con los que labora desde el interior.