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Los wayuu reafirman sus saberes de pacifistas

Los palabreros de la etnia wayuu, que habitan un amplio territorio entre Colombia y Venezuela, reafirmaron el fin de semana sus saberes dirigidos a la resolución pacífica de conflictos, los que les llevaron a ser reconocidos por la Unesco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

En Uribia, la capital de este pueblo aborigen y ubicada en el departamento colombiano de la Guajira, al norte, concluyó el domingo el vigésimo quinto Festival de Cultura Wayuu, donde se rindió un emotivo homenaje a estos sabios llamados «palabreros».

Este pueblo, conformado por unos 150.000 aborígenes, busca robustecer su cultura y avanzar en la construcción de un reconocimiento que los visibilice y les garantice sus derechos como nación.

«Nosotros conocemos la ley guajira, que en todo el sentido de los wayuu es una defensa propia de nuestras comunidades», explicó a EFE el palabrero venezolano José Luis Fernández Jayaliyú, quien atravesó esa frontera, para ellos imaginaria, y se sumó al festival.

Límites. Y es que pese a la frontera entre Estados, los wayuu no la ven como tal, ya que este pueblo vivió siempre en un territorio que identifican con su «gran nación wayuu». Por eso, aseguró Fernández, su objetivo es que los gobiernos de Colombia y Venezuela, así como la sociedad en general, los reconozca.

El palabrero juega un rol principal al interior de la comunidad, pues transmite la palabra y con ella saberes y costumbres que conforman las leyes o normas de convivencia, al tiempo que ejerce de mediador cuando hay disputas.

«Ejercen como agente social y resguardan los conocimientos de la cultura, conocen el territorio y deben conocer la mayoría de los clanes», explicó a EFE otro líder, Joaquín Prince. Sergio Kohen, un palabrero ciego de nacimiento, detalló que los conocimientos se adquieren desde niño «interviniendo en problemas, buscando la solución y siempre la paz y la convivencia pacífica».