Lo hace por convicción y está seguro que, aunque pequeño, su gesto puede cambiar la vida de otros. Efraín Fernández dona sangre cada tres meses y para él, esto se ha convertido en una razón de vida y una forma de contribuir a la sociedad.
Fernández es una de las tres personas que hoy recibirá un reconocimiento del Banco de Sangre, en ocasión del Día Mundial del Donante, gesto con el cual la entidad quiere agradecer a los miles de bolivianos que anualmente dan un poco de sí para salvar vidas de quienes lo necesitan.
Además de él recibirán un reconocimiento Pedro Contreras y Freddy Arano. «Donar sangre cada tres meses se ha convertido en una razón más de mi vida», dice.
«La vocación de servicio a la comunidad me la inculcó mi padre, que era médico, y eso me hizo ver que hay mucha gente, sobre todo de escasos recursos, que a veces no puede acceder a distintos tratamientos o precisa sangre. Hay atletas, niños que cada día necesitan sangre para vivir. Por ello creo que hacer una donación se constituye en un aporte, aunque sea chiquito», afirma.
Para Fernández, de 38 años, este gesto se constituye también en un acto de fraternidad. «Y creo también, como cristiano, que es un acto de solidaridad. Las actitudes también son una forma de predicar el Evangelio».
Está casado y tiene un hijo de 17 años. Su fuente laboral está al final de El Prado y desde hace dos años, cada tres meses, camino a la oficina o camino a su casa, se acerca a la ambulancia que se estaciona frente al cine Monje Campero y dedica unos minutos para donar una unidad de sangre.
«Es una acción que me provoca satisfacción personal, lo hago para contribuir a la sociedad. Creo que en este tiempo la gente piensa mucho de manera individual y pensar en los demás nos ayuda a ser una mejor sociedad».
Pasos que sigue el donante
Análisis
Primero se hace un análisis de la calidad de la sangre.
Seguimiento
Los donantes reciben un carnet para el seguimiento. Sólo pueden donar cada tres meses.
Seguridad
Tras la donación reciben galletas y leche y se sugiere no hacer actividad física extrema durante un día.
El tráfico de sangre es delito
Hay gente que acude a los hospitales privados para vender sangre
Los traficantes de sangre la comercializan en Bs 500 e incluso Bs 1.500 la unidad. La directora del Banco de Sangre de la red pública nacional, María del Carmén García, advierte que es un delito y que el control social debe tomar cartas en el asunto.
«La población debe entender que no debe proveerse de sangre de quienes hacen tráfico sanguíneo y deben reclamarlo en el marco del control social para ayudar al sistema público a combatir a estas personas», sostiene.
Según García, la venta de sangre, de parte de personas que actuan sin ética, se produce sobre todo en clínicas privadas.
Incurren en la comisión del delito aquellas instancias que obtienen sangre de personas de alto riesgo y que sin ninguna evaluación y control de esa materia, se las dan a las personas enfermas y necesitadas produciendo reacciones transfusionales negativas.
Lo peor, dice García, es que las personas que reciben esta sangre se convierten en un vehículo de transmisión de enfermedades como el VIH-Sida, hepatitis, chagas y sífilis entre otras.
Remarca que el control social, permitirá fortalecer el sistema público y la red de bancos de sangre del país, que son los únicos que garantizan que la sangre que se va a transferir a los enfermos está libre de enfermedades.