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La ‘primavera árabe’ cumple seis meses sin rumbo definido

La seguidilla de protestas y revueltas, que azuzaron las esperanzas democráticas en esta región del mundo, se han convertido hoy en un cortejo de conflictos, crisis y graves problemas económicos.

«La situación es hoy más difícil», estima Rabab al Mahdi, profesora de ciencias políticas de la Universidad Americana de El Cairo (AUC), seis meses después de que un vendedor ambulante se inmolara con fuego en Túnez el 17 de diciembre, punto de partida de una vorágine de revueltas en el mundo árabe.

«La idea de que se podía salir a las calles para derrocar un régimen como sucedió en Túnez y en Egipto se pone en duda con el caso de Libia, de Siria, de Yemen y de Bahréin», advierte Al Mahdi.

Para Antoine Basbous, del Observatorio de los Países Arabes (OPA) en París, la diversidad prevalece. A pesar de los lemas a menudo idénticos y las esperanzas compartidas, «no hay dos movimientos que se parezcan», señala.

Túnez, pionero de la «primavera árabe» que ha fijado para el 23 de octubre las elecciones tras la partida de Zine el Abidin Ben Alí, parece estar bien encaminado en una transición, a diferencia de Egipto, donde «hay ciertas dificultades», comenta.

En Egipto, donde muchos temen que los islamistas salgan fortalecidos tras la partida de Hosni Mubarak, el ejército en el poder parece querer únicamente «un cambio de fachada». En estos dos países, las graves dificultades económicas que acompañaron los cambios de régimen llevaron a la comunidad internacional a movilizar miles de millones de dólares en ayudas.

Yemen, cuyo presidente Alí Abdalá Saleh está hospitalizado en Riad luego de resultar herido en un ataque, corre el riesgo de sumergirse en una situación similar a la de Somalia, donde reina el caos y el Estado se desintegra, agrega Basbous.

Bahréin ya vivió su «contrarrevolución» luego de la represión de las protestas de febrero y marzo.

 En Libia Muamar Gadafi, que se aferra al poder pese a una insurrección interna y a los bombardeos de la OTAN, «parece maduro como para caer, falta saber cuándo». En Siria, el régimen puso en marcha una represión masiva, «está decidido a defenderse y aún tiene recursos».

El riesgo de contagio a otros países es real pero incierto. «Los efectos sobre el resto de la región dependerán del resultado obtenido en estos países», observa Rabab al Mahdi.

EEUU gasta millones de dólares 

EEUU ha gastado más de 715 millones de dólares en las operaciones militares y humanitarias en Libia, desde que estalló la violencia. La cifra figura en un informe del presidente Barack Obama enviado al Congreso, en el que insiste en que no excedió sus atribuciones.