Sociedad

Friday 26 Apr 2024 | Actualizado a 07:00 AM

La madera mara desaparece debido a la explotación ilegal e irracional

Producción. En La Paz quedan pequeñas áreas; el roble y el cedro corren igual riesgo

Por La Razón

/ 26 de junio de 2011 / 05:00

La directora regional de la Autoridad de Fiscalización y control Social de Bosques y Tierra (Abt) en La Paz, Silvia Mejía, alerta que la especie empezó a desaparecer en la zona boscosa del departamento debido al tráfico de madera; la tala —afirma— se produce incluso en áreas protegidas

«Hay una disminución de esta especie que hoy está en peligro de desaparecer. Aunque todavía hay mara y mara macho en el norte del departamento, la cantidad es muy poca, a diferencia de otros años. La mara ha sido la especie más saqueada, los plantines jóvenes que aún tenemos son escasos y se necesitan unos 20 años de descanso en el aprovechamiento para que puedan recuperar su capacidad en el orden comercial», explica la autoridad regional.

La cedrelinga catenaeformis o mara, como es su nombre comercial, es una especie arbórea perteneciente a la familia de las leguminosas de crecimiento lento y tolera muy bien las sequías. En Sudamérica sólo se reproduce en Brasil, Bolivia, Ecuador, Perú y Venezuela. Es una especie forestal con características valiosas e ideal para la ebanistería, por lo que es muy cotizada en el exterior. Está entre las cinco especies forestales más apreciadas del amazonas.

Según datos de la Abt, la mara empezó a ser aprovechada comercialmente desde la década de los años 50 del siglo pasado y los muebles elaborados con ello se comenzaron a exportar desde la década del 70, en especial a Estados Unidos. Actualmente, su comercialización está restringida debido a que la densidad de cada árbol es mínima en áreas protegidas y casi no existe en las áreas forestales para la explotación.

El ejecutivo de la Federación de Artesanos y Trabajadores en Madera (Fatma) de El Alto, Germán Cota, explica que los afiliados a esa entidad dejaron de elaborar muebles con mara hace años debido a que no ésta prácticamente desapareció del mercado legal y si se encuentra, es a precios altos y de mala calidad.

«La madera mara no existe para nosotros, por eso acudimos a otras especies como la ochoa, solimán, gabú, cedro y roble, que también están empezando a desaparecer». En efecto, en un recorrido realizado por la feria 16 de Julio de El Alto, la semana anterior, este medio constató que esta es la materia prima que se usa.

«Esta situación (la escasez cada vez más frecuente de especies) nos obliga a salir en protesta», indica Cota. Hace dos semanas, este sector salió en marcha de protesta exigiendo al Gobierno madera para elaborar muebles y mejores niveles de control para frenar el contrabando de especies.

Cota afirma que, debido a la falta de madera, los talleres de 3.000 microempresarios del rubro en El Alto corren riesgo de cerrar.

Estudio. Hoy, no se tienen datos concretos sobre la población de árboles de mara. Pablo Antelo, presidente de la Cámara Forestal de Bolivia, que aglutina a las empresas que trabajan de manera legal, adelanta que al ser esta especie una de las más comercializadas en el mercado y al estar prácticamente extinta, esa institución desarrolla una investigación para establecer si se cumplió con la norma en lo que hace al repoblamiento.

«Se está terminando un estudio,una investigación, en base a las poblaciones de mara que existen y de otras especies comercializadas. Antes de la (aprobación de la) Ley Forestal fueron extensas las áreas que se destinaron a la explotación maderera, pero luego el compromiso fue de hacerlo de manera sostenible y el estudio nos dirá si se cumplió con ese fin y en que medida», expresa Antelo.

El empresario calcula que será a partir del 2018 que se podría contar con árboles desarrollados plenamente para su uso comercial en las áreas forestales, no solamente de la mara sino de las otras especies sobreexplotadas.

La directora regional de la Abt advirtió que de continuar el contrabando de madera en el norte paceño, otras especies también están en peligro de desaparecer. «Otras que podrían correr la suerte de la mara son el roble y el cedro, que se encuentran en poca cantidad en el municipio de Ixiamas y La Asunta», manifestó.

En febrero de este año el director Nacional de la Abt, Cliver Rocha denunció que el 2010 se confiscaron 43.000 metros cúbicos de madera ilegal, lo que equivale a 1.600 camiones cargados del producto y que pretendían salir del país rumbo a Perú y Brasil. «Se vulnera la soberanía, hay ciudadanos extranjeros que sacan madera (en camiones) con placas brasileñas y de otros países. No nos interesa tanto decomisar la madera, sino evitar la muerte ilegal de un árbol desarrollado», expresó

Bolivia, sexto en el mundo con mayor área boscosa
Bolivia es el sexto país en el mundo con mayor extensión de bosques tropicales y rico en biodiversidad, en tanto que en el continente ocupa el segundo lugar por esta condición. En total posee 56 millones de hectáreas del recurso, que abarcan cerca del 50% de la superficie del territorio. Son áreas boscosas que requieren de un manejo sostenido.

La Ley Forestal que se aplica rige desde1996
El 12 de julio de 1996, durante la gestión de gobierno del expresidente Gonzalo Sánchez de Lozada, se promulgó la Ley Forestal (No. 1700), que aún está vigente. Los indígenas de tierras bajas pidieron redactar y aprobar una nueva, porque consideran que las concesiones para explotar la madera no cumplen con la función económica social.

Las concesiones forestales son cada vez menos
Según datos de la ABT, en Bolivia existían 59 concesiones forestales, es decir, territorios legalmente otorgados a la empresa privada para la explotación sostenida de bosques. Del total, 17 caducaron entre 2007 y 2010. En porcentaje, 58% de los permisos fueron otorgados en Santa Cruz, 26% en Pando, 10% en Beni, 6% en La Paz.

Bosques bolivianos poseen incontable diversidad
Según datos de la Fundación Amigos de la Naturaleza, Bolivia es un país con un alto potencial forestal porque 48% de su superficie total está cubierta de seis tipos diferentes de bosques. Estudios e inventarios registraron alrededor de 14.000 especies de plantas nativas con semillas, pero se calcula que existen más de 20.000 especies.

El bosque de El Choré se redujo en 30 años

Hace más de tres décadas, la región del Choré (en Santa Cruz) tenía una extensión que sobrepasaba el millón de hectáreas de bosque; sin embargo, el crecimiento de la frontera agrícola ha dejado hoy en día sólo algunos árboles de pie y prácticamente desapareció lo que un día fue el hábitat de los animales salvajes, afirman dos representantes de la Cámara Forestal de Bolivia (CFB).

El gerente general de la entidad forestal, Jorge Ávila, sostuvo que la deforestación cobró su primera factura en la zona del Choré, debido al avasallamiento de la actividad agrícola a lo que eran las concesiones forestales legalmente establecidas en el área.

«Un ejemplo de la deforestación en el territorio se encuentra en El Choré, esta zona  estaba conformada antes por más de un millón de hectáreas de bosque y fue declarada producción forestal permanente en 1966, es decir, ahí sólo debía existir actividad forestal sostenible, pero la agricultura ganó terreno y la tierra se quedó árida», afirmó.

El presidente de la CFB, Pablo Antelo, aseveró que las pequeñas migraciones masificadas desde hace tres décadas empezaron a deforestar el bosque para ganar terreno e iniciar con la actividad agrícola, a lo que se sumó la explotación ilegal de toda la variedad de árboles de al región para convertirlos en madera.

«En la zona actualmente hay una sola empresa que trabaja legalmente en la explotación forestal, pero lo hace a  medias porque los campesinos dedicados a la agricultura no lo dejan», sostuvo. También  agregó que en el área estaban legalmente establecidas 17 empresas, pero casi todas fueron expulsadas porque ya no  existen árboles.

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Un asunto oscuro

Según la presidenta ejecutiva de YLB, la acusación fue fruto de una investigación técnica realizada a lo largo de dos años

Por La Razón

/ 25 de abril de 2024 / 06:59

La todavía incipiente industria del litio en Bolivia no puede salir de las sombras. Al violento arresto del exministro de Minería y exresponsable de la planta en la región de Lípez en Potosí, Luis Alberto Echazú, se ha sumado, ayer, la muerte del exgerente ejecutivo de Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB). El tema se ha politizado y, ahora, judicializado, pero del negocio no hay más que promesas.

Los contornos del caso, la actuación presuntamente arbitraria e irregular de la Fiscalía el lunes, según denuncia del abogado de Echazú, así como las declaraciones de jerarcas y portavoces del ala evista del MAS, hacen pensar en intereses políticos ligados a la sorda pelea por el poder en el partido gobernante antes que en aquellos ligados al efectivo despegue de la industria del litio en el país. El intercambio de acusaciones, con y sin fundamento, en nada ayuda a reactivar el proyecto.

Lea también: Ley ‘antihombres’

El tono y el contenido de una “carta abierta” firmada por el exgerente de YLB, Juan Carlos Montenegro, otro de los imputados, antes de morir (incluyendo una última línea en la que pide perdón a sus seres queridos por el “dolor” que les causará “esta mi decisión”), hace pensar en que detrás de la acusación hecha el jueves de la semana pasada por la actual gerente del proyecto y el procurador del Estado, además de la sorprendentemente rápida actuación del Ministerio Público, hay mucho más que la búsqueda de justicia o de castigo a la corrupción.

Según la presidenta ejecutiva de YLB, la acusación fue fruto de una investigación técnica realizada a lo largo de dos años, asunto del cual ni ella ni su antecesor habían dicho nada anteriormente. Al ser conducido a celdas policiales, el exministro, ahora en detención domiciliaria, afirmó que “el Gobierno quiere ocultar tres años y medio” de parálisis en el que debería ser el proyecto más importante del Estado Plurinacional en los últimos años.

Coincidiendo con la denuncia de YLB contra exfuncionarios de la institución, el mismo día, el Presidente del Estado acusó a “potencias mundiales” y un “país vecino” de pretender controlar los recursos naturales del país, especialmente el litio, bloqueando las exportaciones y excluyendo a Bolivia en procesos estratégicos de comunicación. A la luz de lo sucedido en los últimos años, es evidente que el principal obstáculo está en el Estado y no fuera de las fronteras.

Mientras Chile se abre a las inversiones de riesgo compartido y se propone recuperar el sitial de primer exportador de litio en el mundo en los próximos dos años, y el presidente de Argentina busca entregar las reservas de su país a las transnacionales del sector, Bolivia todavía no ha mostrado cuál es su estrategia de industrialización y comercialización del preciado mineral, al extremo que ni siquiera ha transparentado los acuerdos (no contratos) que tiene con empresas chinas y rusas. Así, es imposible tener optimismo en el futuro del litio.

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Ley ‘antihombres’

Los datos son innegables y terribles: la violencia contra las mujeres, lejos de disminuir, persiste e incluso aumenta.

Por La Razón

/ 21 de abril de 2024 / 00:27

La penosa declaración del presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, en sentido de que la Ley 348 es una ley “antihombres” (sic), puso en agenda la cuestión irresuelta de la violencia contra las mujeres. Rodríguez recibió fuertes críticas, pero también adhesiones. Lo preocupante es que fomenta a grupos antiderechos y pone en riesgo una norma que protege a las mujeres.

 La ley integral para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia (Ley 348) fue promulgada por el presidente Morales en marzo de 2013. Su objeto es establecer mecanismos, medidas y políticas integrales de prevención, atención, protección y reparación a las mujeres en situación de violencia, así como la persecución y sanción a los agresores. Se trata de una ley avanzada, resultado de muchos años de lucha de las mujeres por sus derechos en una sociedad patriarcal y machista como la boliviana.

En 11 años de vigencia, la Ley 348 permitió el registro de centenas de miles de denuncias de violencia contra mujeres en el país. Según datos del Observatorio de Género de la Coordinadora de la Mujer, el año pasado hubo casi 52.000 denuncias. Los casos de violencia familiar o doméstica, que son la mayoría, se incrementaron en 193% entre 2013 y 2023. Cada día, en promedio, hay 142 denuncias de violencia contra mujeres, 30 agresiones sexuales, 104 embarazos de niñas y adolescentes. En 2023 se registraron 81 feminicidios.

Los datos son innegables y terribles: la violencia contra las mujeres, lejos de disminuir, persiste e incluso aumenta. Por ello son deplorables afirmaciones tan ligeras como que la Ley 348 es una “ley antihombres” o, peor, que “la violencia no tiene género”. Si bien existen acusaciones falsas contra hombres, e incluso detenciones arbitrarias presumiendo culpabilidad, ello no atenúa ni menos niega la abrumadora evidencia de que las mujeres son las victimas sistemáticas de actos de violencia en todas sus formas.

En su capítulo de derechos fundamentales, la Constitución señala con claridad que “todas las personas, en particular las mujeres, tienen derecho a no sufrir violencia física, sexual y psicológica”. Y establece que el Estado tiene la obligación de adoptar las medidas necesarias para prevenir, eliminar y sancionar la violencia de género.

Con ese mandato constitucional, la Ley 348 define mecanismos para proteger a las mujeres. Y traza la ruta para la denuncia, persecución y sanción penal de los agresores.

Es evidente que se requiere una reforma normativa y hay valiosas propuestas para el efecto. Pero sobre todo fallan los operadores del sistema judicial. Claro que debe evitarse que haya hombres inocentes en prisión, pero sobre todo que los feminicidas y violentos estén libres. Las polémicas palabras del presidente del Senado tendrían que servir para debatir el tema, mejorar la ley, garantizar en serio para las mujeres una vida libre de violencia y frenar las muy peligrosas campañas antiderechos.

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Un vecino conflictivo

El gobierno de Milei podría estar buscando consolidar su base política mediante el nacionalismo y el anti-izquierdismo

Por La Razón

/ 18 de abril de 2024 / 07:06

Días atrás, la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, informó que había decidido reforzar la seguridad en la frontera con Bolivia debido a la supuesta presencia de cientos de militares iraníes en el país. La respuesta de la Cancillería boliviana fue tan rápida como mesurada, en evidente contraste con el tono que está adoptando el gobierno de Javier Milei.

Desde el inicio, la presidencia de Javier Milei ha sido notable no solo por sus políticas internas de shock, sino también por su manejo de las relaciones internacionales, especialmente con países latinoamericanos de gobiernos considerados izquierdistas. Sus controversiales interacciones con líderes regionales han generado un amplio debate sobre las estrategias diplomáticas y sus implicaciones tanto a nivel regional como doméstico.

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Primero, el intercambio de insultos con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, provocó una rápida escalada de tensiones que afortunadamente no pasaron a más. Milei respondió a las críticas de López Obrador, quien había tildado a Milei de “facho conservador”, con términos igualmente duros, exacerbando las fricciones bilaterales. Este tipo de diplomacia de confrontación no solo socava las relaciones tradicionalmente cordiales entre Argentina y México, sino que también plantea preguntas sobre la estabilidad regional.

Por otra parte, las relaciones con Colombia se tensaron significativamente después de que Milei llamara al presidente Gustavo Petro «comunista asesino». Esta declaración provocó una pronta respuesta diplomática de Colombia, incluyendo el llamado de su embajador en Buenos Aires, lo cual subraya la seriedad del conflicto y el impacto en las relaciones diplomáticas; por ahora las relaciones entre ambos países están normalizándose y los respectivos embajadores han regresado a sus funciones.

Asimismo, la afirmación de la ministra Bullrich sobre la presunta presencia de militares iraníes en Bolivia añadió más leña al fuego, mostrando una tendencia hacia declaraciones provocativas que pueden tener serias repercusiones diplomáticas y de seguridad. Algo similar había ocurrido poco antes, cuando el presidente Milei afirmó que el gobierno de Chile iba a llevar a ese país a la pobreza por adoptar políticas socialistas. En ambos casos la respuesta fue pronta, mesurada y contundente.

En el frente interno, estas controversias internacionales parecen servir como una cortina de humo para desviar la atención de los problemas económicos graves que enfrenta Argentina, como la inflación y el estancamiento económico. Al centrarse en conflictos externos, el gobierno de Milei podría estar buscando consolidar su base política mediante el nacionalismo y el anti-izquierdismo, mientras posterga o minimiza la discusión sobre la necesidad de reformas económicas internas profundas.

Es posible que las tácticas de confrontación de Milei tengan un atractivo político inmediato entre ciertos sectores en Argentina que le son afines, pero los riesgos asociados a alienar a países vecinos y potenciales socios comerciales son altos, especialmente en el mediano y largo plazos, cuando el polémico mandatario ya no esté en funciones.

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Los medios en cuestión

Por La Razón

/ 14 de abril de 2024 / 00:20

El reciente estudio Delphi de la Fundación Friedrich Ebert (FES-Bolivia), realizado con líderes de todo el país, revela datos delicados respecto a los medios de comunicación y su desempeño. Además de una baja confianza, se percibe a los medios como promotores del conflicto y como actores políticos que informan en función a su agenda e intereses. La evaluación es crítica.

Hubo un tiempo en que los medios de comunicación y periodistas, en general, estaban en la cima de la confianza ciudadana. Junto con la Iglesia Católica, tenían muy alta legitimidad. Hoy es diferente: en la Delphi de la FES, solo el 7% tiene una confianza alta o muy alta en los medios. Para el 39% es regular. Y un mayoritario 54% confía poco o nada. Estos datos debieran preocuparnos. Si bien estamos mejor que otras entidades, la confianza es un bien preciado que los medios debemos recuperar y preservar.

En un contexto en que los medios digitales y las redes sociales tienden a desplazar a los medios de comunicación tradicionales como principal fuente de información, es necesario hacer un examen acerca de nuestro desempeño. ¿Cómo nos evalúan los líderes? Más de dos tercios, nada menos, sostienen que los medios informan en función a su propia agenda e intereses. Si sumamos el 13,5% que nos perciben como manipuladores, el saldo es muy negativo. Solo un marginal 7% cree que los medios informan con veracidad.

La baja confianza en los medios y la percepción de que informan más pensando en ellos mismos que en la sociedad, quizás se explican, entre otros factores, porque varios operadores mediáticos están polarizados y alientan la polarización. Lo vimos como tragedia en la crisis de 2019, cuando algunos medios y periodistas avalaron y hasta justificaron las masacres. Ello se reafirma en la Delphi: 86% de los líderes consultados sostienen que los medios promueven enfrentamientos y conflictos en el país.

Por si fuera poco, en estas percepciones reveladoras de la situación del campo mediático en Bolivia, casi nueve de cada 10 participantes en el estudio de la FES están de acuerdo con la afirmación de que los medios actúan como si fuesen actores políticos. Es tremendo. Para los liderazgos, la esencia de los medios se está perdiendo. En su balance, varios medios y periodistas están más cerca de la acción política que de la labor informativa. Eso, por supuesto, va en desmedro del periodismo.

Los estudios de percepción cualitativa y de opinión pública expresan tendencias generales en momentos determinados. Son útiles para la reflexión y el análisis. Y contribuyen a la autocrítica. Pero hay diferencias. Más allá de las percepciones aquí descritas, es meritorio el trabajo de medios que persisten en el empeño de cuidar y cultivar cada día los derechos a la comunicación e información. Como diario nos situamos en ese camino reafirmando nuestro compromiso con el libre ejercicio del oficio periodístico.

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Un impasse inédito

El camino hacia la resolución de este conflicto debe estar pavimentado con el respeto a las leyes internacionales

Por La Razón

/ 11 de abril de 2024 / 06:33

Aunque se afirma que no es la primera vez que ocurre en la historia reciente, lo sucedido en Quito la noche del viernes al sábado, cuando la Policía irrumpió en la Embajada de México ante Ecuador, representa mucho más que un escándalo diplomático y ha puesto al país andino en un impasse del cual será muy difícil salir, mucho más debido a la hasta ahora arrogante posición de su gobierno.

El conflicto diplomático entre México y Ecuador, cuyo antecedente inmediato fue la declaración de persona no grata a la embajadora mexicana, que luego dio paso al secuestro y encarcelamiento del exvicepresidente Jorge Glas, que acababa de recibir el estatus de refugiado político (pese a haber sido condenado por delitos comunes años atrás), ha escalado hasta alcanzar los estrados de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), donde México ha presentado una demanda buscando justicia y el respeto a las normas internacionales.

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La decisión de México de acudir a la CIJ y la convocatoria a sesiones extraordinarias de la Organización de Estados Americanos (OEA) los días martes y miércoles reflejan la gravedad de la situación y la necesidad de un marco de acción que respete los principios fundamentales de la diplomacia y el derecho internacional. Estos foros ofrecen una oportunidad invaluable para abordar el conflicto de manera constructiva, poniendo en primer plano la necesidad de soluciones pacíficas y el diálogo basado en el respeto mutuo, razón por la cual la demanda ecuatoriana de revisar los tratados internacionales es poco prudente.

En estas circunstancias, la comunidad internacional, así como los organismos regionales y multilaterales, deben actuar como mediadores para facilitar una resolución que respete las normas internacionales y promueva la estabilidad regional. Según expertos en la materia, la mediación debe enfocarse en la reconciliación y buscar una solución que permita a ambas partes superar el impasse, manteniendo la integridad de los tratados internacionales como guía.

Este conflicto sirve para poner en relieve la importancia de adherirse a los principios del derecho internacional no solo como un fin en sí mismo, sino como un medio para asegurar la paz, la seguridad y el respeto entre las naciones. La resolución de este caso podría sentar un precedente importante para el manejo de futuras disputas diplomáticas y reafirmar el valor de las convenciones internacionales como pilares de las relaciones entre Estados.

El camino hacia la resolución de este conflicto debe estar pavimentado con el respeto a las leyes internacionales y el compromiso con el diálogo y la negociación. Es imperativo que México y Ecuador, con el apoyo de la comunidad internacional y organismos como la OEA, encuentren una salida basada en el entendimiento mutuo y el respeto a los tratados que han guiado las relaciones diplomáticas durante décadas. Este enfoque no solo resolverá el impasse actual de manera justa, sino que también fortalecerá el sistema internacional basado en reglas, crucial para la coexistencia pacífica entre naciones.

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