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En 5 años, ni un solo infractor fue sancionado

G. T.  Desde el 2006, la Alcaldía de La Paz cuenta con un Reglamento de Aseo Urba e fija multas para quienes orinan, ensucian y echan basura en espacios públicos. Sin embargo, en cinco años de vigencia no ha sido sancionada ni una sola persona.
Las subalcaldías tienen la responsabilidad de identificar a los infractores, pero ni siquiera pueden hacer el control por falta de personal.

El Reglamento de Aseo Urbano impone una misma multa pecuniaria para quienes echan basura o escombros o hacen sus necesidades biológicas, en espacios públicos.

El monto se calcula en las Unidades de Fomento a la Vivienda (UFV). Hasta el viernes 24 de julio, una UFV equivalía a 1,63 bolivianos.

La primera vulneración de la norma se sanciona con una multa de 200 UFV, que equivale a Bs 326.    Si la misma persona es sorprendida por segunda vez, la infracción asciende a 500 UFV, equivalente a Bs 815, y si hay una tercera transgresión, el infractor debe cancelar hasta 1.000 UFV o Bs 1.630.
 
IMPEDIMENTO. Pese a que el reglamento está vigente desde el 2006, hasta la fecha no se ha sancionado a nadie debido a los procedimientos.  La directora general del Sistema de Regulación y Supervisión Municipal (Siremu), Rosmery Gardeazábal, explicó que la notificación para sancionar a los infractores es el principal problema para aplicar la norma, debido a la falta de control.

«Estamos en proceso de concienciación a la población con la emisión de notificaciones. A la par, hemos elaborado un Proyecto de Procedimiento Sancionatorio para agilizar los trámites contra quienes cometen esta infracción», declaró.   

Según el Siremu, en la ciudad de La Paz existen alrededor de 500 letreros de prohibido echar basura, ensuciar y orinar. Sin embargo, según constató

La Razón, las advertencias no intimidan a  quienes utilizan  espacios públicos como urinarios.

«Mientras se aprueba el proyecto de procedimiento para sanciones, nosotros realizamos, según cronograma, una labor de limpieza de los sectores que identificamos a veces a pedido vecinal», manifestó Gardeazábal. Felipe Flores, subalcalde del macrodistrito Max Paredes, reconoció que en su área existen cuatro espacios públicos que son usados como letrinas.

«Nosotros podemos tomar sanciones pecuniarias contra los infractores, pero es algo que sobrepasa la capacidad de personal establecido. Como Subalcaldía sólo podemos poner carteles. Lo mejor es seguir promoviendo la cultura ciudadana para que cambie la actitud de la gente», declaró

El martes 21 de junio, cuando realizó un recorrido por el macrodistrito Max Paredes, La Razón vio a al menos a una docena de personas infringir la prohibición, sin que haya acción vecinal o edil en su contra.

Flores se comprometió a maximizar esfuerzos y coordinar con el (Siremu) para mantener limpios los cuatro espacios citados y ejercer control.

El subalcalde del macrodistrito Centro, Ramiro Burgos, también reconoció que los dos puntos identificados por La Razón en su recorrido, (la plaza Fabril y la avenida Simón Bolívar) se convirtieron en urinarios a cielo abierto y manifestó que la única alternativa de solución  es la promoción de una cultura ciudadana.

«La solución al problema no es limpiar cada vez, dijo la autoridad, en referencia del espacio en San Francisco. Estamos seguros de que cuando las obras de revitalización estén terminadas, se van a recuperar todas las áreas que actualmente son utilizadas para otros fines», dijo.

Burgos lamentó que una parte de la población aproveche la existencia de algunos «rincones descuidados» por la realización de obras para dar otro tipo de uso a esos espacios públicos. «Los vecinos y los gremiales  son los que tienen que cuidar esos espacios y a veces no lo hacen».  

En el caso del muro de la avenida Simón Bolívar (ver nota principal) , que está al lado del mercado Las Velas, dijo que cuando se realicen la obras de mejoramiento éste espacio, este también será recuperado.

«Por ahora el talud no puede ser tratado, porque esas áreas tienen conflicto de derecho propietario  que no se termina de sanear. Lo importante es hacer énfasis en la cultura ciudadana, para educar a la población», insistió.

Se reciben quejas al 800-161777

El Sistema de Regulación y Supervisión Municipal (Siremu) cuenta con la línea gratuita 800-16-1777, en la que recibe denuncias sobre los espacios que son utilizados como mingitorios públicos.

«Nosotros enviamos a un inspector que verifica en qué situación está el espacio denunciado y, cuando corresponde, lo incluimos en un cronograma para realizar la limpieza», explicó a La Razón  la directora del Siremu, Rosmery Gardeazábal.  

Vecinos Reclaman
Olga Alarcón
‘Este rincón es un desastre’
«Este lugar de Callampaya es horrible. Los deportistas que vienen a la cancha de los Mormones, los choferes que vienen a comer, los ebrios que se juntan en la plaza son los que ensucian. El olor trasciende, pero parece que a las personas no les interesa ensuciar. Es un foco infeccioso que nos preocupa».  

Ignacio Callata
‘En vano están los carteles’
«Hay un cartel de prohibido orinar y echar basura, pero nadie hace caso. Si realmente se sancionara a los que vienen a ensuciar, la Alcaldía sería millonaria. Los comerciantes, los aparapitas, los alcohólicos y los transeúntes prefieren venir aquí antes que pagar 50 centavitos al baño, que está más abajo, por eso este lugar huele mal».