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Choferes urbanos de El Alto quieren desplazar a rurales

Con ese objetivo, ayer los choferes de esa organización volvieron a bloquear la carretera a Copacabana, como lo hicieron el viernes último, a unas cinco cuadras de la tranca de Corapata, que está ubicada en el municipio de Pucarani, y sólo dejaron transitar a los motorizados que no pertenecían a la federación interprovincial.

Según el reporte de Erbol, los minibuses que viajaban a Pucarani y Batallas buscaron vías alternas en medio de la pampa, pero fueron apedreados por los primeros. Ese medio de comunicación dio cuenta de un bus, cuya línea no supo identificar, que resultó con los vidrios rotos y con un pasajero herido con una pedrada en la cabeza.

Cerca a mediodía, los bloqueadores, acompañados con sus minibuses, marcharon rumbo al centro de El Alto, para reivindicar su demanda, con el argumento de que los transportistas interprovinciales les arrebatan pasajeros.

La pelea comenzó el viernes, cuando los urbanos de El Alto cerraron el paso cerca a Corapata, pero fueron repelidos por los viajeros a las provincias quienes utilizaron piedras e incluso dinamita. El lunes, este grupo marchó por el centro paceño para exigir de las autoridades «respeto a sus rutas», que dicen utilizar desde hace 50 años.

Ayer en la tarde, ambas partes fueron convocadas por el Viceministerio de Transporte para encontrar una solución al impasse. Los minibuses interprovinciales que parten a la altura del Ceibo, en la Ceja, continúan prestando el servicio pero sin sus discos de identificación por temor a sufrir agresiones.

Ellos explicaron que los urbanos están avasallando sus rutas tradicionales. «No queremos enfrentamientos, queremos soluciones. Exigimos que se nos deje trabajar. Hace 30 años realizo este trabajo, primero tenía un bus, luego un minibús y conozco bien la ruta hasta Achacachi, nunca tuve problemas hasta ahora que quieren invadir el recorrido», dijo Adolfo López.

El ejecutivo de su federación, José Antonio Condori, explicó que los «atropellos» de los alteños se iniciaron hace 10 años. «Han invadido muchas trancas, entre ellas la de Corapata, carreteras a Laja y Copacabana, Apolo y la provincia Pacajes; creemos que se debe regular y es el Gobierno el que debe frenar estos atropellos».

El secretario general del Sindicato Arco Iris, Wálter Nina, argumentó: «El recorrido que deberían realizar los interprovinciales es desde el lugar de origen hasta la tranca de Corapata y de este sector regresar a las provincias, de esa manera nadie se perjudica».

La pugna por rutas de transporte

-La tranca de Corapata se encuentra ubicada en el municipio de Pucarani, a unos 11 kilómetros de la extranca de San Roque. Está regentada por la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC). Antes, los peajes se pagaban en Senkata, pero la zona quedó completamente urbanizada, razón por la que la gestora estatal reubicó el punto de control.

-La tranca está sobre la carretera a Copacabana, que también se utiliza para viajar a Achacachi, Apolo, Charazani y otras poblaciones ribereñas del lago Titicaca. El tráfico interprovincial es intenso.

Transportes logra una pausa en la disputa

El Viceministerio de Transportes logró ayer en la tarde sentar en la mesa de diálogo a los representantes de la Federación Andina de Choferes 1ro. de Mayo de la ciudad de El Alto y de la Federación de Transporte Interprovincial de La Paz.

Al cabo de casi cuatro horas de reunión, logró «un cuarto intermedio» en la disputa entre ambos bandos hasta que logre analizar la situación y encuentre «soluciones concretas», informó el ejecutivo de los transportistas urbanos, Ismael Fernández.

«Se ha pactado un cuarto intermedio en el conflicto. En ese lapso nos hemos comprometido a un respeto mutuo, es decir que cada quien tiene que respetar las áreas de trabajo», comentó el dirigente, quien añadió que el viceministerio se comprometió a «analizar el tema y a dar soluciones concretas para que no haya más problemas entres las federaciones».

El encuentro que comenzó a las 15.00 se produjo por la presión realizada por los interprovinciales, que el martes marcharon por el centro de la ciudad y exigieron de las autoridades la búsqueda de una solución a la pugna entre sindicatos.

Mientras tanto, sus afiliados continuaban trabajando pero sin los discos de identificación para evitar represalias de los urbanos.