Del caos y la presunta desesperación surgió una idea brillante y única en la vida para burlarse del que iba a ser el peor fin de semana para Los Ángeles en cuestiones de tráfico. El ya célebre cierre para las obras de ampliación de un tramo de la autopista 405, la que conecta el Valle de San Fernando con Santa Mónica y el aeropuerto y las playas. Una semana antes de que se produjese el anunciado cierre, tres amigos comenzaron a planear su particular golpe. Matt Corrigan, de 29 años, su mujer Amanda, de 28, y un amigo cercano, Barry Neely, de 31, decidieron aprovechar el inusitado vacío de una de las autopistas más transitadas del mundo para celebrar una cena en medio de la carretera, según El Mundo.es.
Deprisa y corriendo para evitar que las autoridades descubrieran su osadía, instalaron una mesa con un mantel azul, velas y unos platos, para después brindar frente a la cámara de otro amigo, que accedió a cruzar con ellos las barreras de seguridad para inmortalizar la escena.
Para llegar hasta el lugar, saltaron una cerca y con ropa deportiva sobre un traje más elegante. El menú era pasta y zumo de arándano. Con las prisas de esquivar a la policía y a los camiones de la obra que se dirigían hacia los tres, uno de ellos se lo echó encima.
Tampoco tuvieron tiempo de comerse la pasta, puesto que sólo estuvieron tres minutos en la autopista. De hecho, uno de ellos salió en la imagen con un pantalón de deporte, sin margen para colocarse el atuendo que tenían preparado para la foto.