Un 25% de las viviendas ‘en la altura’ carece de autorización
Según el presidente del Colegio de Arquitectos de El Alto, Freddy Herrera, la nueva tendencia muestra que el alteño intenta salir del carácter introvertido que se le atribuye
Alrededor del 25 por ciento de los denominados «chalets en la altura» rompen las normas de construcción en la ciudad de El Alto y por tanto carecen de permiso, calculó el jefe de la Unidad de Administración Territorial, Víctor Espejo.
«Se estima que el 25 por ciento (de los chalets) sean construcciones ilegales o clandestinas, es algo que poco a poco lo iremos descubriendo a través de la Ordenanza Municipal 410/2009 de amnistía para las edificaciones que están fuera de la norma».
Según Salim Yapur, director de Ordenamiento Territorial, Catastro y Administración Urbana, estas construcciones son un anexo que no aparece en los planos presentados.
«Las proyecciones comerciales de los propietarios son tan grandes, que hicieron un anexo que se convierte en el lugar para vivir. Pero a la vez es ilegal, porque en sus planimetrías sólo muestran la parte básica y primaria, incluso no indican las dimensiones reales de la construcción y edifican lo que ellos han considerado como necesario», informó.
El 2009, la Alcaldía emitió un perdonazo a través de la Ordenanza 410/2009, mediante la que autorizó que todas las construcciones fuera de norma se regularicen a cambio de que dejen inhabitados los pisos excedentes. Hasta el momento, se han registrado 720 edificios, pero aún no se estableció cuántos son los llamados «chalets en la altura».
La mayoría de esas edificaciones se encuentra en el Distrito 8, donde existen deficientes servicios básicos, pues el agua y el alcantarillado no llegan a todos los domicilios. Hace un mes, los vecinos de esta zona hicieron un bloqueo de la carretera La Paz-Oruro porque una conexión de alcantarillado estaba inconclusa desde hace tres años.
En esta zona, las calles son de tierra, excepto la avenida principal. El sector Senkata se ha convertido, sin embargo, en un pujante sector de la ciudad de El Alto, donde se puede ver un gran comercio de todo tipo de materiales y enseres. Allí también aparecieron chicharronerías al estilo cochabambino con grandes cacerolas de cobre expuestas al aire libre.
Dos caras de un edificio
Según el jefe de Administración Urbana de la Alcaldía alteña, Víctor Rodríguez, los «chalets en la altura» son llamativos por fuera, pero por dentro, estrechos, y tienen un mal acabado en los pisos.
Los chalets muestran que el alteño se desinhibe
Para el presidente del Colegio de Arquitectos de El Alto, Freddy Herrera, los «chalets en la altura» muestran que el alteño está tratando de salir de su introversión, que era característica de su personalidad, especialmente después de los acontecimientos sociales, como la «guerra del gas», que identifica a esta ciudad.
«Se han dado varios fenómenos sociales donde los alteños se han dado a conocer y han sido más impulsivos, extrovertidos y se han hecho notar. Esos aspectos socioculturales se reflejan en la arquitectura, en el comercio y en la vida diaria de los individuos».
Salim Yapur, director de Ordenamiento Territorial, Catastro y Administración Urbana de la Alcaldía, consideró que este tema hay que abordarlo desde un punto de vista social, económico y cultural.
«De alguna manera estos aspectos van unidos y se los expresa en las construcciones porque son parte de una cultura de migrantes, de gente que viene del campo y que trata de sobresalir o ser visible», manifestó.
El 90 por ciento de las construcciones de la ciudad de El Alto es cuadrada o cúbica, encajonada y demuestra la personalidad de la gente que vive en el occidente boliviano, «que quiere sentirse protegida en sí misma y no es muy sociable», agregó.