Durante la festividad, las transacciones son en soles
Las comerciantes prefieren cobrar en moneda peruana para ganar unos centavos
Doña Jhovana Robles vende comida hace 20 años en la playa de Copacabana. El miércoles, en que había preparado trucha, ofertaba cada plato en 10 soles peruanos, es decir entre 20 y 25 bolivianos si se hace la conversión a la moneda nacional.
«En estos días, la venta es mayor en soles, y al cambiar (la moneda) nosotros ganamos cinco bolivianos por plato», enfatiza la comerciante. Su colega, Rosaura Montealegre, dice que, en realidad, ellas aceptan la moneda peruana todo el año, «a veces no tienen bolivianos y les aceptamos soles».
«A ellos les conviene, les pagan dos soles y obtienen cinco bolivianos a cambio, ganan como 50 centavos más por producto», explica el alcalde de Copacabana, Emil Quispe. Pero no sólo los alimentos se venden en soles, el hospedaje, el paseo en lancha, la pasankalla, e incluso los CD piratas se ofertan en esta moneda.
Es tal el movimiento económico en la ciudad que además se aprobó una ordenanza (034/2010) para un cobro por el ingreso al municipio de Copacabana, lo que les permite recaudar de cada visitante peruano dos bolivianos; a eso se añade un pago de 25 bolivianos por el ingreso de vehículos livianos y 75 por los pesados.
«Tenemos mayor recaudación en estas fiestas, el año pasado hemos logrado 180.000 bolivianos, este año esperamos llegar a 200.000. El dinero obtenido lo invertiremos en el proyecto de saneamiento básico y relleno sanitario en la población», indica Quispe. La iglesia también recibe ingresos, pero por concepto de la arraigada tradición de hacer bendecir los vehículos.
Durante esta época, en cada jornada se bendicen alrededor de 100 vehículos y los aportes son de cinco soles por cada coche, es decir que se reúnen 500 soles (1.000 bolivianos). Todo el dinero recaudado se invertirá en la construcción de la nueva Capilla de Velas, que reemplazará a la actual que ya resultó pequeña ante la llegada de tantos visitantes.
Productos en soles a la venta
Este medio verificó también que por el ingreso a los baños públicos se cobraba un sol, equivalente a 2,5 bolivianos. Además, una ambulante que vendía el plato falso conejo cobraba 4 soles, es decir unos 10 bolivianos. Y en Kasani, frontera entre ambos países, una paceña ofrecía tres marraquetas por 1 sol, ó 2,50 bolivianos.
Veneración a la Virgen empieza a fines de julio
La Festividad a la Virgen de Copacabana dura 10 días, sin embargo el evento principal, al que asisten miles de fieles, peruanos, bolivianos y de otros países, se desarrolla en esta jornada. El sacerdote René Vargas, guardián y rector del Santuario, explica que la veneración a la imagen comienza el 27 de julio con una novena (nueve días de devoción antes de la fiesta).
Elvio Frías, también sacerdote de la iglesia, dice que si bien hoy las calles se llenan de peruanos, en Semana Santa son los bolivianos la mayoría de los visitantes.
Los actos para este viernes comenzarán a las 11.30, monseñor Jesús Juárez celebrará la Eucaristía en el atrio, por la cantidad de visitantes y luego se realizará una procesión. Anoche fue la verbena donde se hicieron explotar juegos artificiales.
ORIGEN. La leyenda cuenta que Tito Yupanqui, descendiente de una familia noble inca, tuvo un sueño revelador en 1580. En él vio a una mujer que cargaba entre sus brazos a un niño de meses. Entonces supo que estaba destinado a crear la imagen de la Virgen y rendirle culto.
Tras tallarla en madera maguey, en Potosí, el artista llevó la escultura a Copacabana, territorio que estaba dividido entre los Urinsayas, que pedían que el patrono sea San Sebastián, y los Aransayas, que querían entronizar a la Mamita de Copacabana.
A la llegada de la imagen para su entronización, el 2 de febrero de 1.583, se realizó el milagro de la unión de ambos grupos de indígenas para que se unieran. «Antes de la República, nosotros formábamos parte del Alto Perú, no había división de países, por eso varios hermanos peruanos llegan este 5 de agosto y la adoran», explica Frías.