Los peruanos hicieron suya la festividad de la Virgen de Copacabana
Veneración. Cerca de 50.000 visitantes llegan para adorar a la Patrona
Pero éste no es el único favor que la Patrona de Bolivia les hizo. En el pasado, según cuenta, su fe le ayudó a convertirse en dueño de una mina del poblado peruano de Sandia. «Vine a buscarla hace 10 años, encontré transporte gratis, tenía cinco soles (cerca de Bs 12,50) y una sola prenda de vestir. Le pedí con fe, ella es mi mamá», cuenta emocionado a La Razón.
Por estos motivos, don Celestino y su esposa, María de Ticona, no faltan nunca a la festividad de la Virgen para agradecerle, «por sus milagros y la buena salud que nos proporciona», dice ella.
La celebración es hoy, 5 de agosto, aunque su entronización se recuerda cada 2 de febrero. Como cada año, las actividades comenzaron el 27 de julio, explica Elvio Frías, sacerdote del Santuario. Desde ese día, miles de devotos peruanos comenzaron a llegar, en pareja o familia.
Según Frías, en Semana Santa la fiesta es de los católicos bolivianos, pero en ésta es prácticamente de los peruanos devotos. «Es una fiesta peruana, vienen en masa desde Lima, Cuzco y otros lugares, ellos le rinden culto, veneración y honran a nuestra Virgen», enfatiza Frías.
En la Capilla de Velas, Noemí P., de Arequipa, forma sobre la pared, con los residuos aún tibios de vela fundida, la palabra «salud» y también «dibuja» una casa, donde marca las iniciales de los nombres de sus hijos. «Vengo desde hace muchos años, pido salud, una casa y estudios para mis niños».
Frías dice que además de ofrendarle una cantidad incalculable de velas, los fieles llenan de flores el altar de la Patrona.
Marlene Z. llegó de Tacna, y mientras ora parada enfrente de la Virgen, sostiene en su brazo izquierdo una casa, un vehículo y una tienda de miniatura que compró en 10 soles (cerca de 25 bolivianos) para que la Virgen los convierta en realidad.
Según Emil Quispe, alcalde de Copacabana, cerca de 50.000 peruanos llegaron el 2010, ya que existe un libre flujo comercial y de tránsito, y se calcula que este año sea igual. «Es una fiesta internacional y es la más concurrida por peruanos sólo estos días, los demás están de paso, es turismo».
Bendición. Como ya es costumbre, los vehículos, esta vez con placas de control peruanas, forman largas filas para recibir la bendición del sacerdote. Son minibuses, vagonetas, camiones, petas y otros de diversas marcas y modelos formados en las estrechas calles aledañas a la plaza 2 de Febrero y también en el centro de ésta.
Entretanto, en las avenidas 6 de Agosto y Busch, más de una docena de comerciantes llegadas del Perú se instalan para vender no sólo comida peruana, sino también frazadas, ropa, bisutería y objetos de decoración.
Leoncio Mamani, de Juliaca, oferta, junto a su esposa, caldo de cordero, pollada (pollo con salsa) y trucha frita en un puesto callejero. «Nos consumen nuestros paisanos, dormimos aquí mismo, volveremos al año», comenta. También hay comerciantes ambulantes que venden muñecos de trapo y felpa (peluches), rosarios y la Biblia en CD.
Otro devoto de la Virgen es Juan Cama, oriundo de Tacna. Éste es el tercer año que la visita para darle las gracias por haber curado su pie izquierdo, ya que le era difícil caminar; también le pidió bendición por un trabajo que consiguió en su país, como soldador metálico. «Subí el Calvario con mi pie malo y me curé a las dos semanas», asegura.
Su compatriota Édgar Condori muestra orgulloso a este medio su nuevo auto, modelo 2010, que también hizo bendecir antes de regresar a su país.
Informes de migración y aduana
-Juan Carlos Mayta, inspector de Migración en Kasani (frontera Bolivia-Perú, a 10 minutos de Copacabana), informa que ciudadanos de ambos países tienen 50 kilómetros de libre acceso, hasta Tiquina (Bolivia) o Yunguyo (Perú).
-Un funcionario de la Aduana de Kasani dijo que cerca de 50.000 vehículos peruanos ingresarán en esta jornada.
-Un empleado del hotel Copacabana señaló que hostales, alojamientos y hoteles ya fueron ocupados por ciudadanos peruanos. «También duermen en sus autos y en la plaza», dice.
El control se incrementa para evitar los delitos
Durante los días de la festividad de la Virgen de Copacabana arriban a esta población antisociales de nacionalidad boliviana y peruana que se dedican a robar a visitantes, según el coronel César Silva, comandante de la Policía Fronteriza.
«Estos señores vienen también en estas fiestas, son más peruanos, es difícil seguirlos, porque llegan, cometen delitos y se escapan a la frontera, a los bolivianos los mandamos a (la ciudad de) La Paz para que los procesen», dice el Comandante.
Hasta el miércoles, la unidad registró dos casos de hurto, a un francés y a un italiano.
El modo de operar de los antisociales, según Silva, es robar a sus víctimas en medio de aglomeraciones, donde se hacen de billeteras, dinero, cámaras fotográficas y filmadoras. «También hay casos, en la jerga policial, de auteros (robo de autos) y monreros (robo a viviendas). Además hay mujeres que cometen hurtos, y no sólo por estos días», afirma Silva mientras muestra a La Razón las fotos de delincuentes buscados.
Para hoy, se prevé la llegada de 60 uniformados más a fin de que mejoren las tareas de control y seguridad, ya que la unidad sólo cuenta con 15 policías.